viernes, 14 de octubre de 2022

[Demonio a la venta] Capítulo 23

A: …

Te quedas en silencio.

Hay algunas cosas que Remiel no te contó.

Su nombre es Remiel Hardy, su hermana se llamaba María, tenía a un amigo llamado Fern, y se supone que debería tener un sobrino llamado Edward o una sobrina llamada Rita. Nació en la región del sur y dejó su hogar junto con su pequeña hermana a los catorce años, a los diecisiete se unió al ejército mintiendo sobre su edad y se quedó ahí por diez años. Novena división de infantería, 28º regimiento de la marina, Compañía A, Sargento… Él te contó todo sobre su vida, a excepción de que es gay.

Remiel nunca te contó sobre sus experiencias emocionales y tú tampoco notaste algo inusual porque en este aspecto eres como un papel en blanco. Crees que el estado en blanco es lo normal. Después de todo, Remiel parecía haber estado muy ocupado, ocupado sobreviviendo, ocupado con la guerra, ¿no es normal no tener tiempo para experimentar el comenzar una familia? No eres consciente que el amor romántico puede existir por sí mismo fuera del matrimonio y tener hijos, y tampoco sabes que el amor romántico puede introducirse sin problema en medio de una vida difícil y ocupada, como una flor que se abre entre las grietas de los escombros.

Y en el pasado, Remiel jamás ocultó su sexualidad.

Por mucho tiempo fue una persona marginal en esta sociedad. A excepción de su hermana, a nadie más le importaba su vida o muerte, y por supuesto, a nadie le concernía el género con el que quería tener sexo; incluso si a alguien le llegó a importar, él logró arreglarlo con sus puños. En los rincones caóticos donde las leyes de la jungla siguen en práctica, la sexualidad no es un problema pero sí ser descubierto. Remiel devolvió cada mirada maliciosa y tomó represalias en su contra. Aquellos que creían que el adolescente y la pequeña jovencita eran débiles y podían ser intimidados, pronto se enteraron que no te puedes meter con los hermanos Hardy; el hermano mayor era igual de difícil que un perro salvaje.

Esta actitud persistió incluso después de unirse al ejército.

Remiel es alguien difícil. Sin fe ni reputación honorable y jamás se planteó unirse a la milicia... Su actitud frente al ejército fue con la mentalidad de un mercenario, creía que siempre que quisiera podría marcharse, volver a casa o morir en el campo de batalla. Estaba acostumbrado a que nada duraba por mucho tiempo y estaba convencido de que la vida es corta; en cualquier caso, ¿por qué usar una vida corta escondiéndose?. Era parcialmente abierto sobre su sexualidad, no salía y decía “¡Oye, soy gay!”pero tampoco sonreía como todos los demás cuando alguien hacía estúpidas bromas sobre gays.

Se ponía de pie, apagaba el cigarro, y con la mano hacia una señal al bromista para que se acercara, diciendo, «“¿Te gustaría probar que tan fuerte es el puño de un “cobarde”?

Remiel es desvergonzado y desprecia ocultarse, además de que tiene la fuerza necesaria para ser así. En el ejército, en tanto tu suerte no sea mala, aquellos que valientes y hábiles en batalla no serán engullidos. Su mala actitud le acarreó unos cuantos problemas pero no los suficientes como para matarlo ni para evitarle conseguir promociones (aunque sí disminuyó la velocidad de dichas promociones). Remiel era el superior, los hombre bajo su cargo tenían que callarse y obedecer.

Pocas personas son como él, tan indiferentes a las miradas juiciosas del mundo. El novio de Remiel también estaba en el ejército, escondido en un gabinete; si él quiso cubrir su relación, entonces Remiel estuvo dispuesto a cooperar. Siempre ha sido muy tolerante con aquellos que quiere y lleno de deseos de protección. Le gustaba su novio, pero no lo suficiente como para quedarse por él. Predijo que una vez que se jubilara, lo más probable es que se irían alejando y romperían tranquilamente. Pero ¿y qué? pasa todo el tiempo, aún así salió con su novio sin tener que pensar en el futuro.

Si todo sigue como siempre, que las cosas sigan así.

Remiel deambula por el borde del orden. Cree que mientras sea lo suficientemente fuerte no necesita temer un ataque por la espalda con un arma a plena luz, tal vez realmente es así. Pero desafortunadamente, sin importar lo fuerte que sea una persona, aquel sigue sin poder luchar contra el colectivo y sus reglas. Desde un lugar secreto, la hiena asecha al león y cuando el león cae en la trampa, estalla todo el rencor acumulado.

Remiel, el demonio de sangre mixta, no es un humano e incluso matarlo no genera algún problema moral, sino más bien se trata de “salvar la reputación del Sargent Remiel”. Le quitaron sus insignias militares, Remiel Hardy fue convertido en un mártir y se quedó el demonio de sangre mixta.

Probablemente la reputación de Remiel era peor de lo que él creía.

Las personas escondidas en el armario lo odiaban por atraer más atención e implicar al grupo que se supone debía estar escondido en la oscuridad. Lo odiaban por ser arrogante, como si no le importara la malicia de los demás, ¿cómo no podía importarle?. Una vez que las cosas cambiaron, por fin fueron capaces de tomar venganza de una forma abierta y justa, se mezclaron en la multitud y nadie se enteró.

La gran mayoría de las personas involucradas en la violación grupal no eran homosexuales, no hay problema, para esto no era necesario sentir amor, ni siquiera deseo sexual, solo requería sed de violencia y poder. El que folla es superior, los que son follados son maricas, ¿cuál es la diferencia entre el que es follado por voluntad propia y una prostituta? ¡Vean, eso es lo que les pasa a los que no tienen sentido de vergüenza! Follaron a este hombre -a este demonio- y eso no tuvo nada que ver con la homosexualidad, fue solo desahogar sus sentimientos, fue solo castigar a esta viciosa perra. Ejercer la justicia que se ellos merecen, que “eso” se merece.

Lo llamaron jodida perra, puta innata, maldito espíritu maligno, dijeron que no era nada más que eso, pero en su interior sabían muy bien que no era verdad. El Sargento Remiel podía hacer trizas al nuevo recluta más engreído hasta estar convencido, y si daba la orden de correr diez vueltas, él mismo daba veinte. El Sargento Remiel era un buen artillero y cuando se quedaba sin munición usaba una bayoneta, era como si hubiera nacido para empuñar un arma. Muchas personas lo maldecían como un tirano, un bastardo difícil de congeniar, pero si lo veían aparecer bajo el asedio de los demonios, la mayor parte de las personas se lo agradecían a Dios. La mayoría de ellos lo conocían; es por eso que sobrevivió, es por eso que fue torturado.

Una fuerte mentalidad provoca admiración, mientras que la mezquindad y cobardía crea resentimiento; se reunieron sobre al cuerpo de Remiel y lo convirtieron en un tipo de atracción enfermiza. Cuando su identidad cambió, fue como una fosforo encendido cayendo en un barril de pólvora, ¡bom! El carnaval comenzó.

Oh, Remiel tenía un novio.

Dicho novio finalmente fue encontrado y expuesto, toda la culpa es de Remiel por ser demasiado llamativo. Surgieron sospechas de todas las personas cercanas a él; en ese momento todos estaban demasiado ocupados aclarando su inocencia, así que nadie se atrevió a interceder por él. El novio sudaba y negada con la cabeza desesperadamente diciendo «“Me gustan las mujeres ¡¡Él me obligó a hacerlo! ¡Es un demonio!»

Sí, Remiel es un demonio.

—Lo siento mucho—dices.

Dices que lo sientes y Remiel se ríe.

—¿Por qué lo sientes? ¿por follar a un maldito gay?

Deberías decir, “Lamento profundamente lo que te pasó”, “Mientras te arrepientas con sinceridad, Dios salvará tu alma”, este es el procedimiento, pero no puedes hacerlo. Te sientes triste. Qué extraño es que no te sientes triste cuando debes estarlo, en cambio, te sientes más triste cuando haces bien tu trabajo que cuando no es así. Remiel te mira agotado, todo lo que sabes que debes hacer se siente mal.

Te inclinas y besas su frente.

Una vez, cuando era muy joven, tuviste fiebre y la monja que cuidó de ti te besó en la frente; entre el calor y el dolor corporal, ese beso pareció curar el dolor. Besas a Remiel en la frente intentando hacer que se sienta mejor.

Antes de hacer eso, Remiel ya había dejado de sollozar, solo quedaba una sonrisa torcida en su rostro. No sabes si estaba dirigida a sí mismo o al mundo, pero cuando lo besas, su expresión mordaz se deshace. Comienza a respirar agitadamente y después de un momento te toma por el cuello de la camisa.

—¡Estás completamente enfermo! —dice entre dientes, temblando por completo— No sé qué mierda pasa por tu mente…

Te derriba con fuerza y se abalanza sobre ti, imponiendo su codo contra tu pecho y la mano alrededor de tu cuello, presiona para que dejes de respirar. Una plegaria silenciosa puede resolver el dilema pero no te mueves, ni siquiera piensas en usarla. Gotas calidad caen sobre tu rostro, quieres limpiar las esquinas de sus ojos pero él te aparta la mano de golpe.

Te baja la bragueta y él se quita el pantalón. Lame tus dedos y se los introduce en el ano. No va por el aceite medicinal, esta expansión es brusca y rápida, cuando termina se arrastra hacia abajo y toma tu pene. El repentino y húmedo calor te hace dar un brinco, Remiel presiona tu vientre manteniéndote abajo.

De su boca consigues una rápida erección, la sangre corriendo hacia abajo te marea. Él se incorpora rápidamente, abre las piernas y se sienta a horcajadas sobre ti, toma tu pene y lo mete en su agujero.

Puedes ver cómo poco a poco tu pene invade su cuerpo, la entrada traga la cabeza del pene. No es sencillo, y ambos gimen al mismo tiempo. Remiel jadea, su pene se estremece, la fuerza de la gravedad hace que te trague por completo de un tirón.

El añorado placer sube por tu columna y te golpea la cabeza, es el mismo que antes pero completamente distinto. Esta vez tú estás tendido en el suelo y Remiel se encuentra sobre ti, se ha quitado la camiseta y su cuerpo desnudo frente a ti cubre todo tu panorama. Ves sus muslos tensos, su pene parcialmente erecto con los testículos colgando debajo, su vello público es del mismo color que su cabello, ves las líneas de los músculos de su pecho y abdomen, su cuello tenso, su rostro durante el acto sexual. Es muy atractivo, es tan hermoso como un cuchillo; filoso y bello.

—¿No con hombres, eh? —dice.

Sus labios están húmedos, no sabes si esas gotas provienen de su lengua o por eso que acaba chupar.

Lo que sea que vas a decir se evapora cuando él comienza a moverse. Comienza a montarte, cabalga tu pene como a un caballo, y tú no sabes qué decir ni qué pensar. Al principio, se apoya con una mano, sus genitales se balancean con el sube y baja de su cuerpo, chocando bajo tu ombligo, entonces recupera el equilibrio y retira la mano para tocarse a sí mismo. La parte inferior de su cuerpo te traga, sus paredes internas se retuercen alrededor de tu pene, son suaves, apretadas y calientes. Cuando estás completamente enfundado en él, su abdomen se abulta ligeramente, ese pequeño y sutil cambio hace entumecer tu cuero cabelludo.

Es tan... tan excitante, no como aquellas otras veces que lo usaste; el ritmo está en sus manos, Remiel está “vivo”, choca contra ti y te hace difícil respirar. El sudor se desliza por sus mejillas, acumulándose en su mentón, balanceándose con cada movimiento y finalmente aterriza sobre ti. Sus músculos están respirando, su piel está aceitada por el sudor, esta sensualidad te da la impresión de ser lo suficientemente maligna, el intenso atractivo sexual te hace querer desviar la mirada, pero tu mirada es incapaz de apartarse.

Eres incapaz de soportar su cabalgata, abres la boca jadeante. Tu pecho se siente congestionado y tu cuerpo arde, esto se siente muy mal y bastante bien. Miras a Remiel y no puedes evitar querer extender la mano y tocarlo, pero él la detiene sujetandola.

—Dime —pregunta inquieto—, ¿qué diablos quieres hacer, Padre?

A tu cerebro le toma un momento entender lo que está diciendo, Remiel ha perdido la paciencia. Sus manos sujetan las tuyas, y se apoya sobre ti, condescendiente y agresivo. «Qué fascinante». Su rostro está sonrojado pero sus ojos se mantienen atentos. Se eleva y vuelve a caer con una velocidad martirizante.

—¡Dilo! ¿Soy un demonio o un hombre? —pregunta una vez que se detiene.

Cierras los ojos, quieres hacer que ese intenso calor te suelte por un instante. Inconscientemente quieres enderezar tu cadera pero Remiel te presiona con mucha fuerza. No puedes liberarte de su prisión física sin usar plegarias, y es que tampoco quieres liberarte. Su cuerpo contra el tuyo, de pronto lamentas que aún sigues usando ropa. Quieres tocar su cuerpo con tus manos, con tu propio cuerpo, con tus labios. Tu cabeza se encuentra en un caos, el alcohol parece ir y venir.

—Remiel —dices con dificultad.

—¡Te estoy preguntando! —dice— ¿Estás follando a un demonio o a un hombre?

—Remiel —repites.

Finalmente se da cuenta de que le has respondido.

Se estremece y cae sobre ti, jadeando con dificultad junto a tu cuello, dejándolo caliente y húmedo. No es hasta después que te das cuenta de que acabas de eyacular, en este momento sus paredes internas aprietan tu órgano, sofocándote bajo una oleada de placer, tu mente se queda en blanco.

Simplemente permaneces ahí tendido por un momento, acostado en el piso, apilados el uno sobre el otro, desordenados y fuera de sí. El sudor hace que la ropa se te pegue, el piso se ha ensuciado de sudor y semen pero a ti no te importa. Estás agotado y al mismo tiempo increíblemente en paz. Todo lo que te ha estado molestando en este momento parece haber sido echado a un lado bastante lejano, solo son tú y él. Después de un tiempo, Remiel incorpora su cuerpo apoyándose en el suelo, no llora ni ríe, y ya no se le ve enojado.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta.

—Enoc —respondes.

—Enoc —repite.

Se inclina y te besa en los labios.

*

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: PastTimer [Wattpad]

Comentario personal: *suspiro* Ya sabíamos que Remiel la pasó mal cuando su “gente” se enteró que es semi-demonio, pero al leerlo aquí… me da pena y me rompe el corazón u_u
En cuanto a la segunda parte del capítulo… *^*! omg! ¿Sera el comienzo de la etapa rosa de la pareja? ¿o habrá negación, sufrimiento y demás? ¿qué opinan? Como soy malvada *puajaja* les dejo el inicio del capítulo 24… *chanchanchan*

Pasando a otras cosas.
My gosh! Como tardo con esto de la traducción. Yo me plante aquí frente al Word a eso de las 10 y ya es la 1, la 1!!! (Por eso el sueño!) Y eso que ya tenía el capítulo traducido, solo fue cosa de revisar el texto chino y corregir por aquí y por allá. Arg, así no voy a avanzar, necesito bajarle un poquito a esto de la exigencia(??)-calidad(???)-o yo que sé.

En fin, pasando al comentario random que llevo sin incluir…

Tengo muchos libros en pause y termino leyendo danmeis. ¬_¬’
Les comenté que quería leer algo famoso y extenso pero no puedo.
Vi el donghua de “Can Ci Pin” porque quería leer la novela. Leí no más de 10 capítulos y lo dejé en pause. ¿Por qué? No tengo idea. Amo a Priest pero no’más no pude continuar y tampoco siento mucho interés por leer las otras novelas completas en inglés que me faltan (Tai Sui, The Way of the Evil, Jin Se…)

Como me encuentro mucho fanart de Qiang Jin Jiu, me dije que la leería… pero tanto personaje me quitó las ganas(?). Así que en pausa sin ningún capítulo.

Vi que Peerless (Wushuang) tiene una buena puntuación en UN y me dije, “por qué no”, entonces me leo un par de capítulos y… eso fue hace dos semanas. Nada.

Veo que a una de las chicas de Fangirgeneration le super gusta Thousand Autumns…. Pero hace tiempo me ví el donghua y hum, no es que me super interese saber qué continúa.

No sé, ¿qué otra novela super larga y super popular me falta por considerar? ¿2ha? ¿Nanchan? ¿YuWu?... algo terminaré leyendo, espero.

Por otra parte, lo que sí leí y me gustó fue Global University Entrance Examination. Hacía tiempo que estaba entre leerla o no, me echaba para atrás el tipo de historia (supervivencia) porque ya he leído cosas del género(?) y simplemente no me gustaron. Esta novela comenzó así, el primer arco fue como los demás y me hizo dudar si seguir o no, pero afortunadamente lo hice y me entretuvo bastante. Más allá de la situación, lo que me gustaron fueron los personajes (principales y secundarios), creo que por eso vale la pena. Así que si quieren una novela larga con buenos personajes, aquí la tienen.

En otras cosas… el mes pasado y a principios de este me leí una serie MM (‘Chicos Heterosexuales’ de Alessandra Hazard), no estuvo mal, en realidad fue bastante sencilla y entretenida, y de alguna forma me hizo recordar un danmei que me gusta. En sí nada que ver la una con la otra, pero lo que me hizo relacionarla es que en la serie de CH a veces sentía que estaba leyendo a los mismos personajes pero en diferentes circunstancias y el danmei en cuestión (Quickly Wear the Face of the Devil) es precisamente es sobre un chico que va saltando entre mundos y en cada ocasión le sigue su “amante inmortal”. Como dije, nada que ver, pero la sensación de tener a la misma pareja en cada libro de la serie estuvo ahí. Y eso, el danmei QWFD es bastante extenso y por tercera vez la estoy leyendo completa! (Rondará las 1600 páginas pero lo vale, al menos para mi).

Ya no los entretengo más.
Por sus vistas, lecturas y demás, gracias.
No sé para cuando el próximo capítulo, pero estén seguros que llegará.

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