lunes, 1 de enero de 2018

[Historia corta] ‘Deseos’ de Giddens Ko

*Imagen al azar*
Título: 願望 / Wishes
Autor: 柯景騰 Giddens Ko
Seudónimo: 九把刀 Jiubadao
Extensión: 4 capítulos
Publicado: 20 de Junio, 2006 (en línea)
País: Taiwán
Género: Recuentos de la vida
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Sinopsis: El extraordinario encuentro de una jovencita y un genio de la lámpara mágica...




*  *  *

【 1 】
La joven recogió aquella lámpara de aceite mientras buscaba conchas de mar en la playa. Sin darse cuenta de lo que había pasado, ella simplemente vio como el humo blanco escapaba de la lámpara. El creciente humo blanco pronto reveló un enorme genio como el que es descrito en cientos de cuentos de hadas. La jovencita se quedó mirando con asombro esta increíble magia.

“Maestro, este genio está a tus ordenes,” el genio hizo una reverencia.

“No soy tu maestro,” la joven sacudió su cabeza.

“Quien sea que me saque de la lámpara es mi maestro. A cambio, te concederé tres deseos,” explicó el genio, descansando una rodilla sobre la arena.

“Cualquiera que supiera que estabas atrapado en la lámpara te habría ayudado. Además nadie sería capaz de darte lo que tienes, la libertad que ya posees,” la joven le dio una palmada en la rodilla y le mostró juguetonamente la lengua, “No merezco tres deseos, y no necesito tres deseos.”

El genio de la lámpara mágica quedó sorprendido. Esta no era la respuesta que esperaba. Durante ochocientos años, ni un solo hombre pudo resistir los tres deseos.

“¿No deseas tesoro alguno? ¿No estás tras hermosos sueños?” el genio estaba desconcertado.

“Antes de conocerte, estaba buscando la legendaria concha de mar que carga un arcoíris,” la joven agachó su cabeza, con sus ojos seguía buscando enérgicamente en la arena.

“Si lo deseas, puedo darte un millón de conchas de mar que cargan un arcoíris,” el genio le ofreció confiado.

“Gracias, pero prefiero buscar las conchas de mar en las olas yo misma,” la joven respondió pateando de vuelta una ola.

“No son solo arcoíris. Puedes incluso desear un atardecer, una ráfaga de viento, o una estrella fugaz en una bonita concha de mar, si tan solo lo deseas, puedo entregártelos con mis dos manos,” el genio ondeó suavemente su mano, y un arcoíris brotó del agua, saliendo disparado hacia el sol poniente.

“Gracias, pero no gracias,” la joven sonrió, levantó la concha de mar sentada al lado de su pie. No tenía un arcoíris, así que la volvió a bajar.

“¡Bueno! ¿Por qué no te construyo un enorme y hermoso castillo en el cielo?” el genio se rió, hinchando su barriga y soplando hacia el cielo un fuerte viento.

Blancas nubes se arremolinaron y vagaron, creando un majestuoso castillo flotante en el aire. Era tan enorme y magnífico que podía quitarte la respiración.

“¡Mira! ¡Es tan impresionante!” el genio gritó, haciendo su mejor esfuerzo por convencer a la joven, “No hay nada como esto en el planeta, este hermoso castillo solo puede ser creado por poderes mágicos.”

“No necesito cosas que los demás no pueden tener, especialmente cosas que son enormes,” la joven se rió, “Solo me gusta lo que me gusta.”

El genio dejó de hablar, y silencioso se unió a la joven en patear de vuelta las olas. Él pensó que la joven simplemente estaba desilusionada. Quizás ella era incapaz de creer que al dar una orden simple podría hacer que sus deseos se volvieran realidad.

“Durante ochocientos años, he ayudado a innumerables hombres en cumplir sus tres deseos.”

“Por lo general, ¿qué desean?”

“Salud infinita, belleza eterna, amor que nunca muera.”

“Comparten algo en común: eternidad.”

“¿Crees en la eternidad?”

“La eternidad no es preciosa ni especial,” la joven pensó por un momento, mirando las nubes color naranja, “El sol se oculta todos los días, es apreciado por todos y abarca a todos.”

El genio miró la puesta del sol; es la eternidad más sincera de la madre naturaleza cuando el tiempo parece detenerse. ¿Puede este poder crear un eterno atardecer? El genio no lo sabía porque ninguno había usado sus preciosos deseos en un atardecer que pertenece a todos.

Quizás, necesitaba tristeza. Pero primero, el genio debía cumplir su tarea en conceder deseos.

Este es el único propósito para el genio de la lámpara mágica.

“Hace setecientos años, hubo un pordiosero que amaba cantar, y él una vez pidió un deseo, solicitando riqueza. Soplé una enorme ráfaga de viento y aparecieron cientos de montañas de oro, destellando y resplandeciendo en una brillante luz dorada. Esto hizo que el pordiosero estuviera en tal éxtasis que gritó en voz ronca,” el genio contó con orgullo.

“Si son solo montañas de oro, entonces cuando el sol esté en lo alto, toda la ciudad se vuelve dorada,” la joven miró el dorado mar, elevando un ramaje de alga marina, “Si alguien cree que el dinero puede comprar la felicidad, entonces es un hombre pobre entre los pobres.”

El genio quedó desconcertado mientras miraba el ramaje dorado de algas marinas en la mano de la joven.

“¿Cuál fue su segundo deseo?”

“Debido a que temía sufrir un robo, usó su segundo deseo para construir un formidable almacén que fuese impenetrable por espadas y armas, asegurado con cien cerraduras, y accesible por un centenar de llaves.”

“¿Y qué pasó con su tercer deseo?”

“Se negó a hacer un tercer deseo porque temía que incluso un centenar de montañas de oro pudieran desaparecer un día.”

“Así que cuando llegó el día, sería capaz de hacer buen uso de su tercer deseo.”

“Es cierto. Él ni siquiera tocó una parte de su oro pero un día murió de vejo mientras patrullaba el almacén. No tuvo siquiera una oportunidad de cumplir el tercer deseo. Antes de morir, no lo volví a escuchar de nuevo. Solo pude escuchar el sonido de las llaves girando las cerraduras una y otra vez. Crack, crack, crack.”

“El deseo se convirtió en una carga.”

La joven levantó la cabeza, viendo las gaviotas volar en el horizonte.

El genio masticó las palabras de la joven.

Quizás riqueza no era lo que quería la joven, así que el genio decidió contar otra historia.


【 2 】
“Hubo una vez una mujer que con frecuencia recibía burlas por ser fea, y así ella deseó una gran belleza que pudiera fascinar a cada mortal en la tierra,” el genio soplo una burbuja de aire que portaba los recuerdos de su historia.

“Qué hermosa...” murmuró la joven.

“¿No es así? Ella estaba tan feliz por ser bella que naturalmente deseó después la juventud eterna,” el genio recordó orgullosamente, “solo la juventud eterna podía mantener su bello rostro. Era el perfecto segundo deseo.”

El genio hizo una reverencia y la mujer en el agua que emanaba un aire de encanto y elegancia, se levantó para bailar.

“¿Qué pasó después?” la joven sintió preocupación por la hermosa mujer.

“La bella mujer quiso encontrar a un hombre igualmente atractivo y encantador. Por lo tanto hizo un anuncio, solicitando hombres que quisieran cortejarla para que se presentaran en la última noche del siglo,” el genio cerró sus ojos y recordó.

Las distantes memorias del genio se desplegaron en el mar, y las olas doradas se agitaron en la escena de aquella noche en que una gran cantidad de hombres esperó haciendo fila.

“Los hombres que admiraron a la bella mujer llevaron de todas partes, bordeando las fronteras de todo el país. Entre ellos estaban reyes y príncipes, caballeros y héroes, poetas y artistas... Cada hombre que veía su belleza quedaba hechizado y hacían todos lo posible para demostrar su amor por ella. Cada rosa en el país fue cortada hasta que no quedó alguna,” el genio elogió con entusiasmo la fortuna de poseer gran belleza y juventud eterna.

“Así que ¿logró encontrar a su príncipe azul?”

“No. Ninguno en absoluto. La bella mujer sintió que ninguno de los hombre podía complementar su insuperable belleza, y no hubo alguien con que fuese a permanecer con ella para siempre,” el genio reveló con malestar, “en el bosque de rosas, la bella mujer sintió que algo estaba mal. Ella poseía la belleza eterna, y sin embargo, tenía que elegir a un hombre que envejecería y se volvería feo, para que fuera su esposo. ¿No es esto injusto?”

“Ella pudo haberle dado su deseo restante al hombre que amó, ¿no es verdad?” la joven preguntó con ingenuidad, “Quizás el hombre que la amase podía desear la juventud eterna y así después ellos podrían vivir felices para siempre.”

“Se lo propuse,” el genio casqueó su dedo y la imagen dorada se derritió, regresando en las olas del mar, “sin embargo, una mujer que está ávida de gran belleza y desea la juventud eterna, no posee el corazón para compartir un deseo con nadie.”

Nadie podría recordar que la mariposa alguna vez fue una fea oruga. Incluso la propia mariposa, podría olvidar que una vez tuvo un cuerpo así. La vida de una mariposa y la de una oruga son completamente distintas.

“Así que, ¿al final qué deseó?”

“Deseó sueños.”

“¿Sueños?”

“”La bella mujer deseó un millón de sueños. Sintió que solo en sus sueños podía ser capaz de conocer a un hombre atractivo y encantador que pudiese quedarse con ella para siempre. Solo un hombre en sus sueños fue lo suficientemente bueno para ella,” el genio miró el horizonte de mandarina en llamas.

Una gaviota descendió lentamente y aterrizó en el hombro del genio.

“Con una gran belleza y juventud eterna, solo para intercambiarlas por una ilusión que enmascare su soledad.”

La joven suspiró y se sentó en la playa.

El genio se sentó también mientras la gaviota en su hombro despreocupada agitó sus plumas.

“Tu intuición es muy cruel,” el genio suspiró mientras las olas rodearon sus grandes piernas, “parece que le he traído desgracia a los hombres.”

La joven sonrió y permaneció en silencio.

Por un tiempo, la joven y el genio admiraron juntos y en silencio el atardecer.


【 3 】
“Señor Genio, ¿qué es un deseo?” la joven abrazó sus dos piernas.

“Un deseo... es algo que quieres tener,” el genio respondió como cuestión de facto.

“Eso es un anhelo, no un deseo,” la joven reflexionó mientras el viento color mandarina le acariciaba el cabello.

“¿Cual es la diferencia?” el genio preguntó con una expresión de duda.

No tenía idea.

“Mi abuelo dijo que los deseos son viajes y esperanza,” la joven le sonrió al genio, “la esperanza brinda fuerza, pero los anhelos no.”

“¿Qué pasa con los anhelos? ¿No pueden brindar fuerza?”

“Los anhelos solo les brindan más anhelos, es lo que me dicen tus dos historias.”

¿Eso es verdad? ¿Todos son realmente anhelos? El genio bajó su mirada hacia sus enormes manos. Recordó. Los tres deseos que pidió hace 800 años.

“Hace mucho tiempo, hubo un hombre que vivió en una villa en el desierto.”

El genio se frotó las manos, e incontables torres místicas se elevaron de la fragmentada tierra, regresando a 800 años en el tiempo. La arena amarilla retumbó y se desmoronó, resurgiendo en un mar de cactus.

Un hombre, una mujer.

“Ellos crecieron juntos, y el hombre estaba profundamente enamorado de la mujer. Pero la mujer no lo amaba en absoluto y ella insistió en que solo podían ser amigos. Él entonces intentó muchas formas de obtener su favor, solo para que le dijera ella que no era posible.”

Emergió la imagen de una mujer de entre los ojos del genio. La imagen era borrosa, pero claramente reflejó un amor de antaño.

“¿Y qué pasó?” la joven escuchó atenta aunque no sabía nada sobre el amor.

“El hombre estaba perdido. A pesar de amar profundamente a la mujer, no podía entender el amor. Él pensó que era complejo e incluso de temer,” el genio se inclinó y tomó un puñado de arena.

En la arena, había dolor. Debido a que no había amor.

“Un día, un grupo de comerciantes de la ciudad montó en sus camellos en la verde tierra. Las personas les dieron la bienvenida en la villa. Fue repentino pero lo único que necesitaron fue una mirada, y la mujer se había enamorado de un guapo comerciante.” El genio miró a la mujer en la torre. Sus ojos estaban repletos de los colores del amor.

El hombre se dio cuenta de que en realidad había un amor en este mundo, el cual era imposible de tener, pero que además era difícil de abandonar. Esta dolorosa verdad perforó como espinas el alma del hombre, quedándose sin alternativa.

“Tres días después, la mujer decidió casarse con el guapo comerciante. Angustia y tormento fueron vertidos en el corazón del hombre. Durante toda la noche caminó errante en el desierto, deseando poder caminar hacia el fin de su vida.” El genio recordó mientras la gaviota en su hombro picoteaba su gran oreja.

“Pobre hombre,” murmuró la joven, intentando imaginar cómo se siente perder el amor.

“Durante kilómetros, el hombre siguió caminando hasta que sus piernas quedaron enterradas en la arena y su fuerza se había ido. Con el paso del tiempo colapsó bajo la noche iluminada de estrellas.” El genio sopló débilmente, un solitario cielo purpura colgaba en la noche.

Quizás fue una coincidencia, quizás fue el destino. El hombre encontró una vieja lámpara destartalada en el mar de arena. Frotó suavemente la lámpara y un humo púrpura se elevó, transformándose en un enorme genio.

“Así que también hay otros genios en el mundo,” la joven estaba sorprendida.

“El antiguo genio que no tiene nombre le concedió tres deseos al hombre de acuerdo a la antigua práctica,” el genio miró sereno al hombre tendido en a los pies del antiguo genio en el desierto.

El hombre, profundamente herido por el amor, sin dudar pidió su primer deseo.

“Querido Señor Genio, por favor permita que la mujer que amo pierda los sentimientos que por siempre ha tenido por su prometido. Ella ya no lo amará por el resto de su vida,” el hombre gritó en agonía a través de su garganta, la cual estaba seca por el fiero calor.

“Maestro, este deseo es demasiado peligroso. Tu deseo no altera el curso de tu vida, sino que manipula el destino de otra persona. Por favor, reconsidéralo y piensa en las consecuencias,” el antiguo genio suspiró.

“¡Cualquiera que sean las consecuencias es cien veces mejor que lo que estoy pasando ahora!” El hombre curvó su cuerpo como una bestia, temblando.

Temblaba. No estaba seguro de si era por vergüenza o sufrimiento.

“¿Cuál es tu segundo deseo?” el antiguo genio miró con simpatía a su frágil maestro.

“Señor Genio, por favor permítame ser el único hombre en este mundo que la ame. Ningún otro hombre en este mundo se enamorará de ella.”

Así que es cierto. Todos en el mundo quieren ser el único en el corazón de su amado. Solo un amor incomparable puede ser realmente significativo.

“¿Cuál es tu tercer deseo?”

El antiguo genio pudo adivinarlo ya. Todos estos años, los maestros a los que había servido fueron simples recipientes de codicia.

“Finalmente, quiero que ella se enamore locamente de mi, con gran pasión y una firme lealtad, hasta que la muerte nos separe.” Sus ojos centellearon en una serie de bizarros colores que cargaron un intenso deseo.

Era un tapiz de cada anhelo.

“Los tres deseos del maestro serán concedidos. Sin embargo, dado que tus deseos son como un vasto e infinito mar de arena que no solo te envuelven a ti, sino a cada persona en esta tierra,” la voz del antiguo genio fue cayendo en tristeza, “si algún día te arrepientes de pedir estos tres deseos, Maestro, pagarás un grave precio.”

“¿Qué precio?” el hombre rió amargamente, fue incapaz de ver por qué esos tres deseos podrían traerle arrepentimiento.

El antiguo genio procedió a declarar las condiciones de los deseos.

“Si el Maestro se arrepiente, estos tres deseos podrían atar tu alma con grilletes. El Maestro perderá su forma humana, convirtiéndose en un recipiente de deseos, es decir, el cuerpo del propio deseo. Durante mil y un años, exactamente mil y un años, servirás a la raza humana concediendo deseos como un genio de una lámpara mágica,” el antiguo genio le advirtió por última vez.

“Nunca jamás, definitivamente en esta vida, no, ni en diez vidas, sentiré el más ligero arrepentimiento de estos tres deseos. Este es mi amor, ¡mi único e inigualable amor!” El hombre miró al cielo con ambas manos estiradas, gritando con voz ronca.

Gritando con alegría.

El antiguo genio suspiró, y se desvaneció en un remolino de humo. Una ráfaga de viento sopló en la noche, y la lámpara de aceite desapareció en las arenas de oscuridad, dirigiéndose al siguiente lugar que necesitaba tres deseos.

Olvidando el cansancio causado por su dolor, el hombre se levantó con alegría, sacudiendo la pesada arena bajo la luz de las estrellas.

Él ya había alcanzado el perfecto amor que deseaba, y por ello estaba lleno de éxtasis.


【 4 】
“¿Qué pasó al final?” La joven tomó el dedo del genio con sentimientos de preocupación.

“Después de regresar a la tierra verde, la boda entre la mujer y el comerciante fue cancelada. Era de esperar ya que el amor había desaparecido.” El genio vio hacia la tierra verde, con escenas de los recuerdos apareciendo uno detrás de otro.

Lo que pasó después fue de acuerdo a los arreglos entre el hombre y el antiguo genio.

La mujer estaba fielmente enamorada del hombre, y él por fin experimentó la felicidad que nunca antes había tenido. Pronto ellos se casaron y se convirtieron en una pareja admirada por todos en la villa. Ninguno dudó de su feliz unión.

Un día, el hombre tuvo que ir a las fronteras del desierto por un viaje de negocios, despidiéndose de su esposa.

A pesar de llegar por primera vez a la ciudad para desembarcar en una nueva aventura de negocios, el hombre recordó que su esposa tenía un gran gusto por las rosas rojas. Él buscó de un lugar a otro, y finalmente en una esquina, el hombre se tropezó con una encantadora florería llena de más de cien tipos de rosas. Cada que el hombre estaba en la ciudad, visitaba la florería para comprar un hermoso ramo de rosas.

La dueña de la tienda era una encantadora mujer cuyas mejillas reflejaban el color de la rosa.

En las innumerables visitas que hizo a la florería, el hombre se encontró enamorado de la encantadora florista. Sin saberlo, la mujer también se enamoró del hombre, quien tenía un exótico aire del desierto.

El hombre del desierto y la florista de la frontera, pronto se involucraron en una relación profunda y apasionada. Este encuentro de gran amor fue algo que él nunca antes había conocido. Cada opinión que tuvo antes sobre el amor había cambiado, avergonzando lo ridículo de sus deseos.

La esposa del hombre pronto descubrió la traición por la mirada en sus ojos. Atrapado bajo los poderes del genio, ella le rogó al hombre desesperadamente para que regresara con ella.

Pero el amor es precioso porque no puede ser intercambiado por nada en este mundo. Este solo puede regresar en una forma mística sin condiciones. El hombre anhelaba un amor profundo y apasionado, y fue incapaz de alejarse de su relación con la florista.

Esto no fue lo que el hombre había esperado cuando le rogó ayuda al antiguo genio. Él solo podía rogar perdón a su esposa.

¿Perdón?

Lo que su esposa tenía era un amor que nunca podría morir.

Y así, la muerte se volvió inevitable.

Solo la muerte podía renunciar a su amor por él y perdonar el amor que su esposo tenía por otra mujer.

El frío cuerpo de su esposa lo llevó a la desesperación. Cada recuerdo entre el hombre y su esposa lo inundaron, cargando consigo una enorme cantidad de lágrimas de remordimiento. La precipitación de sus deseos fue la causa de esto. Esta tragedia fue el resultado suyo.

El amor va y viene a su antojo.

Cuando se va, desaparece silenciosamente sin dejar huella.

Un deseo egoísta fue usado para capturar un millón de posibilidades, confinando a cada persona sobre la tierra contra su voluntad. Lágrimas de remordimiento cayeron en la tierra, y el cuerpo del hombre se desvaneció en humo, convirtiéndose en un esclavo de los deseos.

“Convirtiéndome en lo que soy hoy,” el genio confesó, mirando a los recuerdos colapsando en las doradas olas del mar.

800 años.

Ocasionalmente, la lámpara mágica era descubierta para conceder los deseos de los hombres.

Un deseo para tener inmensa riqueza.

Un deseo para tener belleza eterna.

Un deseo para tener un amor que nunca muera.

Desafortunadamente estas personas con frecuencia no entendían la diferencia entre deseos y anhelos. Si ellos con el paso del tiempo ganaban satisfacción después de haber sido concedidos sus deseos, nadie lo sabe.

“Pobrecillo,” la joven apretó el enorme dedo del genio.

“Conceder deseos para los hombres es probablemente la expiación de mis crímenes,” el genio se rascó su gigante cabeza azul, riendo amargamente, “cada vez que soy testigo del aspecto de la alegría, rezo vehementemente que realmente sean felices, que estén verdaderamente satisfechos. Espero que ninguno tenga que caminar por mis pasos.”

Aún hay muchos deseos esperando a ser concedidos antes del fin de los mil y un años.

“Es maravilloso ayudar a otras personas a darse cuenta de sus deseos,” la joven sonrió ampliamente, confortando al enorme genio.

El genio sonrió con gratitud. Esperó a que la joven ordenara sus pensamientos para así poder cumplir sus deseos.

Pero la joven solo lo miró, con sus cristalinos ojos mirando a su vacío y cansado cuerpo.

“¿Alguno te ha preguntado,...” dijo la joven, “... cuál es tu deseo?”

El genio se quedó atónito.

¿Cómo es eso posible? ¿Por qué alguien estaría dispuesto a darle un precioso deseo a alguien más?

Era irónico darle un deseo a un genio cuya tarea es conceder deseos.

“No,” respondió el genio, “definitivamente no.”

“Así que, ¿cuál es tu deseo?”

La mente del genio se quedó en blanco; estaba completamente perdido. Nadie había mostrado preocupación por el genio o había pensado en cumplir su deseo.

Entonces de nuevo, no era la culpa de nadie. Por ochocientos años estuvo atrapado en una pequeña y deteriorada lámpara de aceite. Él solo podía respirar un débil aire de libertad cuando alguien lo liberaba de la lámpara. Incluso el propio genio era incapaz de imaginar cómo había terminado en este estado, ¿cómo podía él pensar siquiera en sus propios deseos?

“Me gustaría pedir...” el genio sintió un poco de angustia mientras miraba hacia el horizonte que separaba el mar del cielo.

“¿Qué es lo que él quiere?”

El genio era incapaz de responder, y quedó abrumado por la turbación. Qué vergüenza para su existencia como un genio. ¿Era conceder deseos una simple transacción superficial? Se sintió avergonzado.

En la distancia, la bola roja de fuego ya había rodado dentro del mar, dejando rastros carmesí en el horizonte. Las estrellas se habían iluminado silenciosamente en el cielo, tintineando, como si murmuraran sobre el genio y la joven. Después de limpiar sus plumas, la gaviota en el hombro del genio extendió sus alas y voló hacia el horizonte. En un santiamén, la gaviota se convirtió en un diminuto punto blanco a la distancia, un punto blanco que estaba más allá de la comprensión.

“Libertad.” La joven también miró hacia el cielo.

“¿Libertad?” murmuró el genio.

“Con libertad, serás capaz de perseguir tus sueños, y cumplir tus deseos,” la joven sonrió y aplaudió, “En adelante ya no serás un genio en una lámpara, ya no más preso por los deseos, y siempre serás libre.”

¿Así de simple?

Así de simple, el genio fue liberado de los grilletes de los deseos.

“Entonces, ¿cuáles son tus otros dos deseos?” dijo el genio entre sollozos.

Esas eran lágrimas de libertad.

Esta era la felicidad de ser amado.

“Después de tener un hermoso deseo, tener dos más podría ser demasiado codicioso,” la joven respondió como en un ensueño.

El genio asintió, su corazón estaba lleno de gratitud.

Inocente y puro, sin ambiciones o demandas, la joven era la epítome de la libertad.

Libertad es un regalo que pertenece a todos. Pero con frecuencia, las personas se olvidan de su verdadero ser. Y sin embargo, es la libertad lo que les da a las personas el valor para vivir, y la fuerza de perseguir sus sueños.

La noche estrellada finalmente había dado paso a la luz de la mañana, pero la joven seguía sin encontrar la misteriosa concha que cargaba un arcoíris. Sin embargo, ella no tenía prisa. Le gustaba la sensación de buscar conchas en las olas del mar.

“Adiós, Señor Genio.” La joven ondeó su mano ya que era hora de volver a casa.

“Adiós, mi ángel.” El genio se paró en las frías olas sin saber qué hacer.

El genio respiró con un poco de aprehensión, y con un poco de emoción. Por un momento, no supo a dónde ir, pero el genio no tenía prisa. Tenía toda la libertad en el mundo para buscar la dirección de sus sueños.

En el alfeizar de la ventana, bañada con los rayos del sol, había una pequeña lámpara de aceite llena de flores.

- FIN -

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: Xueyun

Notas extra:
- Al inicio del capítulo 3 la jovencita dice “Eso es un anhelo, no un deseo.” Tuve dificultades con esta parte. El original es “那是慾望,不是願望” donde 慾望 (yuànwàng) es ‘deseo, aspiración’ y 慾望 (yùwàng) es ‘deseo, aspiración, apetito’. A primera vista parece ser lo mismo, pero en realidad hay una ligera diferencia. El primero tiene un aspecto positivo (‘wish’), en cuanto al segundo, tiene en un sentido negativo (‘desire’)
Me resultó difícil marcar esta diferencia en español porque no encontré mejor palabra que cubra esos aspectos.... 

Nota personal:
[2017/12/01] ¡Sorpresa!
A diferencia de lo que indiqué en el capítulo de Counterattack (programado para hoy también), esta vez realmente es la última publicación que programé antes de vacaciones.

La leí, me encantó y aquí estamos.

Quise compartirla con ustedes por el mensaje que transmite, lo cual creo que es perfecto con estas fechas.

Quizás puedan encontrar la historia predecible o demasiado... feliz(?), pero espero les haya llegado y encuentren en ella la fuerza para cumplir sus sueños ♥.

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