viernes, 13 de enero de 2023

[Demonio a la venta] Capítulo 39

La muerte del Papa sacudió al mundo entero.

La Navidad de ese año esa fue llamada la Navidad negra, Su Majestad el Papa murió, en adelante los Cruzados ya no podrán bajar a realizar las expediciones en el Infierno, el campo de batalla volverá una vez más a la superficie… ¿o será quizás que todos los Hijos de Dios murieron? A excepción de muy pocas personas, nadie más conoce la historia interna.

Lo que la mayoría de la gente sabe es que Su Majestad el Papa, aquel que recibió la gracia del Señor, murió, y el ejército de demonios perdió el poder divino que podía contenerlos; en consecuencia, esos monstruos comenzaron a contraatacar frenéticamente. El Frente de Liberación se convirtió en el objetivo detestado por todos, no obstante, tanto las acusaciones de la opinión pública, así como la represión del ejército, no podían traer de vuelta a la vida al Papa ni tampoco deshacerse de los demonios. Después de muchos meses de agitación, algunos países renunciaron buscar protección de la Santa Sede y en secreto reiniciaron algunos proyectos de investigación que habían sido condenados como blasfemos.

En el tercer año después del incidente, las puertas del Infierno se cerraron.

Y esto no fue gracias a la Santa Sede, o mejor dicho, a la resistencia de la Santa Sede. En el país más plagado por desastres demoniacos, el nuevo presidente lanzó un ataque sorpresa, tomó control del ejército de la Santa Sede estacionado en las puertas del Infierno, y a través de la fiera brecha envió el resultado de su investigación. En un radio de cientos de kilómetros, resonó un estruendo ensordecedor acompañado de llamas blancas, más deslumbrantes que el sol, que se abrieron paso desde el subsuelo. La filosa espada que apuntó hacia abajo resultó en tierra y rocas volando hacia el cielo, con miles de kilómetros de altura, mientras que el humo y polvo parecían una nube con forma de hongo.

Los creadores de esta arma subestimaron el poder de su investigación, provocando así que muchas personas en la superficie resultaran afectadas. Las personas, dentro del rango del ataque, que no tuvieron tiempo de escapar murieron sin un cuerpo completo, y la tierra se abrió y colapsó; es probable que pasen muchos años sin vegetación. El investigador que dirigió el proyecto lloró por los terribles resultados.

—Santo Dios —murmuró—. ¿Creamos un nuevo demonio?

—No, maestro —respondió su asistente, en sus ojos bien abiertos destellaba una luz de ambición—. Los demonios han vuelto al Infierno, y los clérigos han vuelto al Cielo. En adelante solo serán leyendas de los humanos.

Ciertamente, así es.

Esta temible arma provocó una gran cantidad de muertes, pero también erradicó el desastre de los demonios. Puesto que fue lanzada bajo tierra, todas las puertas de Infierno colapsaron, y ni un solo demonio ha vuelto a aparecer en la superficie. Los investigadores que fueron criticados e incluso buscados por la Santa Sede finalmente dejaron de esconderse. Se pararon frente a los medios de comunicación y explicaron el funcionamiento del arma y cómo destruyó a esas criaturas que eran las más resistente al calor.

—Organismos —dijeron—. Los llamados “demonios” en realidad no son una especie mítica. De hecho, el llamado “Infierno” probablemente era solo otro ecosistema en el que los organismos habían estado aislados de los seres vivos en la superficie debido al movimiento de la capa terrestre, posiblemente desde hace miles de millones de años. Como en el caso de los orcos que tomaron otro camino en la evolución…

Incluso si algunos abuchearon la teoría de la “evolución”, nadie pudo pedir que fueran quemados hasta la muerte.

Habiendo demostrado el poder de esta nueva arma, la constante presión que había dirigido la Santa Sede a ese país, ya no fue tan agresiva como antes. Muchas naciones, religiosas o no, comenzaron su propia investigación en armas.

Sobre esto hubo muchos sentimientos encontrados, prevalecieron las teorías conspiratorias, las personas lucharon ferozmente y los dirigentes de arriba se destrozaron entre sí en las mesas de negociación. En el punto álgido de la conmoción, tú y Remiel deambularon por las desoladas llanuras, buscando sobrevivir en pequeños lugares desolados. Para cuando te enteraste sobre el ojo de la tormenta, el huracán ya había pasado.

Escuchaste que las puertas del Infierno fueron cerradas y que desde ahora ya no habrá demonios salvajes. Escuchaste que se reveló que el “nuevo Hijo de Dios” de la Santa Sede era un engaño y que los milagros hechos por el Papa también fueron fabricados, y que el poder en todo el clero se estaba debilitando. Escuchaste que incluso algunos países atacaron a la Santa Sede, negándose a que esta nombrara a sus propios obispos y pidieron que sus tropas se retiraran de sus fronteras. Sientes un poco de melancolía, ahora se han ido tus hermanos y hermanas, enemigos y misiones.

Remiel siente tu tristeza, te pregunta qué pasa y tú se lo explicas.

—Creo que ahora… —piensas por un momento, y entonces le confías tu preocupación— ¿soy inútil?

Fuiste criado como un Hijo de Dios y en el camino aprendiste a cómo luchar contra los demonios. Ahora que los demonios han desaparecido, ya no necesitas sacrificarte ni participar en los rituales que como Hijo de Dios necesitaban que atendieras, el 99% de las cosas que aprendiste son inútiles, lo cual te deja un tanto perdido. Cuando hablaban sobre esto, Remiel apenas había llegado a casa y se estaba sirviendo un vaso con agua, al escucharte decir eso escupe el trago de agua hasta casi medio metro de distancia.

—¡¿Eres inútil?! —dice Remiel con una expresión distorsionada—. Me permitiste tener una vida como una persona común, puedes lidiar con todo tipo de lesiones, puedes usar sanación, dominas varios idiomas y puedes escribir y hablar perfectamente en latín. Tu aritmética es tan rápida como una calculadora, y hablas tan bien que incluso alguien quiso que te casaras con su hija tan pronto como nos mudamos, castras gatos y ayudas a parir a perros y gatos. ¡Si tú eres inútil, entonces todo el mundo es basura!

Invertiste muchos años hasta completar la plegaria inversa en Remiel, y ahora él está impreso con runas de la cabeza a los pies. Dolió, pero con ellas fue posible convertir un disfraz permanente; tu poder también disminuyó, pero sigue siendo mejor que la mayoría de los clérigos comunes; es posible que la pérdida completa del poder de las runas tome unos cien o dos cientos años. Han abandonado sus identidades, has perdido tu posición de sacerdote y has conseguido un trabajo de oficina en donde tu empleador y clientes confían en ti, no odias esta ocupación.

Si haces bien tu trabajo, alguien se beneficiará de ello. Aunque tus ingresos no son tan buenos como antes, no es menor al de Remiel, puedes mantener a tu familia. No eres inútil y estás aliviado de darte cuenta de esto.

—¿Y no tienes también esta cara? —dice Remiel pinchando con malicia tu barbilla, actúa como un soldado acosando sexualmente a una jovencita—. Sonríe para mí, pequeña belleza.

Sonríes cómplice y él es incapaz de contenerse, te suelta y en cambio te besa manteniendo una gran sonrisa.

En la quinta víspera de Navidad, finalmente se han mudado a una ciudad en el norte, es probable que les tome varios años pagar el préstamo del banco, pero eso no es un gran problema. Después de que desapareció la rutina del “anuncio del nombre del Hijo de Dios” y “el Papa recibe a dignatarios y creyentes”, las personas se acostumbraron rápidamente a los nuevos programas que aparecieron. Cuando entran al centro comercial, en todas partes transmiten alegres canciones navideñas.

Las multitudes recorren las grandes tiendas, eligiendo ávidamente lo que necesitan para las celebraciones, al igual que Remiel y tú. Él mira a su alrededor, se queja por la cantidad de gente, como para enfatizar que esta es la razón por la que te lleva de la mano. Uno junto al otro se abren paso entre la multitud, como dos barcos anclados. Desde la distancia se ve el anuncio de la pastelería, con un Santa Claus que distribuye bastones de caramelo a los niños que pasan por ahí, llegan al frente de la tienda solo para dase cuenta de que los pasteles navideños están agotados, Remiel deja escapar un gemido de pesadumbre.

Él insistió en celebrar tu cumpleaños y el único cumpleaños que recuerdas es Navidad. No es precisamente que nacieras en un día de Navidad (Remiel aún piensa en los Hijos de Dios), pero lo cierto es que este día significa mucho para ti, y él respeta tu opinión. Él no te detiene de hacer tus oraciones matutinas y vespertinas, de la misma forma en que tú no lo obligas a hacerlas también, ambos quieren que el otro sea feliz.

—¡Señor! ¡Señor! ¡Espere un momento!

Una mujer grita detrás de ustedes, ella lo hace varias veces antes de darte cuenta de que los está llamando a ustedes. Giras tu cabeza y ves a una mujer joven corriendo hacia ustedes con una expresión de sorpresa.

Remiel suelta tu mano y da un paso hacia atrás. Él trabaja en los muelles y no hay muchas mujeres ahí, así que es un hecho que ella se refiere a ti. Tú también lo crees, pero la mujer lo busca a él. Remiel se queda en blanco, es obvio que no recuerda de donde la conoce.

Este lugar es muy ruidoso, no puedes escuchar bien lo que dice, así que solo les queda moverse a un lugar con menos gente. Tan pronto como lo hacen, ella habla emocionada.

—Disculpe, ¿ha estado alguna vez en Ashwood?

—¿Dónde? —responde Remiel de inmediato—. No he escuchado de ese lugar.

Por supuesto que lo conoce, lo recuerda, o sino no estará usando ahora un fuerte acento sureño. Fuiste el sacerdote de Ashwood por casi seis años, y Remiel se quedó en ese lugar casi un año antes de llevarte con él lejos de ahí en la víspera de navidad hace varios años. Él mira a la mujer con sospecha, y solo tú puedes notar su vigilancia.

De pronto recuerdas quién es ella.

—¡Lo siento, debí reconocer a la persona equivocada! —sonríe ella con vergüenza, como si acabara de percatase de que fue un poco brusca—. Hace años viví en Ashwood y me vi involucrada en un montón de cosas malas, tuve la suerte suficiente de encontrarme con un ángel que se parece mucho a usted. ¡Juro que se ve igual! Oh, bueno, es probable que bebiera demasiado.

La expresión de Remiel se suaviza, es obvio que también recuerda quién es.

Esta es la jovencita que aquella noche vagaba por el pueblo, la joven que él consoló y envió de vuelta a casa la noche que lo resucitaste con ayuda de la reliquia sagrada. En ese entonces, su rostro estaba cubierto con maquillaje y lágrimas, era muy joven e inmadura, bastante distinta a su apariencia profesional de ahora. Tiene el cabello corto y se le ve de muy buen ánimo. Remiel la ve con ojos gentiles, como si viera a la pequeña hermana que no ha visto en muchos años. Si no fuera por el bien de mantener la secrecía, probablemente habría reído felizmente.

—¿Ángel? —dice Remiel con su acento sureño—. Realmente debiste beber mucho.

—Sí que bebí mucho, pero él realmente era un ángel —responde ella riendo—. En esa época yo era un desastre, si él no me hubiera ayudado, no hay duda de que seguiría liada estúpidamente con el bastardo de allá. Veras, fui aquí a la universidad, conseguí un buen trabajo, y estoy por casarme el próximo año, mi esposo es diez mil veces mejor que mi ex. Bueno, esa persona pudo haber sido un verdadero ángel, no lo había visto antes ni tampoco lo volví a ver después de eso, se siente como si en realidad no hubiera existido. Después de todo, Ashwoos es un lugar pequeño.

No hay muchos residentes en Ashwood, y también está bastante lejos de aquí, es una gran coincidencia encontrarse con un viejo conocido. Ella te sonríe, reconoció a Remiel, quien estuvo a su lado en aquella noche de borrachera, pero no te reconoce a ti, un sacerdote en un pueblo pequeño. Es verdad, los modernos jóvenes del pueblo no ponen mucha atención en los sacerdotes, y las únicas personas que lo hacen no dejan muy seguido su lugar de origen. Qué maravilla.

—Aunque no soy la persona que buscas, aún así te deseo una feliz boda —dice Remiel con una sonrisa—. ¡Te deseo felicidad!

—¡También les deseo felicidad! —dice ella.

Ella usó el plural, y por un momento ustedes dos se quedan atónitos, no están seguros de si lo dijo en ese sentido. Su silencio hace que ella se encoja de hombros, retuerce los dedos como si tuviera ganas de meterse en un hoyo bajo tierra.

—¡Lo siento, lo siento! —se disculpa repetidas veces, su rostro está sonrojado—. Los vi tomados de la mano, por error pensé…

—No, no estás mal —responde rápidamente Remiel—. Sí, nosotros… eh, sí. Gracias, gracias.

Ella se disculpa varias veces más y Remiel le agradece de igual manera, los dos están el uno frente al otro como polluelos picoteando arroz, totalmente perdidos. Remiel sigue asintiendo, parece alagado, pero sin saber muy bien qué decir. Le miras y le tomas de la mano.

—Gracias —le dices a la mujer de forma solemne—. Lo seremos.

Ella se tiene que ir enseguida, su prometido aún la espera. Ella se ve feliz, es probable que todas las personas felices desean compartir su felicidad con los demás. Ella agita la mano en despedida, les desea una feliz navidad y antes de irse les entrega una caja con pastel.

A pesar de que todos los pasteles se habían agotado, aun así, podrán comer uno este año. Después de eso, Remiel está de muy buen humor y compra una gran cantidad de cosas que no habían planeado. Pasean sin rumbo fijo por el centro comercial, Remiel estira el cuello para ver el nuevo televisor que salió al mercado, y enseguida lamenta su anterior excesivo entusiasmo.

—¡Esta cosa es a color! Ss, está muy caro —dice fastidiado—. No podemos permitírnoslo sino hasta el próximo año.

Le dices que está bien, que no se preocupe, en el futuro habrá muchas navidades. Aún les quedan muchas, muchas navidades por pasar juntos.

Fin

*    *    *

Una pequeña posdata.

Al final de cuenta no se publicó la historia interna de la Santa Sede y el Infierno, todo lo que sucedió en las capas superiores y en el núcleo del vórtice. Cosas como: el Frente de Liberación, el miembro de la Santa Sede y los Hijos de Dios que tuvo la oportunidad de desertar muchos años antes, así como el ataque crucial a la Capilla, el Papa y los Hijos de Dios; cosas como: la Santa Sede adivinando esto después del ataque, la canción llamando a los Hijos de Dios, el llamado a ese Hijo de Dios… al final, no terminé escribiendo estas cosas porque no es la historia de Enoc y Remiel, es probable ellos no sepan sobre eso.

El mundo en el cual toma lugar esta historia es muy grande, en una gran época en la víspera de grandes cambios, y los protagonistas solo son dos partículas de polvo. Incluso Enoc, quien fue un importante Hijo de Dios, fue descalificado de participar en la tormenta cuando él eligió abandonar el ojo del tifón, eligió salvar a Remiel y por lo tanto, se alejó por completo de la Santa Sede. Ya sea que eligiera la vida entre los humanos o lanzarse al vertiginoso vórtice, al elegir lo segundo, incluso si sobreviviera, inevitablemente se quedaría sin libertad, empujado por la multitud y el gran poder. Por otra parte, ellos no están interesados en esta gloria.

Esta no es una historia genial en la que los protagonistas suben a la cúspide. El final de “Cenizas” tiene muchas conspiraciones, batallas y grandes escenas, Remiel investiga algunas verdades e historias internas… pero si se lo preguntaran, a él definitivamente le gustaría más estar como en el texto final, con Enoc viajando por el mundo, en lugar de agitar la situación como el “Aparecido”.

Así que dejémoslo aquí, ellos se marcharon y todo estará bien.

Aún quiero escribir algo sobre una posibilidad, por ejemplo, cuando los errantes Remiel y su pequeña hermana vieron al joven Hijo de dios Enoc desde la distancia, lo que pudo haber pasado si en lugar de pasar de largo se hubieran conocido por el destino. Una vez más, gracias a todos por su apoyo a lo largo del camino, permitiéndome terminar esta historia sin retraso. ¡Los amo!

Y se acabó, amigos merodeadores y amigos consumidores, ¡ya pueden comenzar a comer! ¡Vengan a comentar, no hacen falta cortesías! Tómenlo con calma, espero los comentarios, jejeje~~

*

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: PastTimer [Wattpad]

Notas de traducción:
- Teriomorfismo: “La teriantropía es la habilidad mitológica o la aflicción de los individuos para metamorfosearse en animales o híbridos por medio del cambio de forma”. [Fuente: Wikipedia]. // *Me cae bien que intentan dar una explicación científica de los “demonios” (me recordó al “Guardian” versión drama…) en fin, solo quiero mencionar que eso de los “orcos” se mencionó muy de paso en el capítulo 4. Y también, con eso de que aquí se intenta dar una explicación más lejana de la religión, no estaba segura de sí usar el término “orco” o “teriántropo, teriamorfo”, porque con eso de los orcos me recuerda al Libro de Enoc donde los ángeles caídos se unieron a los humanos y la descendencia fueron estos seres enormes…. Hum, y sí, que lo teriantropo también es cosa de leyendas, pero bueno… como sea, tampoco es que el uso de una u otra palabra importe mucho en este punto.

Comentario personal: ¡Y fueron felices para siempre!
Ahh, me alegra que terminaran juntos, que no existan más “hijos de dios” y que los demonios dejaran de ser una amenaza (aunque todo pareciera muy mágico).
No agrego más pues aún quedan los extras. Voy a mitad del primero, espero terminarlo pronto.
Y les recuerdo que si les gustó la historia y quieren apoyar al autor, en la tabla de contenido incluí los links para su Patreon y Alifan o pueden comprar sus libros en Google Play (búsquenlos con el título en chino).

En fin, hasta la próxima.

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