domingo, 16 de junio de 2019

[Guardian] Capítulo extra: Shen San

Como se los prometí, aquí tienen un regalo para todos los lectores de mi blog, para los fans de las novelas danmei, y también para los fans de Guardian.

Lo siguiente es un capítulo extra (una historia extra), incluida exclusivamente en la versión impresa en Taiwán de la novela Guardian, misma que fue escrita por Priest.

Espero que lo disfruten.

INFORMACIÓN PREVIA: Antes de leer esta historia, creo que es importante aclarar algunas dudas que podrían tener.
-¿Este es el final de la novela? – No, en el epílogo 1 incluí la parte final de capítulo 106 (aunque lo cierto es que podrían no entender que pasó si no han leído los spoilers disponibles en inglés...)
-¿Este es otro epílogo? – No, esta no es una “continuación” a los 4 epílogos (que traduje y publiqué antes). Más bien, si lo vemos de una forma cronológica, lo que se narra aquí ocurre mucho tiempo antes (posiblemente siglos) del inicio de la novela, es decir, ya no estamos en la época moderna sino en la "antigua china".

-¿No he terminado la novela, leer esto sería un spoiler a la trama? – Si han leído ordenadamente hasta el capítulo 47, es posible que entiendan (no a detalle, pero sí a grandes rasgos) lo que pasa aquí. Mi recomendación es que hayan leído al menos hasta el capítulo 78 (No sé por dónde va la traducción en inglés/español, pero espero no esté muy lejos de dicho capítulo).
- Al final agregaré unas cuantas aclaraciones más sobre la trama, por aquello que puedan no entender enseguida. Y si al final tienen alguna duda al respecto, no teman compartirla.

¡Comencemos!

* * *

En una época en la que los rufianes estaban en el poder y los virtuosos eran difamados, dos grandes figuras, el ministro Wang y su asistente Zhang, fueron falsamente acusados por los despreciables. Uno tenía que tener a toda su familia siendo ejecutada, mientras que el otro debía ser desterrado en la frontera.

Por lo tanto, las personas justas de todo el país comenzaron a sublevarse en indignación. Uno de ellos tenía el apellido Shen y por todo Jianghu[1] fue llamado respetuosamente como “Maestro San”. Él era bastante conocido por ser poco convencional, especialmente por sus impredecibles técnicas de artes marciales que fueron conocidas por ser las mejores en todo el mundo.

El Maestro Shen San viajó miles de kilómetros para realizar el rescate. Salvó a la viuda e hijo del ministro Wang justo bajo la mirada de los matones, y rescató hábilmente al asistente de ministro Zhang lejos del viaje al exilio. Más tarde, él desapreció sin dejar rastro e incluso cuando los matones pegaron retratos de ‘se busca’ por todas las calles, no pudieron encontrar pista alguna. Por lo cual, se convirtió él en una leyenda de la que se habló ampliamente con satisfacción.

*

Las antorchas en la montaña se unieron en una vista que recordaba a la de un brillante y fiero dragón. Voces humanas, el relinchar de los caballos y los ladridos de los perros resonaron uno detrás de otro, creando un sonido que podría causar miedo en el corazón de cualquiera.

Una mujer sujetando a su hijo, temblaba sin parar y el sudor frío empapaba sus ropas. Conforme soplaba el frío viento de la noche, este era como si una delgada capa de hielo se hubiese adherido a su cuerpo. Su piel estaba fría al igual que su corazón y en medio de ambos, en la capa de carne que apenas y podía soportar tal clima, emitió desesperadamente un poco de calor que siguió sin ser suficiente.

Repentinamente perdió el equilibrio y resbaló desde una debilitada roca montañosa. La mujer dejó escapar un agudo y sin embargo corto grito de sorpresa; cerró los ojos mientras hacia todo lo posible por proteger al niño en sus brazos, preparándose para recibir una gran caída. Pero en ese preciso instante apareció un largo palo de bambú que con habilidad y suavidad detuvo su caída. La mujer se paró en seco, doblando el bambú debido la fuerza del impacto. Entonces ella rebotó hacia atrás pero el largo bambú pareció actuar sin esfuerzo alguno ya que apareció rápidamente detrás de su cuerpo y le devolvió la estabilidad.

—Tenga cuidado —dijo una voz un tanto rasposa.

El hombre que había hablado era alto y tenía un cuerpo cubierto por simples trapos. Una pequeña madera que parecía la placa de un perro colgaba de su cuello, y además cargaba una descuidada garrafa de licor en la cintura, en conjunto tenía una apariencia muy descuidada. Su desaliñado cabello le cubría la mitad de la cara, los ojos apenas y se abrían mientras portaba un aire achispado. Su edad no era fácil de discernir través de la apariencia pero en cualquier caso no parecía muy decente. Él tenía un tallo de hierba en la boca y en su mano sujetaba un palo de bambú que había recogido de quién sabe dónde, pero además, en su espalda cargaba una espada envuelta en harapos. Sus hombros se balanceaban al caminar, de una manera frívola y despreocupada, como si estuviera listo para pelear en cualquier momento.

Si uno se habría de encontrar con tal persona en la calle, lo más probable es que mantendría una gran distancia de por medio.

Sin embargo, en este momento la mujer con el niño en brazos se encontraba siendo perseguida por una gran cantidad de personas y como único recurso solo podía contar con este hombre a su lado para que le ayudara. Por otra parte, como dama de buena familia, ella nunca había tenido interacción alguna con los pródigos de Jianghu y así pues, por dentro seguía temiéndole. De tal forma, cuando dicho hombre se le aceró, ella inconscientemente sostuvo a su propio hijo con mucha fuerza y dio un paso hacia atrás.

Aunque el hombre tenía una apariencia de alguien que estaba por mendigar comida en las calles, él aún así era capaz de observar las expresiones de las personas y de inmediato pudo sentir el miedo de la mujer.

—Sostenga esto —dijo al detenerse y ofrecerle la punta final del palo de bambú.

La mujer cuidadosamente lo miró y con duda sujetó el bambú, el cual tenía un largo de aproximado de dos maestros que, puesto en las manos del hombre, era tan ágil como si se tratara de su propio brazo. Aunque podía ayudarle a apoyarse en cualquier momento, esto también los separó a ambos y con ello la anterior intranquilidad de la mujer se desvaneció. Sujetar el palo de bambú le dio una ligera sensación de seguridad, y tartamudeando comenzó a hablar.

—G-gran guerrero Shen.

—Shen San no es más que un matón, no es un gran guerrero —el hombre habló con pereza —. Señora, aunque puedo no dar la mejor impresión, definitivamente no le lastimaré sin razón, puede estar tranquila.

—Ma-maestro Shen San, —la mujer murmuró en voz baja— gracias por ayudarnos, salvándonos a nosotros, madre e hijo. Esta gran amabilidad, soy incapaz de pagársela...

—Mn —respondió Shen San a su agradecimiento, y continuó— Esto es lo que debo hacer, no es necesario que pague por ello. Esta es una tarea que me fue confiada.

—Cu-cuando mi esposo seguía con vida, los visitantes llegaron uno detrás de otro. Ahora que la corte está en apuros, con cuantiosas personas sumándose a nuestra desgracia, ni una sola persona ha levantado la voz. Que nos conociera a mí y a mi esposo fue solo por casualidad...

La mujer probablemente estaba nerviosa pues hablaba sin cesar; Shen San sintió como si una débil abeja estuviera zumbándole junto a la oreja, molestándole hasta el punto en que sintió que su cráneo se había hinchado. Pero al verla temblar mientras hablaba, no pudo soportar callarla así que solo pudo intentar hacer oídos sordos. No obstante, de pronto su mirada se enfocó y sus movedizos hombros se detuvieron al instante.

La mujer parlanchina fue abruptamente empujada al frente por el palo de bambú y al poco tiempo el brillante resplandor de una espada apareció ante sus ojos y el viento de la misma le hizo doler la cara. Algo cálido le salpicó el rostro e inmediatamente un olor putrefacto le asaltó la nariz. La mujer se quedó sin habla por el terror. Frente a ella había caído un cadáver pequeño que aunque parecía un ave tenía también la forma de un zorro pero con hocico puntiagudo, el cuerpo estaba cubierto de pelaje gris y en la espalda tenía alas; el tronco había sido partido en dos por la filosa espalda. En sus ojos pequeños y rojos como la sangre parecía seguir teniendo una mirada fija.

Qian Li Zhu[2]... ¿solo para cazar a una viuda y a un huérfano de padre, tienen que usar tácticas tan extremas? —Shen San dejó escapar una queja y usó los estropajos para limpiar la sangre de su espada. Enseguida usó la punta de sus pies para empujar el cadáver y entonces extendió su mano hacia la mujer —Señora, permítame ver al niño.

Sin dar explicación, tomó la ropa que envolvía al niño y bajó la cabeza para olerla con cuidado. Percibió entonces un débil aroma, era algo entre polvos e incienso, sumamente sutil pero después de una profunda inspección se sintió ligeramente penetrante. Algunos chillidos sonaron nuevamente en el aire y enseguida había de 7 a 8 Qian Li Zhui rondando en el cielo, sus chillidos parecían agujas, perforando el cielo nocturno, haciendo eco en la distancia.

—Ustedes han sido cubiertos con un aroma de rastreo y es así como están siendo atacados por aquellas bestias —dijo Shen San —¡Váyanse rápido!

Quién sabe cuántas de estas criaturas llamadas Qian Li Zhui habían criado los perseguidores, continuamente aproximándose hacia donde se encontraban. Shen San partió a uno tras de otro, prácticamente creando una lluvia de sangre. Los chillidos de aquellas cosas y los rastros de sangre actuaron como guía para que los perseguidores se acercaran cada vez más.

Shen San le lanzó una mirada a la mujer que sostenía al niño en brazos y sintió que aquellas dos piernas suyas eran solo de adorno, seguramente ella podría escapar de los perseguidores solo si tuviera instaladas un par de ruedas. A este paso, huir corriendo no iba a funcionar, por lo tanto, él repentinamente detuvo su lucha.

—Señora, perdone mi descortesía.

Shen San empujó a madre e hijo al interior de una cueva oculta, le quitó la ropa al niño y usó la ropa exterior de la mujer para meter la tela del pequeño y así con ella produjo una forma humana. Se dio la vuelta para ver a la intranquila madre e hijo y enseguida sacó todas las raciones de comida que tenía encima, así como su vino.

—Después de que cruce esta montaña, el ferri se encontrará a seis kilómetros hacia el sur; habrá allí un bote. Mi amigo es confiable y será capaz de deshacerse de los perseguidores después de cruzar el río. ¿Tiene en el sur algún lugar al cual ir?

—Tengo algunos familiares a los que puedo acudir en busca de refugio —dijo la mujer en voz baja.

—Está bien, así pues no seré un entrometido —Shen San asintió.

En ese momento, sucedió que se encontró con la mirada del niño. Por extraño que parezca, a pesar de que habían estado huyendo a plena noche, él no había llorado ni había causado un alboroto, solo usaba su par de ojos negros como frijoles para mirar el mundo al cual había llegado recientemente; daba una impresión casi divina.

Shen San encontró esto inusual y le sonrió un poco al pequeño. Fue solo entonces que la mujer descubrió que él tenía un par de ojos como estrellas.

Shen San se quitó del cuello la placa de madera que llevaba colgando. La palabra “Guardián” estaba grabada al frente de la placa y en la parte de atrás habían cuatro oraciones extrañas[3]. El estilo de la escritura parecía como si hubiese sido escrito por algún adivino charlatán.

—Mi madre dijo que nací usando esta placa y que puede evitar las desgracias —colgó la placa de madera en el cuello del niño—. Probablemente lo inventó, pero aún así, he sido capaz de vivir hasta esta edad sin encontrarme con desastres o enfermedad. El darle a este pequeño un juguete es solo para que usted se sienta tranquila.

—Maestro San, ¿y qué pasará con usted? —la mujer se apresuró a decir.

—Esos bastardos inútiles no serán capaces de atraparme —Shen San agitó su mano sin preocupación— Después de esconderme bien, podré escapar.

—¡Maestro San! —la mujer siguió mostrando su preocupación.

Por otra parte, Shen San tomó la falsa figura que formó con la tela y se despidió de madre e hijo, su silueta enseguida desapareció en la oscuridad, habiéndose marchado en un instante sin dejar rastro. Los Qian Li Zhui olfatearon el rastro del aroma en sus manos y fueron tras él como un enjambre de abejas.
Innumerables antorchas aparecieron en largos tramos y le dieron caza en la cima desde distintas direcciones. Soldados armados bloquearon todos los caminos en la montaña y rodearon a Shen San en la cima. Conforme el viento soplaba, la mirada de Shen San recorrió el ejército de soldados y caballos, sonrió levemente y frente a todos, saltó del acantilado.

*

Parecía que el brazo derecho sufrió una fractura, sus huesos dejaron escapar un firme crujido, haciéndole despertar por el dolor. Inconscientemente Shen San luchó por un momento antes de abrir los ojos. La visión apagada y borrosa fue iluminada por alguien ante él; esa persona vestía de negro, con el cabello tan largo que fluía como el agua. No pudo ver con claridad si aquella persona era hombre o mujer, y solo pudo notar que las pestañas de aquel ser bajaban como la pluma de un cuervo.

«¿Un inmortal?», se preguntó Shen San en aturdimiento.

—Tu articulación se dislocó y tendré que ponerla de nuevo en su lugar, soporta por un momento el dolor —el “inmortal” había sentido sus movimientos y ligeramente le confortó junto al oído.

«Arg, un inmortal varón», Shen San pensó con decepción mientras caía inconsciente.

El Maestro Shen San, en el mejor momento de su vida, definitivamente no estaba dispuesto a perder la vida por caer de un precipicio. Él había preparado con antelación una estrategia para escapar: después de saltar, lanzó un hilo de seda como el de las arañas, el cual había escondido entre sus mangas, y se colgó de un viejo árbol ubicado entre los acantilados, lo cual también sirvió para esconder su cuerpo. Después de lo cual, dejó caer el montón de ropa y con las ramas del árbol como apoyo, desde lejos la figura de la ropa parecía el cuerpo de una persona, desviando así la atención de los perseguidores. Tenía la intención de esperar a que se marcharan antes de volver a subir, pero inesperadamente ellos se quedaron a acampar en la montaña, buscando en todas partes e incluso hicieron fogatas y cocinaron, haciendo todo menos largarse.

De esta forma, el Maestro Shen San se colgó del acantilado durante el día y la noche, hasta que incluso su brazo derecho se había entumecido; él mismo casi se convierte en carne curtida por estar suspendido contra el viento. Al ver que no podía seguir así, solo pudo agitar arduamente un brazo a su alrededor para intentar descender al fondo del acantilado. Chocando y golpeándose, además de frecuentemente resbalar, de alguna forma logró llegar al fondo, cayendo en la turbulenta corriente y siendo arrastrado a un lugar desconocido.

Al ver la situación actual, probablemente fue sacado del agua por alguien.

Mientras se encontraba en trance, Shen San siguió teniendo la sensación de que alguien le observaba, y percibió que un par de frías manos como el hielo en ocasiones dudaban si acariciar las puntas de su cabello y el rostro. Un frío y limpio olor a nieve fresca llenó su nariz. Después de que pasó algún tiempo, el cielo comenzó a oscurecer y el vapor de agua se condensó en gotas de rocío que no caían. Los animales nocturnos en el valle de la montaña comenzaron a moverse y el aullido de una bestia desconocida se prolongó en la distancia, sorprendiendo a Shen San, quien despertó de un sobresalto.

Se encontró a sí mismo en una pequeña choza con una cama de paja bajo su cuerpo, misma que estaba limpia, suave y cómoda para descansar. Las articulaciones rotas en su cuerpo habían sido acomodadas, los huesos rotos en su pierna izquierda fueron sujetados firme y cuidadosamente con abrazaderas de madera, y las demás heridas en su cuerpo, grandes y pequeñas, habían sido todas limpiadas y se les había aplicado medicina. Se sentía mucho más renovado.

—¿Ya has despertado? Toma un poco de agua —al moverse, alguien detrás de él habló.

Shen San se sorprendió enseguida, dio un brinco apoyándose en una mano y giró la cabeza para ver quién habló. Había vagado en Jianghu desde los trece años y con sus artes marciales no tenían rival. De lo contrario, no se habría atrevido a saltar en un acantilado tan alto, no obstante, ni siquiera sintió que alguien se le había acercado desde atrás.

Al levantar la mirada, Shen San fue capaz de mirar al hombre con claridad. Aquel era un joven con piel pálida, hermosas cejas y largas pestañas, portaba un indescifrable aire de silencio, como un hombre en una ventisca de nieve.

—¿Eres.... un humano o....? —dijo Shen San distraído.

—¿Eh? —aquella persona elevó su mirada en respuesta.

Aquel par de ojos eran extremadamente únicos. Los rabillos de sus ojos parecían haber sido sacados de un trazo leve de tinta, pero el portador del pincel no había hecho el trazo adecuadamente, por lo tanto, la pincelada creó un aire de aura demoníaca, un aura fantasmal, y de frialdad, formando así una agitación en el alma de uno[4].

Shen San se encontró con su mirada y la palabra “inmortal” que había alcanzado su boca inmediatamente se apagó y en cambio dejó salir otra más.

—¿Demonio?

*

El “hermano demonio”, quien se dio a sí mismo el nombre de “Wei”, no tenía apellido.

El Maestro Shen San le había preguntado si su nombre había sido tomado de la frase “elevándose hacia las nubes, permaneciendo firme e inamovible”. La respuesta fue «no», se trataba simplemente de la palabra “montaña” y “fantasma” siendo juntadas casualmente una sobre la otra, y no le había puesto mucha atención a ello.

El hermano demonio no era una persona de muchas palabras y siempre hablaba con suavidad, mientras que reía cuando no sentía ganas de hablar y su risa parecía provocar algún tipo de poder sobrenatural. Shen San siempre sintió que independientemente del momento en que aquel riera, las flores de la montaña comenzarían a florecer uniformemente mientras cargaban las gotas del rocío; su risa era extremadamente vibrante.

El hermano demonio era un buen “demonio”, civilizado y amable. Al ver que Shen San se había roto la pierna al caer, se lo llevó consigo para que se recuperara. De hecho, el que no lo echara de la choza era ya un acto de benevolencia. El hermano demonio también le cuidó muy bien: cada día desenterraba algunas extrañas hiervas de origen desconocido, la cuales eran bastante efectivas. Las tres comidas al día le eran proporcionadas y aunque no eran delicias de alcurnia, el sabor de la comida de las montañas también tenía su propio encanto único. Había incluso un tablero en la choza, las piezas del juego de estrategia fueron esculpidas manualmente y cuando no había nada que hacer, ambos jugaban una partida para pasar el tiempo.

A veces, Shen San tenía la ilusión de que ya no se encontraba en el mundo mortal, y en cambio, había caído en el reino de los inmortales. Cada mañana, cuando abría los ojos, podía escuchar el sonido de las campanillas junto a la ventana, mismas que sonaban por el suave viento. Cuando las pequeñas campanas tintineaban, esto siempre atraía a muchas aves, que a su vez trinaban en distintas melodías.

El tiempo del día era largo pero agradable. No había el ruido de los carruajes y caballos, no había disputas entre las personas, y tampoco había derramamientos de sangres ni batallas. En la noche, el fino viento se volvía largo e irregular.

Cuando era luna nueva, uno podía levantar la cabeza para ver los “miles de kilómetros de la vía láctea” y cuando había luna llena, uno podía bajar la cabeza y ver “un piso cubierto de escarcha”.

Él y el hermano demonio jugaron infinidad de partidas en el pequeño jardín bajo el árbol de flores de melocotón. Cuando no estaban jugando, conversaban incansablemente en compañía del vino. Sí, el hermano demonio incluso tenía vino, mismo que proclamó haber hecho él mismo. Como su tablero, este era suave y curioso, humedecía la garganta, aunque no causaba embriagues ni era dañino.

Parecía como si este hermano demonio hubiese crecido a partir del suelo, viviendo solo en las montañas en medio de la nada, no obstante, no parecía faltarle de nada en la vida. Durante el periodo de recuperación del Maestro Shen San, este le había preguntado repetidas veces a partir de qué se había transformado, pero el hermano demonio simplemente se reía y no respondía.

Para el momento en que el Maestro Shen San había nombrado cada especie de plantas, como si estuviera pronunciando los nombres de platillos, de pronto tuvo un pensamiento.

—¡Ya lo sé!

—No soy una camelia, ni un jazmín, ni una azalea, ni una flor de ciruelo —dijo el hermano demonio, quien se encontraba triturando hierbas en un mortero.

—No aquellos seres comunes —dijo Shen San con una débil sonrisa—. Eres un copo de nieve.

Habiendo escuchado tal tontería, el hermano demonio sintió que Shen San simplemente estaba tomándole el pelo, y a pesar de todo, negó con la cabeza impotente y le concedió una respuesta.

—Los copos de nieve se derriten en el instante en que caen, ¿cómo habrían de encontrar el tiempo para convertirse en un espíritu? —dijo— Ven, es hora de cambiar tu medicina.

—Hay algunos que no se derriten— Shen San movió su pierna lastimada y la tendió con cierta dificultad, entonces quitó de ellas las abrazaderas de madera. Su boca continuó hablando sin parar—. El año pasado, por invitación de un amigo, fui al oeste. Aquel lugar estaba cubierto completamente con infinitas montañas tras montañas. En Junio, el viento en la cima de la montaña calaba hasta los huesos ya que eran los días más fríos del año. En todo el año hay nieve, y ha sido así durante miles de años; en mi opinión, bien podrías ser tú un espíritu transformado desde la nieve de la cima de alguna montaña divina.

Su mente divagó, recordando un montón de mitos y leyendas de las vastas tierras. Mientras estaba distraídos en sus pensamientos, el hermano demonio ya le había aplicado cuidadosamente la medicina, y también le había envuelto la pierna fracturada con nuevos vendajes. El hermano demonio era rápido y cuidadoso en sus movimientos, no obstante, sus acciones eran extremadamente sutiles, difícilmente dejó que Shen San sintiera el más ligero dolor.

Shen San bajó la mirada y vio la parte superior del cabello negro azabache del hermano demonio. Aquel hombre estaba parcialmente arrodillado en el piso, sus acciones cuidadosas le hacían parecer como si estuviera manejando un frágil tesoro y no la hosca y carnosa pierna de un hombre bárbaro. Con un leve zumbido, una pequeña olla hirviendo sopa comenzó a arrojar un fino vapor. La choza estaba seca y limpia, y la ropa de cama y de vestir tenía un aroma de haber sido bañadas por los rayos del sol.

Un pródigo de Jianghu, sin hogar y sin trabajo, vive una vida inestable y flota sin rumbo como las lentejas de agua y a veces, el tener un bocado de gachas calientes puede llenar los ojos de lágrimas.

Shen San era el mayor pródigo de los pródigos y habiendo vagado hasta el fondo del acantilado, las corrientes lo llevaron hasta esta pequeña choza.

—Hermano demonio —en este momento su corazón se había conmovido ligeramente y habló por impulso— ya que me has salvado y has hecho lo mejor por sanar mis heridas, como costumbre, el próximo paso debería ser que te pague con mi cuerpo.

Al escuchar esto, las manos del hermano demonio temblaron, y el cuenco de medicina cayó al piso, haciéndose trizas.

—Yo estaba... —Shen San tartamudeó.

Pero justo antes de que las palabras “estaba bromeando” dejaran su boca, sin siquiera levantar la cabeza, el hermano demonio rápidamente limpió las piezas rotas del cuenco y rápidamente huyó.

Mientras corría, el viento que creó hizo que algunas de las campanillas sonaran continuamente, como un montón de doncellas que no podían dejar de parlotear, melodiosas y sin embargo importunas. Cuando Shen San salió de su aturdimiento, miró fijamente la puerta entreabierta de la choza y a grandes rasgos comprendió algo.

Era como en las historias del erudito y la hada zorro, el viajero perdido y la demonio de la montaña, el Oficial Xu y la Dama serpiente blanca[5]...

Él había encontrado a un zorro, un demonio y una serpiente, pero en varón.

Un fruto que había caído del cielo; dulce y hermoso... pero ligeramente arenoso.

*

Desde el día en que Shen San pronunció sus tonterías, esto provocó una escena aparentemente repleta de tensión sexual; los dos no eran tan despreocupados como antes. Cuando jugaban, hacían todo lo posible por mirar el tablero en lugar del uno al otro. Cuando conversaban, el propio Shen San sintió que la mayor parte del tiempo no había nada de lo que hablar, era una sensación inmensamente incómoda.

Al mismo tiempo, su pierna rota rápidamente se había recuperado. Shen San tenía la piel gruesa y hacía mucho que se había acostumbrado a ser apuñalado y herido, así que en menos de cien días de sus lesiones, él ya se había quitado las abrazaderas de madera y podía caminar cojeando, después de lo cual comenzó a correr y saltar sin problemas. Dado que se había recuperado por completo, no había razón para seguir quedándose en la casa de alguien más, especialmente cuando seguía teniendo preocupaciones de las cuales ocuparse en el exterior.

Un día, mientras el hermano demonio regaba las plantas medicinales que crecían en el pequeño jardín detrás de la choza, Shen San había empacado sus cosas y se paró bajo los aleros de la vivienda, mirándole fijamente la espalda. Cuando de casualidad el hermano demonio se giró y miró hacia atrás, se encontró con la mirada de Shen San y los dos se sorprendieron al mismo tiempo. El hermano demonio se enderezó, y mientras seguía parado en medio del jardín, fue el primero en hablar.

—¿Te vas?

—Mn —respondió Shen San, agregando enseguida una explicación—. Me ha sido confiada la tarea de enviar al otro lado del río a la viuda e hijo del ministro Wang, y yo ahora no sé cómo se encuentran, tengo que ir a ver la situación... Además, después del Festival de Mediados de Otoño, el asistente de ministro Zhang, quien había sido enviado a la frontera, me invitó a tomar una bebida, tengo que acompañarle por un tiempo.

—Yo... —el hermano demonio estuvo aturdido por un momento y quedó boquiabierto.

—¿Hm? —Shen San inquirió.

—No es nada —el hermano demonio bajó la cabeza —Entonces, nos volveremos a encontrar algún día.

Las personas de Jianghu eran como la hierba, nunca decían palabras de despedida. Shen San bajó la cabeza, enderezó la espada en su espalda y comenzó a caminar. Conforme caminaba hacia la entrada, de pronto se detuvo y giró la cabeza para ver al hermano demonio que seguían viéndolo partir.

—Gracias por tu amabilidad, lo recordaré en mi corazón y después de que termine lo que tengo que hacer, cargaré dos jarras de buen vino... de... de regreso para....

Su usualmente locuaz lengua pareció haberse quedado estancada, e inesperadamente su espalda comenzó a sudar, el calor le empapó del cuello hasta las orejas, tomando velocidad en un tartamudeo.

—...pa-pa-para dejarte dar órdenes.

El hermano demonio dejó escapar una carcajada, su risa parecía melancólica.

Shen San le miró ampliamente, hasta que finalmente reanudó su marcha. Caminó unos cien metros a lo largo del río antes de mirar a lo lejos hacia aquella pequeña choza y patio.

Conforme avanzaba, sintió que sus piernas comenzaban a pesar y su corazón se sintió vacío. No podía reunir mucha energía, incluso el latido de su corazón se sentía frívolo, como si alguien hubiera atado una cuerda alrededor de su cuello, retorciéndola y tirando de ella para hacer que múltiples veces girara la cabeza de vuelta.

El Maestro Shen San que alguna vez presumió de no permitir dejar rastro ahora ya no se encontraba totalmente sin lazos ni restricciones. De pronto se dio cuenta: él había recibido un encantamiento y dejó atrás su alma como rehén.

Tenía que volver

*

A finales de Septiembre, el otoño penetró en la tierra, la hierba y los árboles comenzaron a marchitarse.

La espada de Shen San se había roto.

Sin embargo, la espada había sido forjada despreocupadamente en el puesto de un herrero en la calle, y esta no valía más que algunas pocas monedas, por lo tanto, no se enojó por su quiebre. Él simplemente cavó un hoyo y enterró los cadáveres de los asesinos que habían sido contratados para tomar la vida del asistente de ministro Zhang, y plantó una señal de madera junto al montículo de tierra. La señal decía: “Agujero de los perros podridos, erigida por el Gran Señor Shen”, entonces clavó la espada rota a un lado de la señal de madera, dejando la empuñadura expuesta; una señal arrogante como si él fuera imbatible.

Varios camaradas le ayudaron a caminar al asustado asistente de ministro Zhang, y cuando le echaron un vistazo a su “obra maestra”, se encogieron de hombros mientras le aconsejaban.

—Matarlos es suficiente, ¿qué intentas hacer, creándote problemas? ¿Cómo viajaras en Jianghu en el futuro?

—Ya no viajaré —dijo Shen San tranquilamente, vendando la mano que había sido lastimada por la impacto de su espada al romperse. Levantó la cabeza y contra el fuerte viento soplando del noroeste, miró hacia el sur—. He decidido lavarme las manos de este tipo de vida, me retiraré.

—Espera, ¿y a dónde harás tu retiro?

—En un paraíso de flores de melocotón, una caverna de telas de araña[6].

Tal lugar no sonaba como un buen destino para el retiro, y justo cuando sus amigos estaban por preguntarle qué fantasma lo había poseído, Shen San ya había desplegado el arte de marcharse sin dejar rastro. En un instante incluso su sombra había desaparecido.

Un viaje en dirección hacia el sur, él se apresuró en su camino durante las profundidades del otoño y cuando había llegado a su destino, ya era el invierno.

El invierno de este año llegó con gran antelación, y especialmente frío. El sur y norte estaban cubiertos con una capa de blanca escarcha. Con la orden de arresto de la corte y la inmensa nieve tras de él, sufrió de una extrema fatiga. Sin embargo, un inexplicable soplo de aire caliente anidado en su corazón le instó a apresurarse, con un intenso deseo de volver a casa.

Cuando era ya la mitad del invierno, Shen San luchó con un cuerpo cubierto en fina nieve y cargó dos jarras de vino que había seleccionado cuidadosamente, y entonces encontró el pequeño valle en la montaña donde se había recuperado. Al ver la pequeña choza, el regocijo floreció en su corazón y rápidamente amplió sus pasos. Pero de pronto pensó en algo, y dio un paso hacia atrás.

Se paró frente al frío viento del oeste y se dio palmadas en el cuerpo para limpiarse, enseguida usó la gélida agua del estanque para restregar la tierra de sus ropas. El agua estaba helada hasta el punto en que sus diez dedos comenzaron a enrojecer, pareciendo un plato de gambas cocidas. No se olvidó de lavarse la cara pero sus dedos se habían entumecido y ya no seguían su voluntad. Cuando usó una pequeña daga para rasurarse la barba, accidentalmente se hizo un rasguño en la barbilla.

Ocultó este defecto usando el cuello de su ropa, y actuó despreocupado mientras se acercaba, preparándose para abrir la puerta, encontrar a aquella persona y decir con alegría, «He vuelto para que hagas tu pedido»

En tan solo unos cientos de metros, su corazón se había convertido en estofado de tofu, repitiendo esta simple frase al menos un millar de veces, pensando con qué postura, qué tono, y cómo debía sonreír... él ya lo había ensayado todo con gran consideración.

Mientras llegaba a la puerta de madera, antes de que las palabras pudieran salir de su boca, Shen San de pronto notó una leve capa de hielo cubriendo el patio, acumulando la nieve. El jardín de plantas medicinales yacía arruinado como si estuviese enfermo, mezclado incluso con el lodo.

Instantáneamente su corazón se hundió, la calidez se convirtió en frío.

El hermano demonio era una persona extremadamente ordenada, y cuando se encontraba alrededor, no había ni una sola hoja caída en el patio.

Era obvio que aquella persona se había ido desde hacía un tiempo y había abandonado el patio.

Por un momento, Shen San se quedó en blanco junto a la puerta, para entonces sacar el vino e inspeccionar todo el lugar; incluso el tablero de juego tenía una capa de polvo. Además de las campanillas de viento colgando de la ventana, las cuales se agitaban levemente, todo lo demás parecía como una ilusión que él mismo se había creado tras ser herido.

Al soplar el viento del norte, el polvo se dispersó.

*

Shen San se instaló en el lugar, limpiando torpemente el lodo y la nieve en el patio, y eliminando el polvo dentro de la choza. Enterró las dos jarras de vino bajo el árbol de melocotón y conforme el duro invierno pasaba, las flores se comenzaron a abrir, bañándose a la luz de la luna, siendo coloreadas con la fina escarcha.

Shen San usó madera y piedras para reforzar la choza, con la intensión de quedarse por largo tiempo, entonces afiló un trozo de madero para formar un espada y así practicar con ella cada mañana cuando los pájaros empezaran a canturrear.

Durante el día cazaba y cultivaba, mientras que cuando el sol de ocultaba, descansaba. La antigua choza, habiendo sida restaurada ahora parecía más bien una casa. El antiguo jardín de plantas medicinales ahora estaba repleto de vegetales. Bajo las campanillas de viento en la ventana colgaba una hilera de carne curada y frutos secos, incluso el tintineo de las campana parecía fragante.

Shen San apareció como lo había prometido pero aquella persona no había vuelto.

Finalmente, pareció como si no pudiera esperar más.

Una tarde, limpió y colgó el tablero de juego, lavó las piezas con agua del estanque y guardó la carne curada así como los frutos secos colgados en la ventana. Antes de que oscureciera, empacó sus cosas. No había mucho por llevar, formó solo un pequeño bulto y lo ató a su espada de madera que colgó en la puerta. Apagó la lámpara y se fue a dormir temprano, como si estuviera por irse a un lugar lejano.

Cuando había pasado más de media noche, mientras la luna creciente colgaba silenciosa sobre las ramas del árbol de flor de melocotón, repentinamente de entre las sombras apareció un hombre vestido en ropajes negros. Su fría mano acarició el pequeño equipaje. Como una sombra, pasó silenciosamente por la puerta y entró a la casa; se trataba del dueño de este lugar, el hermano demonio Wei.

Hace tres años, cuando Shen San dejó el fondo del acantilado, Wei lo siguió en su camino. Le vio ir del norte al sur, con peligros apareciendo en todas partes, y también le vio en la cima de la gloria, organizando a cientos de personas y al observarlo asumió que nunca más volvería. ¿Quién habría pensado que podría dejar atrás el ajetreo del mundo y regresar aquí? El fantasma de la montaña solo podía hacerse invisible y esperar a que Shen San se marchara en decepción. No había imaginado que esta espera duraría mil días.

Sin embargo...

Las largas mangas de Wei provocaron un ligero viento pero este experto en artes marciales tendido sobre la cama, quien podía despertar instantáneamente por la simple caída de una hoja, parecía como si su alma hubiera dejado su cuerpo y hubiese entrado él en un sueño aún más profundo. Wei se sentó suavemente a su lado, con las yemas de los dedos trazando suavemente sus rasgos faciales, antes de dirigirse al dorso de su mano y sostenerla con la suya.

Kunlun —murmuró.

Había jurado que nunca se reuniría con sus reencarnaciones. Anteriormente, cuidar de él por más de un mes era ya ir contra las reglas. Le había robado ya decenas de días en los que pasaron el tiempo juntos, y no debería volver a ser codicioso.

Lo bueno era que antes de haber sido incapaz de contenerse por más tiempo, esta persona se marcharía.

Al día siguiente, como de costumbre, Wei se escondió entre las sombras del árbol de flor de melocotón y vio como Shen San cargaba su equipaje y se iba montado en un caballo; solo entonces se hizo visible. En transe, se apoyó contra la puerta, sintiéndose como si su corazón hubiera sido extraído. Así pues, sacó la jarra de vino que Shen San había enterrado bajo el árbol, quizás había encontrado demasiado débil el vino que preparaba Wei, ya que el que él había traído del norte era extremadamente fuerte.

Con un trago, el vino le desgarró la garganta y pecho como si se tratase de un rabioso fuego. Él raramente vagaba entre la civilización y por ello nunca había probado un vino fuerte de aquél lugar, así pues, no sabía muy bien cómo debía beber. Con unos cuantos tragos, se encontró recargado contra el tronco del árbol y deslizándose en caída del mismo. Las infinitas vidas del pasado y presente parecían seguir arrastrándolo, el caos centelleó ante sus propios ojos, innumerables separaciones que había experimentado de forma unilateral. Mirarles le quemaba el pecho como este fuerte vino.

Wei cayó completamente borracho bajo el árbol de melocotón, y se quedó dormido durante tres días y tres noches. En la mañana del cuarto día, la luz del día le perforó los ojos, y de pronto se dio cuenta de que algo estaba mal. Cuando se sentó, se dio cuenta de que, sin saberlo, había sido movido hacia el interior de la casa.

Justo entonces alguien dio un paso, bloqueando la luz proveniente de la ventana.

—Traje un total de dos jarras de vino—dijo aquel lentamente, con los brazos cruzados y mirándole a la cara— y tú tienes la audacia de tomar ventaja de mi ausencia para beber y derramar toda una jarra.

Wei levantó la cabeza y le miró con incredulidad, abrió la boca pero no formó sonido alguno.

Por extraño que parezca, Shen San pareció ser capaz de escuchar sus pensamientos.

—Fui a la ladera de la montaña a buscar a alguien a quien le pudiera comprar sal. Las reservas de sal en la cocina ya se habían terminado y yo no puedo usar poderes sobrenaturales para crearla como tú lo haces, hermano demonio.

Después de que Shen San terminó de hablar, él parecía seguir ligeramente enfadado; lánguidamente se enderezó y salió por la puerta. Wei se levantó en pánico, sin saber si tenía miedo de que se marchase o se fuese a quedar. Su mente con resaca estaba hecha un lío, y solo entonces este esquivo fantasma por una vez siguió a su corazón.

—No... —le sujetó y habló.

—La verdad es que, ¿has estado aquí todo este tiempo, verdad? —dijo de pronto Shen San y le dio un apretón a su pálida muñeca— Es solo que usaste algún tipo de método desconocido para que tú pudieras verme pero yo no a ti, ¿cierto?

—....

—¡Aja! —Shen San pudo saber la respuesta con solo ver la expresión de Wei. Mostrando una cara inexpresiva, le obligó a abrir los dedos de la mano que le detenían y la hizo a un lado.

El corazón de Wei se heló y vio como Shen San caminaba hacia la puerta; con ambas manos sujetando el marco, aquel giró su cabeza para verlo.

—Así que no eres humano.

Wei no sabía qué decir, el pánico y la emoción en sus ojos era tan obvia como el ébano en la blanca nieve.

Shen San le fulminó con la mirada antes de salir al patio. Cuando Wei pensó que de verdad se iba a ir, de pronto escuchó un furioso rugido proveniente del exterior. Salió a toda prisa para echar un vistazo y fue entonces que vio a Shen San enojado, dándole porrazos con su espada de madera al árbol de flor de melocotón.

—¿Me importa? ¿Alguna vez te dije que me importaba si eras humano, fantasma o demonio? ¡Volví como lo prometí, solo para encontrarte escondiéndote de mí durante tres años! ¡Tres años! ¡Maldito bastardo!

—Yo...

—¿Te dije que podías hablar?

—... Yo, en verdad no soy un espíritu de flor de melocotón, no es necesario que azotes al árbol.

—....
[Ilustración de theresadrawss]


El árbol de flor de melocotón que acababa de recibir los impactos, crujió y tembló, y un puñado de delicados pétalos comenzaron a caer.

*

Si no era un espíritu de flor de melocotón, entonces ¿qué tipo de espíritu era? al final, Shen San no lo descubrió. Al pensar en ello, Wei no le preguntó a él cuantas veces había mojado los pantalones cuando era pequeño ni cuantos nidos de pájaros había robado, por lo tanto, Shen San no consideró necesario investigar la identidad de Wei. Así pues, en un estado de confusión mental, por una parte discutió y por otra perdonó al hermano demonio, y los dos vivieron juntos desde entonces.

Sin importar lo vulgar que fuera, el hermano demonio estaba dispuesto a tolerarlo. No tenía objeciones sobre la carne curada, los frutos secos y el jardín lleno de vegetales y frutas. Él incluso le ayudaba cuando no tenía nada más que hacer. Ya sea que Shen San salía a cazar o cruzaba la montaña para comprar algo, siempre que pensaba en el hecho de que había alguien en casa esperándole era como si su corazón se hubiese convertido en una estufa caliente; el mundo parecía menos frío.

Después de vivir tranquilamente por un tiempo, Shen San sintió que sus artes marciales habían sido descuidadas a pesar de invertir una considerable cantidad de tiempo cada mañana practicando con su espada. Pero tal vez fuese debido a cierta persona parada a un lado observándole, haciendo que se distrajera. Con el paso del tiempo, su espada de madera parecía sentirse lenta y a veces él incluso no tenía la fuerza para continuar. No le dio mucha importancia a esto, de cualquier forma él ya no tenía que continuar así. Como un cazador de la montaña que se retiró del Jianghu, las básicas artes marciales eran suficientes para sobrevivir. Los dos comían y dormían juntos, día y noche, pero había días en que se sentía inquieto.

Aunque en el pasado el Maestro Shen era un pródigo, se consideraba a sí mismo como un caballero entre los pródigos, y no le resultaba sencillo contener su atracción. Era como si su hermano demonio nunca hubiera visto el mundo exterior, pareciéndose a una hoja de papel en blanco. De tal forma que los dos siempre jugaban en la estera de la cama como si fueran niños, riendo y bromeando. Con el paso del tiempo, día a día, hubo veces en que sentía como si algo faltara. Los sentimientos en su corazón se sentían separados por una capa de papel de ventana, era igual a admirar las flores entre la neblina. Aunque era hermoso, no sobresalía.

De esta forma, pasó otro año. Cerca del fin de año, en el norte comenzó a nevar otra vez.

Shen San se puso un disfraz y cruzó la montaña hacia el mercado más cercano para comprar algunas cosas.

Como las supersticiones indican que la nieve estacional trae consigo un año fructífero, este año fue tan bueno que era difícil de soltar. Aunque el emperador seguía siendo un tonto y los traicioneros ministros seguían creando problemas, la guerra en los bordes habían cesado, y los Cielos habían sido lo suficientemente buenos como para proveer un año de clima favorable. Las vidas de los civiles eran como la hierba creciendo en un acantilado, temblaba y sin embargo prosperaba en la débil brisa primaveral.

Shen San intercambió por dinero raras presas de valor que atrapó en las montañas y anduvo buscando en los alrededores deliciosa comida y cosas interesantes para comprar. Pronto, el abultada saco de dinero volvió a quedar casi vació. En poco tiempo, sobre el lomo del caballo cargó todo tipo de bocadillos de año nuevo. No fue hasta que ya no pudo colgar ningún objeto más que decidió volver a casa.

Compró los bocadillos favoritos de su hermano demonio, los cuales habían sido recién preparados y envueltos en papel pergamino. De esta forma, cargó todo entre sus brazo para mantenerlo caliente, y así, cuando hizo que el caballo se apresurara a volver, los bocadillos podrían seguir calientes. A la señora que vendía los bocadillos le pareció él guapo y amigable, por eso envolvió incluso unas cuantas piezas de pastel de azúcar blanco. Con las sobrantes monedas de cobre que tenía, tomó un puñado y se las dio a un vagabundo en la calle.

Finalmente, vio una pequeña tienda que vendía manuscritos y libros, y quiso comprar algunos interesantes para llevárselos al hermano demonio para que aliviara su aburrimiento. Eligió al azar algunos libros para hojearlos y sucedió que tomó un libro lleno de ilustraciones que se encontraba en el fondo de la caja. El libro llevaba por título “Los registros de Fen Tao”[7].

En el momento en que abrió el libro, se quedó helado. Esta cosa incluso tenía imágenes y palabras, detalladas a la perfección, objeto mezclado desvergonzadamente junto con otros libros arcaicos; estaba ahí estoico y sin sentido de timidez.

—Cliente, tiene un buen gusto —el vendedor , que tenía ojo sobre los clientes, se acercó y le habló en voz baja—. Esta es la única copia que queda.

Shen San se rió enérgicamente de sí mismo, sacudió sus mangas y salió del establecimiento.

—¡Pei! ¿pero qué única copia? ¡Qué desgracia para los cultos!

... Y sin embargo, en menos de lo que se consume una vara de incienso, el “hombre culto” regresó, pretendiendo revisar por aquí y por allá, para entonces sacar el libro lo más rápido posible y con disimulo, entonces lanzó unas cuantas monedas antes de salir huyendo con el libro entre sus brazos.

Con el siniestro libro encima, bajo la nevada más fría, una persona y un caballo salieron disparados hasta el punto del sudor, emitiendo vapor caliente mientras volvían a casa. Estimulado por el frío, comenzó a temblar.

Temeroso de atrapar un resfriado, Wei le instó a que se cambiara rápido de ropa y se sumergiera en agua caliente. Shen San sintió que tenía buena saludo y no se cuidó demasiado. Corrió en círculos y jugó de un lado a otro, dándole los bocadillos a Wei y planeando conseguir que el hermano demonio se fuera temprano a dormir, y así él podía sacar su nuevo libro “extraordinario” y leerlo religiosamente.

Inesperadamente, antes de tener la oportunidad de estudiar la “esencia de la vida”, atrapó un muy severo resfriado y colapsó. Aquella noche, Shen San tuvo fiebre. En su juventud había vagado por el mundo y por muchos años nunca había caído enfermo. Su fiebre le hizo delirar y sudar inmensamente pero Wei cuidó de él sin dormir ni descansar, además, le quitó la ropa empapada en sudor para poder limpiar su cuerpo.

Fue solo hasta pasada media noche que la fiebre lentamente disminuyó, y se quedó completamente dormido. Wei temía que su fiebre pudiera volver, así que no se atrevió a cerrar los ojos ni por un instante. Encendió una lámpara y se quedó a su lado, observando su pecho subir y bajar con cada respiración que daba mientras él casualmente hojeaba los libros que Shen San había comprado. Montones de palabras desfilaron ante sus ojos, ninguna de las cuales leyó realmente, siguió pasando las hojas solo por para pasar el tiempo.... hasta que encontró, entre las ropas húmedas que había usado Shen San, el libro “Los registros de Fen Tao”.

Wei echó un vistazo y no le puso mucha atención mientras pasaba cada página. No hasta que de pronto se dio cuenta tardíamente de lo que trataba aquello que veían sus ojos, fue entonces que tiró a un lado el volumen para a continuación lanzarle una mirada culpable a la persona a su lado. Las mejillas de Shen San estaban ligeramente sonrojadas, y su cuerpo acostado en inconsciencia no mostraba señales de estar por despertar. Wei contuvo la respiración por largo tiempo, su mano retorciendo inconscientemente la estera de la cama, antes de finalmente tranquilizarse para levantar el libro que había tirado. Furtivamente echó un vistazo en algunas páginas y como si estuviera realizando un ejercicio ocular, sus ojos se movían rápidamente mientras él mismo adquiría un color rojo brillante por la vergüenza. Su mirada cayó entonces sobre el cuerpo de Shen San, agregando así una capa más de sonrojo a su ya acalorado rostro,

Miraba el libro y se sonrojaba intensamente, entonces miraba al Maestro Shen San y su sonrojo se profundizaba. Ni siquiera era aún año nuevo pero él ya había adquirido un fiero color rojo brillante, agregando una capa de festividad.

Al igual que la nieve caída en el exterior, él mismo se encontraba a punto de derretirse.

La enfermedad de Shen San fue causada por la corriente fría. Después de cuidarse por unos días, se recuperó en la víspera de año nuevo. Habiéndose deshecho del desfallecimiento de la enfermedad, él ahora estaba lleno de energía. Fue solo entonces que descubrió que su “tesoro” escondido no se encontrada en ningún lado. En este sitio solo vivían dos personas, y ese libro de contenido erótico no parecía ser capaz de cultivarse para convertirse en un espíritu, y definitivamente no pudieron haberle crecido piernas para huir por su cuenta. En tal caso, el único que escondió el libro debió ser aquella otra persona viviendo aquí.

La personalidad del hermano demonio era como la de un cuenco de agua pura, fácil de ver a través de ella. Cuando escondía las cosas, lo hacía siempre en los mismos escasos lugares. Sin tener que pensar demasiado, Shen San podía cerrar los ojos y aún así lograr encontrar el libro. Por lo tanto, creó una excusa, queriendo que Wei cortara algunas ramas con flores de melocotón del patio, y sin él a la vista, tomó la oportunidad para hurgar en la alacena. Inesperadamente, el hermano demonio apenas y había puesto un pie fuera cuando volvió a entrar, queriendo preguntarle en dónde acomodar las flores, atrapando así a Shen San mientras este buscaba el libro.

Shen San se sobresaltó y el libro en sus manos cayó al piso.

En solo unos días, el viejo libro encuadernado había sido hojeado cientos de veces por el hermano demonio que parecía una “hoja de papel en blanco”. Hacía tiempo que las páginas se habían aflojado del lomo y cayeron dispersas tan pronto como aterrizaron, con el contenido cubriendo el suelo.

La garganta de Wei tragó saliva y él caminó hacia Shen San como si estuviera poseído.

Después... el hombre “culto” fue devorado en vida, siendo tragado por completo, en la noche de la víspera de año nuevo.

Una ráfaga de viento barrió la niebla de las flores, la ventana de papel fue rota y los tontos indecisos de pronto se dieron cuenta de que aún había tal lugar al cual ir en este mundo.

*

Originalmente, los dos hombres tenían una relación insoluble sobre ser mutuamente dependientes el uno con el otro. De pronto, aquella corriente de emociones se elevó y explotó, convirtiéndose en la cúspide de una inundación. Inicialmente, los días transcurrían de forma simple y sin complicaciones, con un ligero disfrute. Pero después de aquella noche, los días se volvieron ricos e intensos, emocionantes en cada forma posible.
[Ilustración de ineffablebfs]

Mientras la vacía casa y patio podía ocupar a ambos, esta ya no parecía contener más las pegajosas emociones entre ellos.

Y sin embargo, la vida de ensueño no existe en la realidad.

Los hermosos escenarios siempre parecen como burbujas, a punto de estallar.

Después de año nuevo, por razones desconocidas, la vitalidad del Maestro Shen San pareció haber atrapado un caso de mal de amores; él siempre estaba letárgico y no podía recuperar su energía.

En este día, Wei dejó la casa para buscar unas piedras blancas y negras, y se sentó en el patio para pulirlas y formar nuevas piezas para el tablero de juego; el Maestro Shen San era un mal perdedor. Cuando perdía, retraía su movimiento en el tablero y si Wei no se lo permitía, entonces le lanzaba las piezas. Shen San poseía efectivas técnicas secretas de artes marciales pero desafortunadamente esto no funcionaba contra este hermano demonio quien podía desaparecer y aparecer a voluntad. Ni una sola vez logró atinar con sus lanzamientos, en cambio, habían perdido un montón de piezas hasta el punto en que no había suficientes para jugar.

Shen San parecía como si estuviera medio despierto, descansando perezosamente bajo el árbol de flores de melocotón, recibiendo los rayos del sol.

—Hermano demonio —Shen San dijo de pronto — no tienes ningún antecedente y tampoco un apellido, ¿por qué no tomas el mío, ‘Shen’?

Wei no hizo sonido alguno de respuesta y sopló el polvo de la piedra en la que trabaja; pero las comisuras de sus labios se habían elevado.

—Montaña y fantasma forman la palabra “wei”, este nombre también fue puesto a la ligera, y suena bastante sombrío, no es un buen nombre. Cámbialo también.

—¿Cambiarlo por cual?

—¿Por qué no le agregas unos cuantos trazos más y lo cambias a “wēi”, el “wēi” de montañas altas y majestuosas repletas de verdor? ¿qué te parece?

En este año, el hermano demonio se negó a, sin importar la razón, permitirle salir solo. Por primera vez, dejaron la casa en la profundidad de la montaña y fueron juntos al pueblo para hacer las compras. Esto hasta que salieron a ver y descubrieron que no quedaba nada en el, alguna vez, bullicioso mercado.

Las aldeas cercanas estaban todas vacías, y ellos solo lograron encontrar con gran dificultad un refugio para los que pudieron escapar. Fue entonces que se enteraron que en el norte la guerra había estallado y el emperador y la camada de ministros traicioneros habían entrado en pánico y huyeron al sur a toda prisa, incluso abandonando la capital. Las tropas militares estaban hechas un desastre, cada civil temiendo por sus vidas abandonaron sus lugares de origen para escapar a cualquier otro lugar. Y sin embargo, sucedió una gran inundación por el Río Amarillo y el sur se enfrentó a una gran sequía, haciendo que se desatara el hambre. Era una escena devastadora, sin importar por dónde se mirase. La corta prosperidad del año anterior parecía ser como el último resplandor del ocaso, brindando un poco de falso confort a las personas antes de ser destrozado inmediatamente.

Al final, los dos no lograron comprar nada. Shen San estaba terriblemente preocupado en el camino de regreso. Repentinamente se rió.

—En el pasado, nunca creí en aquellos seres espirituales, pero ahora parece que estoy comenzando a hacerlo... Cuando era un niño, tenía siempre conmigo una placa de madera. Mi mamá me dijo que nací con ella, y me pidió que la cargara conmigo y la guardara bien. Ella tenía miedo de que sin ella yo no sería capaz de vivir por mucho tiempo. Nunca le creí... y hace unos años, por iniciativa propia, se la di a un pequeño. Vaya situación, desde entonces los años han ido empeorando y ahora me encuentro al final de mi vida. Todo esto pasó porque no seguí el consejo de los mayores. Me lo busqué yo solo, esto no tiene nada que ver contigo.

Los ojos del hermano demonio parecían estar por derramar sangre, por lo que Shen San suavemente le tomó de la mano y la agitó ligeramente.

Pequeño Wei, espérame, no te vayas, solo quédate en este patio. Si hay una próxima vida, vendré a buscarte, ¿entendido?

—...

—¿Entendido?

—.... Mn.

Al escuchar esto, Shen San quedó satisfecho y cerró los ojos. Solo había pronunciado unas cuantas palabras pero él ya se sentía cansado otra vez, hasta el punto en que ni siquiera podía levantar un solo dedo.

«Dado que hemos llegado a un acuerdo, esta vez deber mantener tu promesa, hermano demonio».

Con esto en mente, Shen San suavemente se recargó entre los brazos de Shen Wei, y los dedos que le sujetaban de pronto se soltaron.

Emocionado, se dirigió a cumplir la promesa en su próxima vida.

*

Wei... diez años más tarde, Shen Wei se dirigió a hacer su búsqueda, pasando por cada lugar en el planeta, y finalmente encontró la placa de madera que Shen San había perdido.

A los ojos de una persona normal, la placa de madera era solo un viejo y polvoriento trozo de madera. Sin embargo, cuando llegó a sus manos, la placa de pronto mostró un destello de luz, brillando suavemente con luz divina.

Shen Wei se elevó hacia las nubes y vio un destello de luz en el mundo mortal que se parecía al de la placa de madera. Se ocultó haciéndose invisible y siguió aquel rayo de luz. Vio entonces que una familia tenía a un pequeño recién nacido, aquellos ojos aún no se habían abierto pero la forma en que las comisuras de su boca se elevaron tuvo gran parecido a aquella singular persona.

Shen Wei extendió su mano, queriendo tocar la pequeña cara del niño pero de pronto recordó algo, y afligido retrajo su mano. Se dio la vuelta y se transformó en un rayo de luz, dirigiéndose hacia la cima de la Montaña Kunlun.

En la cima de la montaña, un descendiente híbrido de la mítica tribu del tigre blanco se encontraba sellado ahí y este había estado durmiendo tranquilamente por miles de años. Shen Wei colgó la placa del Guardián alrededor de su cuello y rozó ligeramente su palma sobre su enorme cabeza, eliminando sus primeras memorias y dejando solo el recuerdo de su propio dueño, y solo entonces fue que quitó el sello con un simple gesto de su mano.

Desde entonces, la Orden Guardián llegó a existir.

*

El primer dueño de la Orden Guardián, todo sobre él era bueno, a excepción de que él no se comprometió en una relación a largo plazo. A la edad de treinta, sus iguales que se habían casado antes estaban ya por cargar a sus nietos, y sin embargo, él más bien perdía el tiempo con su lengua que se tomaba todo a la ligera, y ocasionalmente creando problemas con sus asuntos románticos. Cada vez que su familia le preguntaba al respecto, este desvergonzado respondía incluso con elocuencia, «Calculé mi fortuna y siento vagamente que en mi vida pasada alguien hizo una promesa conmigo. Tengo que esperar a aquella persona».

Y esperó esta promesa de su vida pasada, hasta que alcanzó la edad de treinta y un años, cuando su madre cayó enferma y no parecía capaz de vivir por más tiempo. Ninguna medicina parecía servir y antes de morir, ella le tomó de las manos con tristeza, diciéndole que sin su matrimonio no podría descansar en paz.

Al escuchar esto, él miró por la ventana, como si alguien pudiera aparecer pero después de una larga espera, lo único que había fuera de la ventana era más que un árbol de flores de melocotón. Algo se agitó en su corazón, como si hubiera perdido algo importante, y por un momento inadvertidamente se quedó vacío.

Este “sujeto difícil” por fin cedió y su familia felizmente lo emparejó con alguien, enviando inmediatamente a alguien para discutir el matrimonio y realizar la boda con gran esplendor. La novia era tan elegante como el jade, tirando tímidamente del lazo de seda roja que los conectaba. ella parecía seguir temblando ligeramente, pareciendo una mariposa, provocando confusión en el corazón de él. Repentinamente, tuvo un presentimiento, y se giró para ver.... sin embargo, todo lo que vio fue un patio lleno de invitados, el sonido de los tambores resonaba hasta el cielo; era un día auspicioso.

—Inclínense hacia el cielo y la tierra....

*

En el patio de la antigua choza, aún quedaba un jarrón sobrante del fuerte vino, enterrado durante la vida anterior.

Después de presenciar una boda perfecta, Shen San volvió solo a la pequeña casa y desenterró la jarra de vino, tomándolo como vino de boda; y bebió trago tras trago.

Él aún tenía una baja tolerancia al alcohol. Aunque sintió cientos y miles de flechas perforando su corazón, aún así logró emborracharse. Estaba tan ebrio hasta el punto en que ya no recordaba que día era, y sintió como si hubiera vuelto a la época en que había hecho un acuerdo con Shennong frente a la rueda de la reencarnación en el inframundo. Vagamente pudo escuchar que el sabio había dejado escapar un largo suspiro, «No dejar que te reúnas con él es por tu propio bien».

*

Esa fue la primera vez que, en diez mil años, sobrepasó los límites.

Casi había sido condenado más allá de la redención.

El antiguo sabio Shennong, en su gran gloria, estaba completamente en lo cierto.

- Fin -

N/T:
[1] Jianghu: Se utiliza para describir el mundo antiguo de las artes marciales chinas, una forma de vida distinta a la de estar activamente involucrado en la política.

[2] Qian Li Zhui (千里追): Literalmente se traduce como “Persecución de mil kilómetros”, aquí es una criatura usada para perseguir y matar un objetivo.

[3] Las cuatro oraciones mencionadas en la novela [Capítulo 83] son: Tranquilizar el alma de los vivos, apaciguar el corazón de los muertos, expiar los pecados de los no-muertos, regresar al ciclo que nunca se termina.

[4] Alma: El término 三魂 se usa aquí para referirse a las tres almas inmortales. En el Daoismo, se cree que cada persona tiene tres almas inmortales y siete formas mortales, contrastando el lado espiritual y carnal del hombre.

[5] El erudito y la hada zorro, el viajero perdido y la demonio de la montaña, el Oficial Xu y la Dama serpiente blanca : En estas 3 historias, los tres protagonistas han sido seducidos, embrujados y se han enamorado, respectivamente de la hada zorro, la demonio de la montaña y la serpiente espíritu. Básicamente son criaturas sobrenaturales.

[6] El paraíso/manantial/tierra/ de flores de melocotón (桃花源): Es una tierra oculta de paz y prosperidad, es decir, una utopía.
La caverna de telas de araña (盘丝洞): Es un lugar en “Viaje al Oeste” donde viven mujeres espíritu-araña que utilizan para realizar hechizo y seducir a sus presas.

[7] Fen Tao (Melocotón mordido): Es una historia antigua registrada en un artículo de Han Fei Zi. Se dice que el Duque Ling, el gobernante del estado de Wei, amó a su ministro, Mi Zi Xia. Un día, cuando ambos daban un paseo por el jardín, Mi Zi Xi vio un durazno maduro colgando de una rama. Él la tomó y le dio una mordida, entonces se la entregó al duque. Ante esto, todos los demás ministros se quedaron atónitos, porque era un insulto hacia el gobernante el ofrecerle las sobras de comida. Sin embargo, el Duque sonrió y les dijo, “¡Vean, cuanto me ama Mi Zi Xia! Él probó primero el durazno y me lo dio después de saber que estaba delicioso.” Así pues la frase “Fen Tao” se convirtió en un sinónimo de la homosexualidad.

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: qngxuan [Twitter]

Notas extra [CH-ESP]
- Jianghu: “La palabra jianghu (江湖), que literalmente significa «ríos y lagos» es un concepto/expresión/sensación/texto inquietante en el idioma y la cultura chinos que está abierto a una miríada de interpretaciones. Aunque jianghu no hace referencia a ningún ser real, ubicación exacta, ni significado fijo en la realidad, con frecuencia se representa como el mundo fantástico de las artes marciales chinas, el reino criminal de las tríadas, una condición anárquica fuera del alcance del gobierno, el mundo mítico «más allá», y así sucesivamente en la cultura, la literatura y el cine chinos. [...]
El termino jianghu apareció en los textos literarios clásicos chinos hace más de dos mil años [...]
Wuxia es una palabra compuesta que significa artes marciales chinas(wu, 武) y caballería tradicional china (xia, 俠). El género wuxia puede definirse, por lo tanto, por la implicación y la manifestación de wuxia aportada por su tema y contenido: en general, el género constituye una forma de narrativa específica basada principalmente en diferentes sucesos imaginarios del reino ficticio de jianghu, y los personajes que van ocupando el espacio jianghu se consideran ciudadanos jianghu.” [Fuente: Recorrido por ríos y lagos: una mirada al 'Jianghu' intraducible en la cultura y la literatura chinas]

- Lentejas de agua: “La lenteja de agua es una planta flotante, con un máximo de tres hojas las cuales tienen cada una de estas su única raíz que cuelga en el agua. Cada vez que las hojas van creciendo, los especímenes se dividen y se convierten en organismos separados. La raíz puede llegar a medir entre 1 y 2 centímetros de largo, sus hojas poseen una forma ovalada con una longitud de 1 a 8 milímetros, siendo su ancho de 0.6 a 5 milímetro, de color verde claro y cada una de esas hojas tienen tres venas y cinco pequeñas incisiones de aire para ayudar a la flotación. [...]” [Fuente: Características y reproducción de la Lenteja de Agua]

- Serpiente blanca y Xu Xian: “Uno de los relatos más conocidos de la literatura china es la leyenda de la Dama Serpiente Blanca. Surgió primero como una historia corta durante la Dinastía Tang (618-907), sufriendo constantes alteraciones en siglos posteriores, y siendo adaptada para su representación en la ópera china en el siglo XVIII.” [Seguir leyendo en: La leyenda de la Dama Serpiente Blanca]
[Me resultó difícil encontrar una historia sobre la mujer demonio y la mujer zorro, porque de la primera encontré más como leyenda de Japón y de la segunda, recuerdo haber leído que hay gran cantidad de fábulas y leyendas sobre zorros que se transforman en humanos. Pero buscando en chino sobre la demonio, encontré esta leyenda (山姥), aunque al leerla me di cuenta de que se trataba de Yama Uba (sí, de Japón).Y esto no tendrá mucha relación(?), pero les cuento que cuando leí en esta historia lo de “demonio” de la montaña y un viajero perdido me vino a la mente la película hongkonesa “Una historia china de fantasmas” (1987), donde precisamente hay fantasmas que tiene como tarea atraer a los hombres para que un demonio se alimente de sus almas.]

- El manantial de la flor del melocotón: “La flor del melocotón (o del durazno, 桃花), es desde tiempos ancestrales la flor favorita de los chinos para expresar el amor. La flor del melocotón posee varios pétalos de dos colores, rojo pálido y blanco, con un degradado de tonos rosáceos por medio. Representan el colorido, la indulgencia, la elegancia más pura, el refinamiento, la generosidad y el buen temperamento. [...] Hace 1700 años, Tao Yuanming (陶渊明, 365-427), gran poeta de la dinastía Jin (265-420), ya citó lo que para él suponía el mundo ideal en su obra titulada El manantial de la flor del melocotón (桃花源 o Táohuāyuán).” [Fuente: Flor del melocotón, la rosa oriental sin espinas, símbolo del amor chino]
+ “Esta fábula, El manantial de los melocotoneros en flor, fue escrita por Tao Yuanming (陶渊明) en el año 421. Este lugar ha pasado a ser un importante símbolo en la cultura china y se ha convertido en un sinónimo de utopía. Actualmente se emplea la expresión china «shìwàitáoyuán» (世外桃源, literalmente “el utópico manantial de los melocotoneros”) para referirse a un paraje natural de gran belleza que no ha sido alterado por el hombre.” [Fuente: “El utópico manantial de los melocotoneros”]

- Caverna de la Tela de Araña: [No he leído aún “Viaje al Oeste” pero busqué la referencia y la encontré en el capítulo 72. Hay una persona que hizo un pequeño resumen del capítulo y es lo que agrego a continuación. Si no quieren leer el “spoiler”, ignoren esta nota] “Capítulo LXXII: Las siete pasiones se burlan del orígen en la caverna de la tela de araña. Ba-Chie se olvida de los buenos modales en el arroyo de la purificación.
Tripitaka se acerca a pedir comida a un grupo de siete muchachas que juegan a darle patadas a un balón. Ellas le preparan una supuesta comida vegetariana. Supuesta porque se compone de carne, cerebro y grasa humanas. El monje se percata del engaño. Entonces las muchachas lo raptan. Al ver la tardanza, el Rey Mono se entera de lo que le ha sucedido a su maestro gracias a que se convierte en una mosca. Las siete muchachas de la Cordillera de la Tela de Araña se defienden del Rey Mono y de Ba-Chie lanzándoles un enjambre de insectos. Gracias a las artes del primero consiguen rescatar al monje y reanudar el viaje.” [Fuente: El perro de Amadeus]


Referencias a la novela [Advertencia: Spoilers]
- Nombre "Wei": en el capítulo 78 se menciona como es que Kun Lun cambia el nombre de Wei. El dialogo es el siguiente...
Kun Lun: [...] ¿Cómo te llamas?
SW: Wéi [嵬]
KL: ¿Qué ‘wei’?
SW: ‘Montaña’ y ‘fantasma’
KL: ¿’Montaña’ y ‘fantasma’? Qué apropiado, solo que el “espíritu” es un poco débil. Mira, en este mundo las montañas se unen a los mares y las altas y majestuosas cúspides se extienden sin fin. Será mejor agregar unos cuantos trazos: hazlo wēi [巍] y así será.
↪ Explicación: Kunlun dice “应景” y se traduce como “Qué apropiado (para la ocasión)” porque el original wéi [嵬] representa su encuentro a través de dos elementos que forman el caracter chino. 1) Arriba está la “montaña” [山] para Kunlun, el dios de las montañas y 2) Abajo está “fantasma” [鬼] para el joven Rey fantasma. Wéi [] significa “terreno rocoso”, así que Kunlun le sugiere que agregue unos trazos más para convertirlo en Wēi [] (de ‘majestuosas cimas’ 巍巍高峰), lo cual significa “majestuoso/elevado/imponente”.
[Fuente en inglés: Dayadhvam]

-Aunque el desarrollo de la novela Guardian sucede en la “época actual”, en algún punto hace referencia a sucesos mitológicos en donde la autora se tomó muchas libertades al modificarla a su antojo y si han leído los epílogos (publicados aquí anteriormente) entonces recordarán la mención de los dioses, la creación del mundo, etc., PERO si han preferido no leerlos aún, entonces no se preocupen porque hay otra opción.
En la novela, del capítulo 76 al 78, se habla ampliamente sobre este aspecto mitológico, describiendo además la relación entre Kunlun-Shen Wei, y por ende, Kunlun-Zhao Yunlan (y más adelante en los capítulos 86-87 y 91-93 continúa la historia), pero si aquellos capítulos aún no han sido traducidos, entonces pueden ver un video que subtitulé hace tiempo, en donde precisamente se resume la “historia mítica”.

La historia de la creación y los dioses es sumamente clara. Pero se preguntarán, ¿qué pasa con ese “final”, esa promesa entre Shennong y Shen Wei? Pues lo explicaré enseguida...

-En el capítulo 93 de la novela, Shen Wei suelta la verdad...
SW: [...] después te ataqué y confiné tu yuanshen. Bajé hacia la Rueda (de la reencarnación) para rogarle un favor a mi enemigo, a Shennong. Fue la única vez que le he rogado algo a alguien. Pero para entonces las reglas de la Rueda de la Reencarnación ya estaban hechas. El cuerpo gobernante de Difu ya había sido establecido con un conjunto de leyes.Sin embargo, le rogué (a Shennong) que te permitiera entrar a la Rueda como cualquier mortal. De esa forma, incluso si no me recordabas en cada vida, aún así existirías. Pero él no estuvo de acuerdo. Los viejos dioses no pueden entrar a la Rueda porque esta se encuentra sujeta al propio yuanshen de Shennong. La Rueda solo puede contener a humanos, dioses, yao, fantasmas, pero no a un verdadero dios de la montaña. A menos que... él confinó personalmente tu poder y limpió tu alma hasta que todo lo que quedó era mortal. Al hacer esto, Shennong podría dispersarse y morir... así que es una vida por otra vida. Él usó su vida en intercambio por la tuya.
ZYL: ¿Y qué le prometiste tú?
SW: Le prometí que por siempre vigilaría el Gran sello Houtou. En tanto exista el sello, yo también existiré. Si el sello se rompe, entonces debo perecer junto con el resto de la Tribu fantasma. Además... en todas tus vidas, nunca debo reunirme contigo. Si no puedo soportar estar separado de ti, puedo terminar absorbiendo por completo tu esencia. Tu alma se podría esparcir.
***
*地府 / Difu: Administración en el Inframundo. Hay capaz de burocracia, diez emperadores y múltiples cortes de jueces. Son los términos amplios para todas las muertes.
*元神 / Yuanshen: Literalmente significa "la raíz" y "dios". Esto está separado de las tres almas. En el Daoismo, cuando se dice que alguien medita para refinar su esencia, significa que están trabajando en su divinidad, la parte inmortal de sí mismo (Esto está vinculado a la existencia del yao. Todo el yao son animales, plantas, rocas, lo que sea que ha invertido tiempo refinando su esencia)
Otra aclaración: El yuanshen de Kunlun estaba muriendo (los dioses no son eternos). Y en una acción para proteger al Rey fantasma de ser asesinado por Shennong (quien quería matar a toda la tribu fantasma) después de morir, Kunlun se quitó una parte de su cuerpo (un tendón) y se lo dio al Rey fantasma, así pues él sería un semi-dios. Esto hizo que Kunlun muriera más rápido. Cuando los dioses mueren, ellos vuelven al caos, el mismo caos encerrado bajo el Gran sello.
*后土大封 / Gran sello Houtou: Es decir, El gran sello de la madre tierra. En la novela el gran sello es la "encarnación de (la diosa) Nuwa. Ella hizo de su cuerpo la "tierra" y el "sello" porque en ese momento hubo una ruptura. Ella hizo esto para detener que el caos se adueñara del mundo.
[Fuente en inglés: Fox Ghost]

- Sobre cómo es que Shen Wei absorbe (sin querer) la esencia de las reencarnaciones de Kunlun, agrego otro fragmento que aparece en el capítulo 81 de la novela.
SW: [...] A pesar de que me elevaste a divinidad, después de todo nací en la Tierra profana. La raza de los fantasmas es sucia y poco auspiciosa; si tú y yo estamos juntos por largo tiempo, comenzarás a perder tu energía como ahora. Con el paso del tiempo es posible que tu fuerza vital y sangre se desvanezcan. Si esto continúa, entonces algún día, tarde o temprano, te dejaré sin vida como una lámpara consumiendo todo el aceite. Hace miles de años Shennong dijo que nací como Rey fantasma, destinado a comenzar y terminar sin amabilidad. Si insistes en protegerme y llevarme contigo, entonces definitivamente habrá un día en que morirás por mi culpa.
[Fuente en inglés: Dayadhvam]
⇒ Y como pueden notar, esto es precisamente lo que le pasó a Shen San y la razón por la cual Shen Wei hizo lo posible por mantenerse alejado de Zhao Yunlan (y todas las reencarnaciones de Kunlun)...


Comentario personal: Ok, la historia es larguísima y las notas y explicaciones también.
Espero no haberlos aburrido ni enredados con la historia.
Yo hace muchísimo que leí spoilers de tooooda la novela y quedé encantada con la historia, por ello estoy esperando a que termine la traducción de la novela para ahora sí poder leerla de corrido.Y aunque puede parecer un poco complicado eso de de la mitología y las reencarnaciones, créanme que no lo es... o al menos a mí me resultó bastante claro o.o

Pero en fin, disfruté mucho de esta historia y me conmovió también.

Ya es noche y mi cerebro no procesa más, así que no los entretendré por más tiempo.

Realmente espero que les haya gustado.

¡Hasta pronto!...

Y no se olviden de dejar sus impresiones. Gracias ^^!
[Ilustración de MMua23]


IMPORTANTE: Les recuerdo que los sitios para leer la novela (y los spoilers) se encuentran incluidos en esta FICHA, y reitero que yo no tengo ningún proyecto actual de traducción y tampoco pienso apropiarme de este.

2019.07 - Editado -
Agrego un FMV que precisamente trata sobre Shen San y Wei.

6 comentarios:

  1. Me gustaría leer la novela completa

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  2. Perdóname es que yo me pierdo un poco en tu Bloc. Tu aquí tienes la novela? o debo entrar a los Link que referencias y que son de wattpad, (por que veo muchos) me explicas por fa por que solo veo las descripciones y con Addicted si lo encontré aquí. Mil gracias

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    1. gracias por tu esfuerzo realmente me encanta tu blog, y si la novela es muy interesante y con un poco de concentración y atención se entiende lo de la mitología.

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  3. Gracias por compartir tu tiempo y tradiciones.

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  4. Muchas gracias por tus traducciones y tus notas son super claras para entender la mitología :)

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  5. Esta historia es hermosa, gracias por compartirla con nosotros! Después de terminar la novela y leer este extra terminé más enamorada de ella.

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