domingo, 5 de mayo de 2019

[Historia corta – Queer] ‘El chico hermoso de Hanoi’ de Roan Ching-yue

Título: 河內美麗男 / El chico hermoso de Hanoi
Autor: 阮慶岳 Roan Ching-yue
Historia incluida en la colección: Ciudad de lágrimas (哭泣哭泣城, kuqi kuqi cheng)
Fecha de publicación: 2002
País: Taiwán

* * *

¿Puedo seguir con el corazón roto?

Por la tarde llegó a Hanoi. No sabía qué hacer, así que simplemente vagó por los alrededores de los ajetreados distritos y los pequeños callejones cerca del Lago Hoan Kiem, comprando cosas por el simple placer de hacerlo, entonces fue atraído por una vieja casa de la ópera que se alzaba al final de la calle; habían ahí personas haciendo fila para comprar boletos en la instalación. Se aproximó y le preguntó a una mujer qué sucedía, ella dijo que era un evento para celebrar el cuadragésimo aniversario de algo y que habría una actuación de la ópera de París, le dijo también que sería muy buena y que no debía perdérsela.

Aún le quedaba tiempo libre después de haber comprado el boleto, y después de girar en unas cuantas esquinas se encontró con un bar al aire libre donde se sentó y ordenó una bebida; habían unos cuantos clientes occidentales dispersos por todo el lugar, la mayoría en parejas o grupos. Él estaba sentado solo, con una extraña sensación de intranquilidad por no saber a dónde dirigir su mirada. Seguía incapaz de convencerse de que ya estaba aquí en Hanoi e incluso de las razones por las que había venido. No parecía que este fuese el curso que su vida debería tomar pero realmente estaba sentado aquí ahora; era extraño pero inevitable.

De pronto el cielo se oscureció, así que pagó la cuenta y con parsimonia volvió a la casa de la ópera. A lo largo del camino habían jóvenes vendedores, una de ellos no se alejó y le siguió unos cuantos callejones; la vagabunda instó a su hija, quien no podría tener más de tres o cuatro años, que fuera y le agarrara con fuerza del pantalón. Esto le puso muy incómodo; tenía una ópera francesa por disfrutar y si tan solo estas personas, el asalto al cual se encontró indefenso, pudieran deja de aparecer frente a él. En la plaza frente a la casa de la ópera podía ver al joven policía en posición de firmes, mirando-sin-ver con indiferencia, por ello comenzó incluso a sentir resentimiento contra el gobierno vietnamita por permitir que estos dos mundos completamente diferentes coexistieran; vecinos inapropiados sin forma de evitar el choque entre sí.

La ópera era la historia del arpista Orfeo de la leyenda griega; los dioses, al ver lo dolido que estaba por la muerte de su esposa, le permitieron entrar al inframundo y traerla de vuelta, sin embargo, fue incapaz de resistir mirar atrás y al final la volvió a perder. La conmovedora canción de Orfeo resonó en los grandes y magníficos recintos, inspirando dolor en cada oído. Dejó la casa de la ópera, bajó por una escalera larga y extravagante, y luego rápidamente entró al callejón del lado contrario; completamente solo, tuvo una sensación de vacío y tristeza. Algunos taxistas se detuvieron e intentaron hacer que abordara, pero él sintió ganas de dar una caminata nocturna, así que los rechazó.

Siguió caminando al frente y, conforme atravesó el callejón, fueron disminuyeron gradualmente los curiosos observantes en la oscuridad acuclillados al borde de la calle. No estaba seguro de a dónde se dirigía, miró todo a su alrededor pero los taxis que antes le habían abordado ahora no se encontraban a la vista; terror y miedo lentamente le invadió. Se movió al centro de la calle, donde las luces eran más brillantes, y sus pasos inconscientemente aceleraron, como si en cualquier segundo alguna amenaza desconocida pudiese aparecer de los pequeños callejones a ambos lados de la calle.

Entonces apareció el sonido de una motocicleta aproximándose; aligeró sus pasos con cautela y calculó distintas formas de lidiar con cualquier situación que pudiese suceder. El sonido del motor se volvió más lento detrás de él...

“Señor...”

Se dio la vuelta y se encontró con un rostro oscurecido por el sol y cuya sonrisa revelaba una brillante y blanca dentadura.

“¿Necesita un viaje?”

Dudó por un momento pero para su sorpresa, casi instantáneamente, se sintió completamente desarmado pero también que el subirse en la motocicleta sería lo más natural del mundo. El joven motociclista estudió la tarjeta del hotel que le pasó, entonces asintió y le hizo un gesto indicándole que iba a poner en marcha el motor. Después de unas cuantas vueltas volvieron a la calle principal, la cual estaba repleta de actividad, y a excepción del chico tocando el claxon, permanecieron en silencio. Su mano derecha rodeó la delgada pero evidentemente fuerte cintura del chico, sus ojos vagaron por los diversos paisajes callejeros conforme avanzaban, una tristeza nuevamente se apoderó de él, era como la soledad de una barca que en la noche ha perdido su camino. La atención del chico seguía enfocada en conducir, los sonidos de los claxon se intensificaban y desaparecían a intervalos, aparentemente insensibles a las oleadas de emociones que le golpeaban; la calidez de su estómago estaba acompañada con la lenta frecuencia de su respiración, como si le susurrara algo a través de la mano que los conectaba.

“¿Masaje?”

De la nada preguntó el joven mientras esperaban la luz roja; la forma en que giró su cabeza le hizo pensar en la ópera, cuando Orfeo no puede resistir las tristes súplicas de su esposa y miró hacia atrás, estando en el mismísimo umbral del inframundo.

Negó con la cabeza; el joven conductor no hizo nada y volvió a poner en marcha el motor que había apagado; siguió conduciendo. Pensó que, para el chico, él debió de haberle parecido una persona excéntrica. La noche siguió avanzando, dejó que el viento golpeara su rostro para que su cerebro se apagara, entonces su otro brazo rodeó el estómago del conductor, y los dos mantuvieron el silencio. La motocicleta se detuvo en la entrada del hotel y el vigilante que abrió la puerta para él les dio una mirada de sospecha. Le dio algo de dinero al joven y dijo:

“Mañana...recógeme aquí a las diez de la mañana, ¿está bien?”

El joven motociclista repitió la pregunta en un murmullo, asintió y se fue.

Aunque estaba triste mientras se dejaba llevar por el sueño, sintió un toque de ansias por la reunión con el joven conductor al día siguiente.


Este mundo alguna vez me prometió

A la mañana siguiente, cuando salió del hotel, no lo vio y se asustó. Vio el sofocante y húmedo cielo blanco, sintió un poco de mareo y no supo a dónde ir, el guardia intentó ayudarle preguntándole si necesitaba un taxi, pero él negó con la cabeza y caminó por la rampa. ¿Por qué no volvió como lo prometió? ¿Fue porque se negó al masaje? Parado solo en la banqueta al borde de la calle, frenético se puso sus lentes de sol, de pronto, al levantar la cabeza, logró verlo parado bajo un árbol al otro lado de la calle, hablaba con otro conductor. Justo entonces se giró y también le vio, apresurado tiró el cigarrillo y empujó la motocicleta, en su rostro tenía una sonrisa de disculpa. Siguió mirándole, preocupado de revelar la interna alegría e inseguridad que sintió al verlo.

Bajo la blanca luz del día, el joven conductor se veía un poco mayor de lo que le había parecido la noche anterior; se le notó un poco avergonzado por su mirada así que sacó unas gafas oscuras levemente tintadas y se las puso, solo entonces se atrevió a devolverle la mirada y le preguntó las instrucciones del día a través de aquellos lentes oscuros.

Sacó un mapa de Hanoi y señaló los lugares a los que quería ir, explicando brevemente en inglés, aunque rápidamente se dio cuenta de que esto no afectó la evidente incomprensión en el rostro del conductor quien ahora se veía un poco intimidado. Pensó entonces en cómo anoche se había detenido dos veces para preguntar direcciones, lo que hizo posible que anoche no hubiese entendido la tarjeta del hotel como ahora el mapa, y claramente tampoco entendía el inglés con el que le habló. Por ello pensó que bien podría dejar el mapa a un lado y preguntó:

“¿Cuánto?”

Él se rió y dijo en inglés, “Tres dólares americanos la hora.”

Se rió junto con él, encogió los hombros y se sentó a horcajadas en la parte trasera de la motocicleta. Cuando el vehículo se comenzó a mover, una vez más puso sus brazos alrededor de la cálida cintura, sintiéndole temblar ligeramente con su toque.

El primer lugar al que llegaron fue el Mausoleo Ho Chi Minh. El parque era vasto y brillante bajo el abrasador sol; él lo llevó una y otra vez por los mismos caminos, parecía estar un poco agitado porque no podía encontrar la entrada correcta hacia las tumbas. No estaba muy seguro de realmente qué tan interesado estaba de ver el cadáver de Ho Chi Minh, sin importar cómo muriera un cuerpo, esto siempre le provocaba un vuelco en el estómago, pero no sabía si rechazar el viaje le frustraría más al conductor o si incluso le avergonzaría.

Al final, le preguntó a un guardia quien le dijo que el lugar no abría sino hasta el domingo en la mañana, es decir, al día siguiente. Después ambos se relajaron un poco, alentaron su paso y caminaron alrededor del parque, entonces tuvieron su primera oportunidad de tener una conversación adecuada.

Él chico le preguntó cuál era su nombre.

Él no pareció entender lo que le dijo, y le dio una respuesta no relacionada.

Los dos se quedaron en silencio. Después de un tiempo, el chico le preguntó de dónde era.

Dijo: Taiwán.

Se vio un poco sorprendido y entonces se detuvo por largo tiempo.

No entendió su reacción, así que giró su cabeza en dirección contraria; sobre el césped había un grupo de soldados haciendo sus ejercicios matutinos. Los jóvenes soldados lanzaban miradas hacia los turistas que se abrían paso entre ellos, y a veces se detenían para bromear entre sí.

Entonces el chico habló de nuevo, “¿Taiwán?” Sin esperar una respuesta, continuó, “pero tú eres una buena persona... puedo ver eso, eres una buena persona... puedo verlo.”

Ambos encontraron difícil el hablar el uno con el otro, pero lentamente logró tener una clara imagen del joven; él había venido del campo, al norte de Hanoi, para ganar dinero, “Ha sido un año... otro año más y me iré a casa... mamá me está esperando... ella tiene ochenta años... yo también tengo una esposa e hijo... él tiene un año... dentro de un año volveré para trabajar los campos.” Cuando habló sobre trabajar el campo, imitó el corte de los tallos de arroz y una sonrisa floreció en su rostro.

Cuando ambos volvieron a la motocicleta, parecía como si ambos cuerpos estuvieran más relajados el uno con el otro debido a la conversación que acababan de tener. Cuando presionó el pedal de los frenos, sus cuerpos se presionaron el uno con el otro, después de lo cual ninguno de los dos hizo esfuerzo alguno por separarse de nuevo.

El segundo lugar turístico al que llegaron fue el Museo Militar; supuso que el chico le había visto mirar antes a los soldados y eso le había llevado a adivinar hacia dónde se podrían dirigir sus intereses. De hecho, él tenía poco interés en los éxitos, las derrotas, las cicatrices y las pérdidas de la guerra. Encontraba difícil soportar las fotografías de montones de personas hiriéndose y odiándose entre sí, así que las pasó apresuradamente. Su mente aún seguía en los alegres soldados de la mañana, ¿por qué esa escena no le inspiraba la misma asociación? ¿Fue su belleza juvenil lo que había oscurecido la cruel fealdad de todo ello? Cuando llegase el momento, ¿ellos también matarían personas como los estadounidenses y el Vietcong en las películas?

Le vio absorto frente a un viejo mapa militar, así que se giró y le dio una mirada inquisitiva, él hizo un gesto hacia el mapa con su dedo, señalando lo que debió ser su ciudad natal. Miró ausente el área que señaló en el noroeste de Hanoi, fue incapaz de imaginar cómo se veía, él imitó una vez más el cortar tallos de arroz, diciendo.... diez días.... Entonces imitó subir en una motocicleta diciendo cuatro horas; supuso que le estaba intentando decir que dentro de diez días volvería a su ciudad natal para ayudar con la cosecha de arroz y que le tomaría cuatro horas en motocicleta el llegar ahí.

Después de dejar el museo, fueron juntos a almorzar. Cuando comían volvió a mencionar las cuatro horas, con una mirada casi infantil, dijo que la mayoría de las personas tenía que invertir cinco horas para volver a casa.

Después de comer fueron a un parque con un lago más grande en el área al sur de la ciudad. Los árboles de aspecto antiguo en el parque se extendía hacia el cielo y no había nadie, a excepción de algunas cuantas parejas bajo las sombras, era extremadamente silencioso mientras caminaban a lo largo del camino junto al lago, sus brazos expuestos se rosaron casualmente mientras caminaban, lo cual desató una silenciosa pero aguda tensión entre ambos; el deseo palpitaba dentro de sí, por ello le llamó para que se sentaran en una banca junto al agua.

Había algunos pálidos peces muertos flotando en el agua, sus ojos se posaron sobre los cadáveres de los peces. No hablaron. Entonces, puso su mano sobre la pierna del otro y sintió como se estremeció levemente, no despegó su mirada pero su mano se movió lentamente como si solo estuviera palpando el estómago, ahora él casi temblaba. De pronto, el chico alejó la mano bajo la pretensión de sacar la cartera y mostrarle su identificación. Cuando la tomó, se dio cuenta de que era la licencia de conducir, la fotografía estaba borrosa así que intentó leer su nombre, lo cual le divirtió e insistió en enseñarle cómo pronunciarlo; él intentó imitar los sonidos pero jamás sonó igual, solo pudo entender el último sonido: Nguyên. Con que se llamaba así.

“¡Nguyên, escucha!” le miró sin decir nada más, entonces continuo, “Escucha, volvamos al hotel, subiré yo primero a la habitación y entonces tu irás. Te daré dinero.”

Sacó cincuenta dólares de su bolsillo para mostrarlos. Él parecía no haber entendido completamente, pero al mismo tiempo parecía saber exactamente lo que decía; después de bajar la cabeza por un momento, extendió su mano para tomar de vuelta su licencia de conducir, con la mirada ausente mientras sacaba su cartera y la metía de nuevo. Miró vagamente con el rabillo del ojo una fotografía a color de una mujer pero de inmediato la cerró, se puso de pie y dijo, “¡Vamos!”

Cuando regresó solo a su cuarto de hotel puso algo de música y entonces se llevó al baño una cerveza para esperar a que Nguyên apareciera.


Maria en Hanoi

Nguyên, sin embargo, no apareció.

Estaba tan molesto como cuando pensó aquella mañana que había sido plantado. Cuando estaba seguro de que no aparecería, se acostó desnudo en la cama, ambos ojos fijos en el techo y una mano recorriendo su flácido pecho mientras que la otra sujetaba más abajo, frotando rítmicamente... Nguyên no iba a aparecer.

La luz afuera de la ventana lentamente se desvaneció, y la habitación pareció inmensamente tranquila, haciéndole pensar que sus gemidos, profundizando lentamente, podían ser escuchados con claridad.

Los movimientos de su mano se volvieron cada vez más y más rápidos, las imágenes en su cabeza comenzaron a girar como si fuera cámara lenta.... Taipéi... Taipéi.... él... él... él... élélélélél...

Tái... pei... Nguyên...

Estaba acostado en la cama, entre las cuatro paredes con la luz que lentamente iba apagándose, como si fuese rechazado por el mundo. Recordó alguna vez haber estado acostado en una cama así con él en Taipéi, en aquel entonces estuvieron explorando todo el uno sobre el otro con infinita curiosidad, y él le contó uno de sus recuerdos de infancia:

“En Dadaocheng, cuando era niño, vivíamos junto a un motel. Algunas veces, cuando no podía dormir, a mitad de la noche miraba hacia la ventana de al lado. Una vez, como las ventanas estaban tan cerca, decidí subir al otro lado. Con cuidado trepé a la ventana adyacente, había una pareja durmiendo en la cama. La mujer estaba acurrucada y el cuerpo del hombre extendido, con uno de sus brazos colgando fuera de la cama, casi tocando el piso; no había sonido alguno. Me paré en la esquina de la cama como si fuera un ángel viendo los cuerpos desnudos como cadáveres del hombre y la mujer; con una serenidad que nunca antes había sentido. Me paré ahí sin moverme, pero entonces sentí que algo venía por la ventana detrás de mí, me giré para ver y ¿sabes qué? Vi una luz dorada, el color de un campo de arroz listo para la cosecha; entraba por la ventana, entraba como una olea oceánica.”

En ese momento no supo qué responder así que solo dijo que aquel recuerdo sonaba como un sueño. Recordó la expresión de dolor que se había revelado en su cara, una de no sentir confianza en los propios recuerdos.

Cuando volvió a bajar al lobby del hotel, este se encontraba extrañamente vacío; un hermoso candelabro colgaba en el centro, como una hermosa dama ataviada, parada impotente y sola en la pista de baile. Miró hacia la calle, ya estaba completamente oscuro y había un aire ligeramente peligroso como si algo estuviera sucediendo; no estaba seguro de lo que era, no había nada la vista que le diera una pista, lo cual le hizo sentirse más aprensivo de salir del hotel.

Se sentó en el bar a un lado del lobby, la camarera le sirvió un whisky en las rocas, y él se sentó ausente, sorbiendo su trago. ¿Qué estará haciendo ahora en Taipéi? ¿Estará pensando en mí? ¿Estará enojado conmigo porque me fui de viaje? ¿Cómo nos pondremos en contacto una vez que vuelva a Taipéi?

“Disculpe, señor.”

Se dio la vuelta para ver que era el conserje y en su mano sostenía una bolsa de plástico.

“Lo lamento, hace poco vino un motociclista que insistió mucho en subir a su habitación. Él dijo que necesitaba darle esta bolsa. Por la seguridad de nuestros invitados, no permitimos que personas como esas pasen más allá del lobby. Estoy seguro de que lo entiende.”

No respondió y solo tomó la bolsa; miró al interior, tenía algunos periódicos arrugados, pero no vio ningún tipo de mensaje para él, lo cual le dejó una pequeña sensación de decepción.

Siguió bebiendo el whisky, preguntándose si mañana podría ver a Nguyên de nuevo antes de irse.

La mesera se acercó y le preguntó si quería otra copa. Él sonrió, negando con la cabeza, la mesera no hizo ningún movimiento con intención de irse, en cambio, comenzó una conversación.

“Él fue muy agresivo, por poco y comienza una pelea.”

“¿Enserio?”

“Solo se fue cuando me acerqué.”

“¿Sí? ¿por qué?”

“Me reconoció, somos del mismo pueblo... Él no es un peleador, pero cuando se enoja da mucho miedo. Una vez le pegó a un invitado de Taiwán, por que el sujeto taiwanés había estado molestando a una mujer vietnamita.... ¿Es japonés? No se preocupe, él no le causará problemas a un japonés.”

“¿Por qué no? ¿Los hombres japoneses no molestan a las mujeres vietnamitas?”

“No es eso. Una vez tuvo una novia con la que había crecido, y un verano los padres de la chica la casaron con viejo taiwanés que había venido a encontrar esposa, mientras que él no sabía nada al respecto. Él ni siquiera pudo verla cara a cara para decirle adiós. Así que con eso puede entender por qué no le agradan los hombres de Taiwán.”

Ligeramente preocupado, terminó el whisky de su copa; sus pies le llevaron sin un claro sentido de dirección hacia el exterior, hacia la calle oscura.

¿La novia de Nguyên lo traicionó? ¿Fue ella feliz después de casarse con el viejo taiwanés? ¿Ella aún lo extraña? Si de pronto decido enamorarme de una persona vietnamita y me quedo aquí, ¿él, en Taipéi, se enojará y comenzará a agredir a las personas? ¿Podrá él, para mí, convertirse en una fuente de culpa y arrepentimiento durante el resto de mi vida?

La oscuridad de la calle era más fría de lo que había esperado, se envolvió con sus propios brazos y caminó por la calle; entonces escuchó aproximándose desde atrás el sonido familiar del motor de la motocicleta.

Es él, es él, debe ser él, se dijo a sí mismo, con sentimientos de emoción y expectativas creciendo en su interior y que eran difíciles de ocultar.

Lo cierto es que era Nguyên, apareciendo con el mismo porte que cuando se habían encontrado por primera vez. No sabía que decir, así que solo le miró sonriendo con una obvia alegría. Sin expresión, Nguyên simplemente le hizo señas para que se subiera la motocicleta.

Ellos entonces volaron por callejones y calles. Extrañamente todo el centro de la ciudad estaba repleto de transeúntes a pesar de la hora, así que ambos rápidamente quedaron atrapado entre la multitud; la mayoría de las personas cruzando sus caminos a lo largo de las calles estaban bien vestidos y llenos de energía. Le preguntó a Nguyên por qué era así, y él le dio una explicación simple pero que no pudo entenderla bien; el día siguiente era un día nacional o festivo, y por ello las personas jóvenes salieron y estaban con sus compañeros.

Al final decidieron estacionar la motocicleta y caminar. Siguió a Nguyên mientras este se abría paso por el Lago Hoan Kiem, lugar a donde él había ido el día anterior justo al acabar de llegar. En ese momento recordó algo sobre el lago que había leído en el avión de camino aquí, trataba sobre un héroe folklórico vietnamita que regresó su amada espada al dios del lago después de haber defendido con éxito un ataque desde el norte por parte de los invasores del ejército chino Han; él quería preguntarle a Nguyên qué pensaba sobre las personas chinas Han, o sobre las personas taiwanesas, pero cuando Nguyên miró hacia atrás después de pedirle que se detuviera, no supo cómo preguntar, incluso si sabía cómo decirlo Nguyên probablemente no entendería. Y las palabras de la mesera volvieron a su mente, así que solo negó con la cabeza y se disculpó diciendo que no era nada, Nguyên se giró de nuevo y siguió caminando.

Habían grupos de jóvenes, hombres y mujeres, sentados en el área de césped junto al lago, y la pequeña isla al centro del lago estaba cubierta con decorativas luces neón, las cuales se reflejaban en la superficie del agua, dando cierto romance a la oscuridad. Siguió a Nguyên mientras este se abría paso a través de la multitud y con el paisaje, lentamente sintiéndose un poco aturdido, le acompañó un creciente entendimiento de que no sabía en dónde estaba. ¿Fue el amor entre los jóvenes que vio antes lo que le distrajo? ¿o todo el tiempo había estado buscando un camino por el cual perderse? Fue en ese momento que Nguyên dejó de caminar y le miró por el rabillo del ojo, con una expresión de aprensión y dolor en el rostro, dijo:

“¿Taiwán? ¿Es verdad....?”

Él realmente quería decirle que de hecho era taiwanés, pero también podría ser vietnamita, sin embargo, sabía que Nguyên no entendería, así que solo agachó la cabeza y dijo que sí, lo era, con una voz baja, casi imperceptible. Nguyên lo miró y le indicó con sus ojos que tomarían un pequeño camino oscuro que llevaba fuera de la orilla del lago. Imágenes aparecieron en su cabeza por razones que no podía comprender: Jesús y Judas en su última cena... el último zar justo antes de su muerte... un bebé llorando que ha perdido a su madre en medio de humo y pólvora... amor como la niebla de la mañana... Taipéi... y él....

De pronto, Nguyên se giró y le sujetó del cuello con ambas manos; estaba un poco asustado pero no ofreció resistencia alguna mientras era empujado contra la oscura pared. Nguyên pareció un poco desconcertado por la falta de resistencia y por cómo él parecía derrotado, listo y dispuesto a recibir su castigo. Los ojos de Nguyên se clavaron en los suyos; no quería ver el dolor y furia en los ojos de Nguyên, así que cerró sus ojos, entonces pudo sentir su cara a escasos centímetros de la suya. Se preparó para recibir un golpe, esperó sin albergar malicia en su contra, pero después de que pasó el tiempo nada sucedió, así que de nuevo abrió los ojos y vio que la cara de Nguyên seguía ante él, pero la furia de antes había desaparecido por completo y ahora había una extraña luz de calidez emanando de sus ojos; como si sus labios fuesen a encontrarse en un beso, ambos quedaron un poco sorprendidos pero al mismo tiempo se relajaron un poco y giraron sus cabezas hacia otro lado.

Aún en la oscuridad, con el infinito clamor de los juerguistas no muy lejos, se pararon ahí como amantes con el corazón roto; Nguyên se inclinó hacia él y dijo, “Lo siento.” Extendió su brazo y tomándolo de la mano lo llevó hacia donde estaba estacionada la motocicleta; la calidez y firmeza de su agarre le tranquilizó.

Él incluso deseó ser el hombre taiwanés que había robado con dinero a la amante de Nguyên, así ahora podía expresar remordimiento frente a él e intentar expiar lo sucedido, pero Nguyên parecía decidido a no darle esta oportunidad, esta suprema gloria. El honor que casi le había dado se había desprendido de su cuerpo. Ser clavado en una cruz no es un honor que se gane fácilmente.

Cuando volvieron a incorporarse en la calle, inesperadamente se sintió débil y sujetó nuevamente la cálida cintura de Nguyên, en ese momento su cintura era como un templo sagrado que ninguna sucia mano podía profanar, y él se aferró a la cintura de los pantalones sin tocarle la piel. Nguyên seguía tocando la bocina cada pocos minutos, sin darse cuenta de esto, lo cual hizo que su espíritu se hundiera. Su mirada comenzó a vagar y notó el paisaje que estaban atravesando, se sintió un poco triste mientras notaba que se dirigían en dirección al hotel. Nguyên pareció darse cuenta de lo que sucedió, le tomó de la mano y la dejó en su cintura, en medio del fuerte viento y el rugido del motor, se hundió en el calor del cuerpo de Nguyên.

Cuando llegaron al hotel, se miraron el uno al otro con torpeza, como si no supieran cómo despedirse. Justo cuando estaba por darse la vuelta para irse, Nguyên lo detuvo diciendo:

 “¿Mañana... te... llevo... al aeropuerto?”

Sintiéndose un poco conmovido no supo qué decir, así que sacó su tarjeta de presentación y se la dio, cuando Nguyên bajó la cabeza para mirarla, de pronto sintió la urgencia de darle un beso, así que presionó sus labios en la frente agachada de Nguyên, este se estremeció un poco pero no se alejó, después él ya no hizo contacto visual y con la cabeza baja metió la tarjeta en su cartera, puso en marcha el motor de la motocicleta y se fue.

Mientras lo veía, con Nguyên desapareciendo en la oscuridad de la noche, notó una fotografía que pareció haber caído de la cartera de Nguyên. La levantó y la observó, era la imagen de la virgen María sosteniendo al niño Jesús, ella sonreía con calidez y compasión.

Esa noche soñó muchas veces con la virgen María sonriéndole.


Porque tú y yo hicimos nos hicimos una promesa como amantes

Conforme el avión se elevaba por las nubes, el sol brillaba desde la parte posterior de la aeronave y capas y capas de nubes, tanto claras como oscuras, aparecieron a la vez. Él pensó en esta mañana, cuando salió del hotel después de pagar la cuenta y vio a Nguyên parado ahí, esperándole junto a su motocicleta ataviado un conjunto blanco particularmente limpio. Ambos se rieron tímidamente. Nguyên se acercó a tomar su equipaje y lo ató cuidadosamente con una cuerda al asiento trasero, entonces, sin decir nada más, ambos se sentaron a horcajadas sobre la motocicleta y se marcharon. Sabía que el aeropuerto estaba muy lejos y no debería ir en motocicleta hasta allí, el gerente del hotel se horrorizó cuando rechazó la oferta de tomar un taxi y le dijo que iría en motocicleta, pero esto había sido como una promesa entre ellos, una confianza inquebrantable.

Conforme la motocicleta salía del centro de Hanoi, el polvo en el camino lentamente se elevó detrás de ellos, la calle estaba repleta de baches y era difícil de conducir. Ambos se comprometieron tácitamente en seguir adelante a pesar de las dificultades; a ambos lados del camino se encontraban los verdes campos de arroz y sus aún suaves hojas doradas que emergían. Un hombre guiaba tranquilamente a un buey a través del campo, y él imaginó que era Nguyên trabajando en el campo, con su esposa e hijo en malecón al borde del campo, esperando ansiosos volver a casa. Cuando la motocicleta de nuevo pasó por un camino lleno de baches, sujetó de nuevo la cintura de Nguyên, y cerró los ojos hasta que llegaron al aeropuerto.

Después de despedirse, caminó para entrar al aeropuerto y se sintió como Orfeo, advirtiéndose de no mirar atrás, pero no pudo evitar tener un último vistazo de la espalda de Nguyên; giró para verlo desaparecer lentamente en el ardiente calor del día, realmente quería llamarlo al igual que Orfeo recitando el nombre de su esposa.

Cuando la azafata le entregó una bebida, esta notó lo mucho que le temblaba a él la mano y pareció preocupada, sin saber qué decir, miró la foto de la virgen María en su bandeja desplegable y preguntó:

“¿También es cristiano?”

Él no respondió y giró su cabeza para ver hacia la ventana; recordó que el hombre en Taipéi le había dicho una vez que la trinidad era una gran mentira, cuando le preguntó por qué, él respondió que la biblia no menciona nada al respecto.

Enfocó su mirada en las capas de nubes, las cuales cambiaban de color constantemente con el inicio del crepúsculo; pensó para sí que justo ahora estaba a decenas de miles de metros sobre el aire en su camino de vuelta al hombre en Taipéi, y lo más probable es que Nguyên estuviese dando vueltas infinitamente por el Lago Hoan Kiem, y después de unos días podría ir de camino a casa, podría hacer un viaje de cuatro horas hasta llegar ahí, sin decir una palabra, algunas personas tienen que pasar cinco horas para ir a casa. Tenía que ir a casa y ayudar a su madre y a su esposa con la cosecha de arroz. Él conduciría por cuatro horas para ayudar en casa, ayudar durante diez días y entonces conducir otras cuatro horas de vuelta a Hanoi, y al año siguiente, después de ser un taxista en motocicleta por otro año, podría convertirse en granjero de tiempo completo y un día su hijo crecería e iría a los campos a ayudarle. Solo un año más y estaría en casa.

*

Traducción en español: Siboney69
Traducción en inglés: Conor Stuart [Blog]

 
 Sobre la autor: Roan Ching-yue es un profesor de arquitectura en Taiwán, quien además ha escrito historias sobre temas de homosexualidad, incluyendo su novela debut “重見白橋” (Revisitando el Puente Blanco, 2002)[....] Roan también tradujo al chino “Nuestra señora de las flores” y el enfoque de Genet sobre los marginados y la vergüenza es claramente una influencia en el trabajo de Roan. [Fuente: Conor Stuart].

Notas de traducción:
- Hanói: (en vietnamita: Hà Nội) es la ciudad capital de Vietnam así como la segunda ciudad más grande del país tras la ciudad de Ho Chi Minh. Se encuentra situada en la zona norte del país, en la margen derecha del río Rojo a una distancia de aproximadamente 1760 km al norte de Ciudad Ho Chi Minh y a unos 120 km al oeste de Hải Phòng, principal puerto de Vietnam. [Fuente: Wikipedia]


- Lago Hoan Kiem: El lago de Hanoi, el lago Hoan Kiem, cuya traducción al español es lago de la espada restituida, se encuentra en pleno centro de Hanoi, en el distrito comercial del mismo nombre. [...] La profundidad del lago Hoan Kiem es aproximadamente 1.2m, llegando a alcanzar los 2m en algunos puntos. Sus dimensiones máximas son 640m de largo y 220m de ancho, con un perímetro de 1750m. Aunque parezca imposible, se trata de un lago natural de agua dulce. Existen escritos del siglo XV en los que se menciona el lago Hoan Kiem de Hanoi.

En el interior del lago, en el único islote que posee se encuentra la Torre Tortuga (Tháp Rùa en vietnamita), pequeña construcción con forma de torre. También hay una pagoda a la orilla del lago, para acceder a dicha pagoda, hay que cruzar un puente de madera de color rojo, el puente se llama Húc.

Según la leyenda, el emperador Lê Lợi de Vietnam se encontraba cerca del lago, diseñando un plan para derrocar a la invasión de la dinastía Ming de China. Una gran tortuga (símbolo de longevidad en Vietnam) se aproximó. Dicha tortuga llevaba en la boca una espada con poderes mágicos, el nombre de la espada es Thuận Thiên (Heaven's will en inglés, voluntad celestial en español). Esta arma era capaz de aumentar la fuerza y destreza de su portador, una fuerza equivalente a 1000 hombres. El emperador con la espada que entregó la tortuga, consiguió vencer al invasor chino (dinastía Ming).
Después de ganar la batalla, el emperador Lê Lợi mandó construir la pagoda, para honrar a la tortuga. En el interior de la pagoda, se encuentra dicha tortuga momificada y conservada para la posteridad. [Fuente: Vietnamitas en Madrid]


- La Ópera de Hanói: (en vietnamita, Nhà hát lớn Hà Nội, en francés, Opéra de Hanoï) es un teatro de ópera situado en el centro de Hanói, Vietnam. Fue construida por la administración colonial francesa entre 1901 y 1911. [Fuente: Wikipedia]


- Orfeo: (en griego Ὀρφεύς) es un personaje de la mitología griega. Según una creencia bastante difundida, sería hijo de Apolo y de una de sus musas, Calíope. Según los relatos, cuando tocaba su lira, las fieras se calmaban, y los hombres se reunían para oírlo y hacer descansar sus almas. Así enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al terrible Cerbero cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla. [Fuente y más información: Wikipedia]


- El mausoleo de Hồ Chí Minh: (en vietnamita, Lăng Chủ tịch Hồ Chí Minh) es la tumba donde residen los restos del difunto líder vietnamita en la ciudad de Hanoi, Vietnam. Se encuentra en Ba Ðình. Se empezó a construir el 2 de septiembre de 1973 y se inauguró el 29 de agosto de 1975. [Fuente: Wikipedia]


- Museo de la Historia Militar de Vietnam en Hanoi: El Museo de la historia militar de Vietnam de Hanoi está ubicado en una de las esquinas de la Ciudadela de Hanoi, concretamente en la calle Dien Bien Phu nº 28.[...] La puerta principal está custodiada por 2 inmensos cañones, a escasos metros, una cafetería del grupo Highlands Coffee y justo detrás, la torre de la bandera de la ciudadela de Hanoi. [...] el patio trasero, donde se exhiben tanques, vehículos terrestres, helicópteros y aviones utilizados durante la guerra de Vietnam. [Fuente: Vietnamitas en Madrid]


- Viet cong: El Frente Nacional de Liberación de Vietnam, FNLV (o Viet Cong denominación utilizada por Estados Unidos y sus aliados de Vietnam del Sur) (en vietnamita: Mặt Trận Giải Phóng Miền Nam Việt Nam), también conocido como Front National de Liberté Vietnamien (FNLV), fue una organización formada en 1960 por los guerrilleros que apoyaban al gobierno socialista de Ho Chi Minh que recibió apoyo de la URSS. [,...]
En general, el término Viet Cong servía para referirse a los insurgentes armados y disidentes políticos que peleaban contra el gobierno de la República de Vietnam del Sur (títere de EE.UU.) durante la guerra de Vietnam. Este nombre fue derivado de una contracción de la frase vietnamita Việt Nam Cộng Sản, o "Comunista Vietnamita". El grupo principal cubierto por el término, además del FNLV, es el ejército guerrillero nombrado formalmente como las Fuerzas Armadas Populares de Liberación (PLAF). [Fuente: Wikipedia]

Sitios de interés
- [ENG] ‘The Con Man’ by Roan Ching-yue
- [ENG] ‘The Pretty Boy from Hanoi’ by Roan Ching-yue
- [Inf] Departamento de Arte y Diseño, Universidad Yuan Ze.
- [Artículo sobre arquitectura[ 2008.11.01 Return of the Modern
   + 2009.01.01] El regreso de lo moderno
- [Artículo sobre arquitectura] 2011.01.25  The Middle Class Fetish for Immortality: An Interview with Roan Ching-Yue
- [Artículo sobre arquitectura] 2017.09.24 The International Architect Myth

Comentario personal: *pendiente*

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