martes, 7 de febrero de 2023

[Demonio a la venta] Capítulo Extra: Por favor, cree en la ciencia


—Fue… fue todo gracias a mi novia —dice Hank tartamudeando frente a un montón de micrófonos.

Todo empezó porque Hank y su novia discutieron.

No, la razón principal es que un forastero abrió una panadería.

Hace un año llegaron al pueblo dos hombres originarios de otro lugar, y juntos abrieron una panadería en la nueva zona en desarrollo. El pan y los postres que venden son deliciosos, el gerente es un hombre de media edad que no está tan mal, por lo que todas las adolescentes merodean la tienda día y noche. Hank ya no podía soportarlo más y se quejó con su novia, ella le dijo que él no sabe apreciarlo.

—¡Esas personas maduras son más atractivas que tú! —dijo.

Así pues, discutieron y pasaron de “¿no es guapo el gerente de la panadería?” a “en la última cita fuiste tan lejos como para usar una camiseta manchada con salsa de pizza”, al final las cosas se salieron de control y su novia quiso terminar la relación. Hank se enfadó y en la noche se fue a rondar la panadería, quería esperar hasta que el gerente cerrara el negocio para bloquearle el paso y así enseñarle una lección. Imaginó cientos de veces la escena donde le agarraba del cuello y le decía fieras palabras. Con gran dificultad esperó hasta que cerraron la panadería, los empleados se fueron, y con un gran espíritu de lucha alcanzó a ver al gerente de la tienda solo para darse cuenta de que no estaba solo.

Un hombre pelirrojo seguía de cerca al gerente del local, quedándose detrás de él y permitiendo que el gerente cerrara la puerta del local, los dos se fueron juntos. Hank intentó arduamente y finalmente recordó al otro forastero, que también es el panadero de la tienda y está viviendo con el gerente.

El atractivo gerente de mediana edad habla con suavidad, y teniendo en cuenta su piel delicada, es muy probable que desde niño jamás haya estado en una pelea. En cuanto a Hank, a él le gusta el baloncesto y tiene un cuerpo robusto y saludable, por sí mismo puede luchar contra dos gerentes. Pero el panadero es un hombre alto y con músculos que pueden ser vistos a través de la camiseta («¡Maldición, el puño de este panadero debe ser muy pesado!), estaba paraba junto al gerente como un guardaespaldas, poniendo inquieto a Hank. Hank dudó por largo tiempo, no se atrevía a dar un paso al frente pero tampoco quería marcharse, así que los siguió hasta la tienda de conveniencia más cercana. Como dice el dicho, cuando alguien no tienen suerte, incluso tomando agua se atraganta. No mucho después de que entró a la tienda, se encontraron con demonios.

Todo por culpa de esa maldita panadería.

La panadería está ubicada en la nueva zona en desarrollo, el pueblo es remoto, y por ello la zona de desarrollo se encuentra aún más lejos; la tienda de conveniencia a la que el gerente fue después de cerrar su negocio está justo a un lado de la calle. A mitad de la noche, un coche apareció en la calle y del vehículo bajaron rápidamente un grupo de demonios, tienen cuernos en la cabeza y armas de fuego en las manos, gritan indiscriminadamente cosas como: “¡Entreguen sus pertenencias!”, “¡Somos demonios!”, “¡Robamos el banco!”.

Uno de los empleados grita y es dejado inconsciente, la otra empleada y los clientes de la tienda (estos solo son Hank y el par de la panadería) son encerrados en el almacén. El grupo de demonios se regocija, y cada uno ocupado en lo suyo comienzan una fiesta en la tienda de conveniencia.

—¿Van a comernos? —pregunta entre lágrimas la empleada que seguía despierta.

Hank no quiere hablar, Hank también quiere llorar. «¡Esos son demonios!». Solo han pasado un par de décadas desde el fin de “La calamidad del Infierno”, las personas menores de veinte nunca han visto un demonio, pero crecieron escuchando las historias de terror sobre ellos. Sus colmillos pueden quebrar huesos, sus garras pueden dividir el acero, pueden escupir bolas de fuego, y comen carne humana, son como langostas a dondequiera que van. A pesar de que las puertas del Infierno están cerradas, nadie puede estar seguro de que ningún pez escapó de la red. La generación mayor sigue amonestando sin cesar y las estaciones de televisión advierten todo el año, por lo cual, sin mayor razón, los jóvenes les temen a los demonios. Es similar a temer que un monstruo aparezca de pronto debajo de la cama.

Había cinco personas en el almacén, uno tendido inconsciente sobre el piso, y los otros cuatro sentados formando un círculo y atados con una cuerda. La empleada que aún seguía en sus veintes se encontraba pálida de miedo, Hank la instó a permanecer en calma.

—Nos van a poner pimienta —olfateó la empleada—, hay pimienta en la tienda.

—Los demonios no tragan comida preparada —murmuró el panadero.

La empleada le miró horrorizada.

—Quiero decir, esos no son demonios —se corrigió apresurado el panadero—. Las puertas del Infierno se cerraron hace mucho tiempo, después de todo estos años, ¿cómo puede haber aún demonios corriendo en grupos por ahí en la superficie? Esos cuernos se parecen mucho a los de una cabra, tampoco son muy pesados.

—¿En serio? —dijo la empleada con timidez.

—Los demonios no usan armas de fuego, tienen garras —le aseguró el panadero—. Esos solo son un montón de adolescentes problemáticos que robaron un banco y han escapado.

—Así que no comen carne, ¿solo matan? —gimoteó la empleada— Van a tirar y hundir nuestros cadáveres con cemento en el mar, es lo que siempre hacen en la televisión…

—¿Por qué alguien que roba un banco va por ahí cargando cemento? —dice el panadero entre la risa y el llanto por lo absurdo—. Por aquí cercas no está el mar, ni ríos profundos, un cadáver tirado con cemento se quedaría varado, es más conveniente cavar un hoyo y enterrarlo…

La mujer puso los ojos en blanco y se desmayó.

El gerente le dio una mirada de desaprobación al panadero, y el panadero simplemente sonrió, parecía un poco avergonzado.

—Ellos no robaron el banco —el gerente le dio a Hank una sonrisa tranquilizadora—. La población más cercana está a casi dos horas en coche, si realmente hubieran robado un bando entonces se habría escuchado la noticia en la radio de la panadería antes de que cerrara. Este tipo de personas, a lo mucho, roban tiendas de conveniencia, y es probable que incluso fumen mariguana, pero realmente no son fugitivos. Quizás no se irán sino hasta que aparezca un coche policía.

Este elegante señor Wilson es cortés, gentil y considerado, además de que su rostro no requiere temperamento y su forma de hablar es agradable. Por lo general es esta cara la que hace enfurecer a Hank, pero ahora es particularmente tranquilizadora. Tiene cierto aire de confianza, las amas de casa bromean diciendo que él podría incluso quitarle el puesto al sacerdote del pueblo, y los esposos de esas mujeres dicen que, sin exagerar, él sería excelente en la industria de las ventas. En una situación tan crítica, incluso Hank (a quien no le agrada), no pudo evitar buscar su ayuda.

—¿En verdad no son demonios? —no pudo evitar preguntar Hank—. Tienen magia, ¿no dicen que es probable que ellos mismos puedan abrir las puertas del Infierno?

—Sí, y se enseñaron a conducir y a fumar hierba —intervino el panadero poniendo los ojos en blanco—. No, los demonios solo lanzan bolas de fuego. No hay demonios ni ángeles en este mundo.

—¡Pero hace veinte años había demonios! ¡Y sacerdotes que lucharon contra ellos! —argumentó Hank.

—¡Todo es falso! —insistió el panadero, comenzando a sonar como un viejo testarudo—. ¡En este mundo no hay demonios siniestros, ni Dios, y tampoco sacerdotes con poderes sobrenaturales, todo no es más que propaganda! ¡Es una estafa! Tienes que creer en la ciencia, no puedes creer en deidades.

Hank se quedó atónito y miró al señor Wilson en busca de ayuda; el gerente tenía una cruz colgando del cuello, obviamente es un creyente, pero ellos no parecían estar en malos términos porque viven juntos. Miró al gerente, quien a su vez veía a la empleada que se había desmayado, frunció el ceño como si hubiera encontrado algo.

Hank también la observó, solo para darse cuenta de que estaba pálida y sudaba profusamente, temblaba. «¿Será una enfermedad del corazón o epilepsia?», el corazón de Hank se tensó.

—Le falta azúcar en la sangre —dijo el gerente, y agregó cuando Hank soltó un respiro de alivio—. Si no podemos conseguir ayuda pronto, es probable que sufra daño cerebral.

—¿Y ahora qué? —Hank estaba perdido.

Llamaron a la puerta, pero nadie respondió, los “demonios” habían subido demasiado el volumen de la música. El panadero se puso de pie y miró la puerta de arriba abajo como si estuviera listo para destrozarla. Hank se apresuró a detenerlo, ¡los de afuera tenían armas!

—Entonces solo queda una manera —el señor Wilson suspiró—. Por favor, cierren los ojos y oremos.

Eso no sonó en absoluto como una solución, pero cuando lo dijo el señor Wilson, pareció tener sentido. Los ladrones tenían armas y en cambio ellos estaban desarmados y atados, ¿qué más podían hacer que cerrar los ojos y orar? Hank cerró los ojos y tartamudeo siguió al señor Wilson en su plegaria al Padre celestial. Después de realizar unas cuentas oraciones, Hank escuchó un ruido muy fuerte. Abrió los ojos en pánico solo para ver que la cuerda en su cuerpo se había roto en varias partes, y la puerta del almacén estaba abierta y tambaleante.

La cuerda era tan gruesa como dos dedos, y la puerta cerrada estaba hecha de acero.

—Cuando las personas son estimuladas y sus emociones fluctúan demasiado, el cuerpo humano secreta adrenalina, la cual puede hacer que las personas estallen en un poderoso potencial —dijo el señor Wilson usando el mismo tono sincero con el que pronunció la oración—. Puedes explotar tal potencial porque eres justo y valiente, es muy admirable…

—Yo… ¿qué? —Hank estaba pasmado.

Aunque la cuerda hubiera sido rota por él, ¿será posible que usara su mente para abrir la puerta? ¿y qué pasa con el panadero? ¿a dónde se ha ido?

—En este mundo no existe las habilidades sobrenaturales, solo el potencial humano —dijo el señor Wilson con severidad, tirando al piso la cuerda rota—. Cree en la ciencia. Por supuesto, también cree en Dios. Mientras creas con devoción, las cosas inevitablemente cambiarán a mejor.

Al otro lado de la puerta sonó una lluvia de disparos.

—No te preocupes, nadie saldrá herido… —aseguró el señor Wilson.

Se escucharon gritos miserables, uno detrás de otro.

—Nadie morirá —continuo el señor Wilson después de una breve pausa.

Este cambio en su enunciación no fue nada tranquilizadora, especialmente cuando afuera las cosas se volvieron más animadas. Gritos desgarradores, el sonido de objetos pesados al caer, el sonido del motor de un coche, el sonido de un impacto, eran incesantes sonidos que hacían imposible adivinar qué es que sucedía al otro lado de la puerta. Hank dudó una y otra vez finalmente reunir el coraje de intentar aprovechar la oportunidad para salir y llamar a la policía. Se puso de pie, y el señor Wilson también. Esperó a que Hank caminara hacia la puerta, de pronto el gerente abrió la boca.

—¿Ves ese estante? —dijo.

El gerente señaló un estante cerca de la puerta del almacén, esta tenía una protuberancia casi tan alta como la altura de la frente de Hank.

—Está mal ubicado, si pasas por la puerta apresurado y sin prestar atención, te golpearás.

¿Era una advertencia para que no se lastimara? Hank no sabía la razón, pero antes de tener tiempo de agradecerle, sintió una fuerza que proveniente detrás de su nuca, estrellándole la frente con fuerza contra el estante.

Cuando Hank despertó, el polvo ya se había asentado.

A la empleada con bajo nivel de azúcar se le administró glucosa, y los ladrones que pretendieron ser demonios fueron arrestados, todo gracias a Hank. Cuando él se dio cuenta de que alguien se había desmayado, se liberó de la cuerda y con valor llevó a todos al escape. Su bravuconería asustó al grupo de adolescentes drogados, y los bandidos salieron a toda velocidad en un coche hasta que se estrellaron contra una señal de tráfico la calle, quedando inconscientes. Hank es un joven bueno y valiente, pero un poco imprudente; cuando finalmente se apresuró a volver al almacén, chocó con un estante y él mismo se noqueó, él se convirtió en la única víctima de este incidente y el único que salió más herido.

En la cama de hospital Hank recibió los honores, la multitud le rodeó y el flash de las cámaras no dejó de deslumbrar. Con una decena de micrófonos apretujados frente a su boca, le pidieron que hablara sobre sus sentimientos con relación a su acto heroico. Su expresión era de estupefacción, era incapaz de creer cómo realizó dicho acto heroico.

—¿Están seguros de que no se trata de un error? —dijo inseguro—. No recuerdo nada de esto….

—¿Quién más pudo ser además de ti? ¡Los dos caballeros en la panadería te han estado elogiando! —escupió el reportero—. ¿Será que quieres creer a ese grupo de drogadictos que están mal de la cabeza?

Las cámaras de vigilancia fueron dañadas, y los dos empleados de la tienda quedaron incontinentes durante todo el suceso, a excepción de los dos caballeros de la panadería, solo quedan los testigos del otro lado. Este grupo de adolescentes problemáticos que pretendieron ser demonios, despertaron haciendo un alboroto, aullando conque de pronto un demonio se abrió paso de entre la multitud y los golpearon violentamente hasta hacer que lloraran por sus papás y gritaran por sus mamás.

—¡Un demonio verdadero! ¡un monstruo! —dijo histérico el conductor del coche— ¡Nosotros no chocamos con la señal! ¡Fue el demonio quien la agitó y la estrelló contra el coche para detenerlo!

Por lo visto, nadie les creyó.

¿Cómo podría haber un demonio que cayó del cielo solo para detener a unos ladrones? Este grupo de personas no tuvo golpes graves en sus cuerpos, solo unas cuantas lesiones de impacto.

—He visto a un montón de jóvenes delincuentes como estos —dijo el sheriff con desdén—. Si realmente hubieran sido golpeados por un demonio, ¿en dónde están las lesiones? ¿Es que un Hijo de Dios apareció de la nada y los curó?

Esta broma fue tan graciosa que el panadero se rio por cinco minutos completos cuando el sheriff se la contó a los dos implicados.

Así que Hank se convirtió en un bien merecido héroe, recibió reconocimiento público y numerosas entrevistas. Hank se paró torpemente en el escenario, el alcalde le estrechó la mano mientras sonría ampliamente hacia la cámara. Hank miró alrededor de la audiencia, donde su madre se enjuagaba las lágrimas, su padre se veía aliviado, el panadero estaba encantado cruzado de brazos, y el señor Wilson sonreía alentador. Su quería novia con la que volvió, le saludó con la mano, y él rio tontamente.

—Fue todo gracias a mi novia —dijo Hank, y se aclaró la garganta—. Jane siempre había querido que fuese un héroe ante el peligro…

Por supuesto que no hay demonios ni hijos de Dios que aparecen de la nada, todo se debe al potencial del cuerpo humano. Por favor, cree en la ciencia.
*

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: PastTimer [Wattpad]

Comentario personal: Sin darme cuenta el tiempo pasó volando y mi plan de concluir esta novela a principios de año se fue al caño.
Las distracciones fueron muchas… primero me puse a volver a ver Hannibal, y así cuando avanzaba un párrafo de este capítulo terminaba cerrando el archivo y me ponía a ver un capítulo de la serie (jajaja), lo cual pasó con las tres temporadas (¡cómo amo la escena final de los esposos-asesinos, abrazaditos *-*!).
Después, mi siguiente distracción fue Kare Kano, me gusta el anime y por eso decidí leer el manga (¡20 tomos!). Pues eso, ahí se fue mi tiempo libre. Aunque aún no lo termino, me quedé en el tomo 13 porque está por comenzar el drama de Arima y la verdad es que no estoy para eso.
La siguiente distracción fue otro manga pero ahora sobre rakugo (ya antes había visto un drama cómico con este tema, y lo amo y amaré por siempre, se los recomiendo mucho si son de risa fácil, se llama “El tigre y el dragón”). En fin, que me leí los 10 tomos de Descending Stories (me cayó mal algo del final, arg!, no lo supero -_-‘). Y ahora sí dije, ya no más. ¿A trabajar! Así es como ahora, estando en la segunda semana de Febrero, por fin me digno a terminar la traducción de este extra.

Ahora sí, nuestra pareja maravilla.
Pues los amo, me caen muy bien y soy feliz por ellos. Por, después de muchas cosas difíciles en sus vidas, al fin tienen prosperidad y amor.
¿Me quedé satisfecha con el final? La verdad es que me habría gustado más desarrollo sobre el mundo y demás, pero la autora lo dijo, esta es la historia de Enoc y Remiel y no hay más.
¿Mi mayor queja? No sé si queja en sí, pero se me hizo muy iluso eso de que la Iglesia cayera de gracia así de fácil, que siendo tan poderosa no hubiese tenido mil planes extra por cualquier eventualidad. Pero ok, acepto el final de cuento de hadas.

Como pueden ver, la historia no fue TAN violenta o TAN agonizante como al inicio podría parecer, hasta eso resultó bastante dulce. Esta autora (o autor, yo qué sé) me cae muy bien y me gustaría que más de sus obras fuesen traducidas en inglés, yo contenta las leería sin duda.

Espero que ustedes disfrutaran de la novela, y GRACIAS por seguir al pendiente de las publicaciones, que aunque al inicio tenia la intención de que fueran regulares, al final resultó un poco caótico.

¿Futuro proyecto? No lo sé. A estas alturas estoy aceptando la idea de que no continuaré Devil Venerable porque es muy larga, y si apenas y pude con 40 capítulos no muy extensos, 80 o más es too much.

Además de los mangas, hace poco me puse a leer algunas novelas danmei, primero fue una tonta y divertida para subir el ánimo, luego pasé a algo cortito y trágico… de las que leí me interesaron 2, creo que podría hacer el intento, no digo más pero ya veremos si vuelvo pronto con más traducciones.

Les dejo con los últimos fan-arts de Enoc y Remiel.
Y aprovecho para decirles que estuve encantada de que hubiera tantos fana-arts de esta historia, me facilitó mucho saber que cabeceras poner (ajajaja). Sobre los siguientes, es una pena que la publicación original fuese eliminada, es por eso que las imágenes no tienen muy buena calidad. Pero algo es algo, me parecen muy divertidas. Podríamos titúlalas, “la vida en la panadería de un demonio y un ex-sacerdote”.
[Nota: Acá una parodia-????- de cuando Enoc le daba cosas a probar para ver que comia Remiel.]

[Nota: No tengo idea de a qué canción se refiere esto... ]

[Nota: Este me encantó. El menú -?- de la panaderia. Bollo-?- Demonio y Rebanada de pan Hijo de Dios. So cute!]

[Nota: El panadero y el gerente ❤]

P.D.: Casi lo olvido.
Les recuerdo que existen otros dos extras de esta novela. Fueron publicados en la edición de Taiwán.
Yo revisé la “vista previa” del libro en Google books y así pude ver el contenido de los extras.
Uno (意外) es desde la perspectiva de Remiel, ahí cuenta su vida llena de sucesos inesperados. Desde chico hasta que va por la vida conduciendo con Enoc durmiendo en el asiento de atrás.
El segundo (束手有策), solo pude ver los últimos párrafos así que no se muy bien de que va, lo único que capté fue hay sexy-time entre la pareja (creo que en el coche ._.?).

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