viernes, 17 de diciembre de 2021

[Exilio] Capítulo 5: (Sin título)

Si le miras de cerca, pueden vislumbrar una cicatriz en particular a la altura del abdomen. No es necesariamente fea, está escondida entre una gran variedad de otras cicatrices. Pero la munición que provocó aquella cicatriz casi le daña la espina dorsal y le deja paralítico.

Al menos, una persona normal habría quedado paralítico por tal lesión. Los dispositivos de tecnología médica de las clases altas pueden sanar rápidamente este tipo de heridas sin dejar una sola cicatriz. En cuanto a 329, si realmente hubiera recibido la detonación directamente contra la columna, definitivamente no habría logrado mantenerse con vida hasta la actualidad. Es afortunado que la detonación se desvió, aunque a los ojos de la mayoría habría sido mejor lo contrario.

La munición que perforó el sistema reproductivo de 329 le impedirá ser marcado o poder concebir hijos.

No recuerda cuando recibió esta cicatriz pero sí las expresiones repletas de abatimiento que le rodearon al despertar. El médico le explicó con solemnidad que él jamás se convertiría en el omega de un alfa, jamás sería madre. Algunos lloraron, otros le prometieron guardar el secreto. El ambiente en la habitación se volvió opresivo, haciéndole sentir bastante incómodo. En medio de la sombría congoja, se sintió mal por celebrar el hecho de tener intactos los brazos y piernas.

¿Cuál es el punto? Ser marcado o tener hijos no cambia nada. Incluso el omega que se casa con el alfa más poderoso en vida y da a luz al futuro alfa más poderoso, permanece sin voz y sin rostro para el mundo entero. El Cónsul solo lleva consigo al escenario al “Príncipe heredero”.

329 piensa en lo positivo de no tener que necesitar anticonceptivos. El aborto no es algo bueno para la salud.

Como sea, una carga de semen directamente en su interior no le afectará. La alfa le dio inyecciones, lo cual le quita por completo la necesidad de cargar condones. Es una pena no poder revenderlos en el mercado negro de los burdeles. A ellos no les gustan los problemas, se mantienen alejados de los exiliados.

El tiempo pasa. Lentamente y la temperatura desciende.

La incomodidad para 329 comienza desde temprano; dolor de cabeza y somnolencia. En los días pasados, la fábrica donde trabaja en las noches ha realizado horas extras para cumplir a tiempo con los envíos. Él se ha quedado a trabajar por varios días seguidos y en combinación con el frío clima, probablemente ha atrapado un resfriado. De forma mecánica organiza la mercancía, sus pensamientos son lánguidos, como si caminara sonámbulo. Un alfa le agarra el trasero bajo la excusa de alcanzar algo, y él ni siquiera reacciona. Su compañero de trabajo le grita al pervertido. Es como despertar de un sueño; 329 le agradece a su compañero quien solo le regresa una mirada de desdén para enseguida marcharse. Parece que a él simplemente no le gusta dejar pasar este tipo de cosas en lugar de tener algún deseo de ayudar a un exiliado.

La minoría trata a los exiliados como un escape de estrés; en cuanto al resto, la mayor parte de las personas les considera la basura de la calle o una plaga. Ser ignorado o abusado es el pan de cada día para 329. En la actualidad, ya ni siquiera se molesta en preguntarse de dónde proviene el odio.

No come el almuerzo y en cambio usa el descanso de medio día para tomar una siesta. En la tarde está hambriento pero mucho más alerta. El intercambio vale la pena, ha visto a más de un trabajador falto de sueño quedar atrapado en la maquinaria. Algunas veces sobreviven, pero para 329 perder un brazo y el dinero para el tratamiento médico es más que suficiente para conseguir un boleto sin retorno al Centro de Bienestar Social de Omegas.

Por la tarde, se dirige a su casillero y descubre que ha sido abierto a la fuerza. El panecillo comprimido y sus zapatos han desaparecido sin dejar rastro. Cuando devuelve el calzado del trabajo, la gerente le dice que ella le puede prestar un par de zapatos si 329 le chupa la verga. Él dice que no importa y regresa descalzo a casa.

Al menos sigue con calcetines, incluso si tienen agujeros. Y dado que siempre camina de ida y vuelta al trabajo, sabe qué calles están en condición más o menos aceptables. Puede conseguir primero algo de comida y entonces pasar por el vertedero para ver si encuentra algunos zapatos que aún se puedan usar.

Sin embargo, se da cuenta de que no tomará el turno nocturno.

Es el callejón de camino al supermercado. 329, de pie en un extremo, ve a Yasha parada en el otro; viste una cazadora. Ella le saluda agitando la mano, sonriendo. 329 se detiene y la chica trota hacia él.

—¡Buenas noches! —dice ella—. Debe de estar hambriento. ¡Vamos a comer!

Ella pronuncia un destino a varias horas de distancia.

—Es bastante lejos… —dice 329 con duda.

—No se preocupe, le llevaré —dice Yasha.

No tiene salida, piensa 329 para sí. Aunque por supuesto que ella no llegó de pie hasta ahí. Yasha presiona una llave. El aire se agita y aparece una motocicleta en el callejón, deteniéndose a un lado de la chica.

No parece en absoluto el tipo de vehículo para una jovencita. La máquina es enorme, con bordes afilados, fiera, resplandece con frialdad metálica y simplemente flota sobre el piso. Yasha extiende una mano hacia ella y la motocicleta se agacha, inclinada hacia el frente, como el gesto de un caballo hacia su jinete. Yasha la monta y le lanza a 329 un objeto parecido a un botón. Aturdido, 329 lo toma. Yasha hace una demostración abrochando el otro “botón” en la oreja izquierda; aparece un casco en su cabeza. 329 sigue el ejemplo. El casco que aparece es ligero como el papel, bastante ajustado. Se sube a la motocicleta, sentándose detrás de Yasha pero no encuentra de qué asirse.

—Se puede sujetar de mi cintura —le aconseja Yasha con calidez.

Con mucho cuidado, 329 lo hace. La prenda tiene cintas de seda; no puede evitarlas sin importar lo cuidadoso que es. La suciedad en 329 es pasada a la costosa vestimenta de Yasha. Ella no lo nota pero 329 no puede evitar estar tenso al darse cuenta.

—No podré volar un avión real pero al menos puedo conducir esto —agrega Yasha —. ¡Yo misma lo modifiqué!

Aún no ha enciende el motor, como si esperase algo. 329 se detiene, se da cuenta y habla.

—Eso es bastante genial.

Yasha ríe felizmente. Con una presión del pie, la motocicleta sale disparada.

El brazo de 329 le rodea la cintura. Se preocupa de hacerle salir del asiento pero sus temores pronto se comprueban ser innecesarios. Los dos permanecen firmemente sentados, probablemente este vehículo tiene algún tipo de tecnología de seguridad. La motocicleta vuela unos cuantos metros sobre el suelo, acelerando con rapidez como una flecha disparada del arco. Y Yasha es una motociclista con poca moderación, trata la calle como una pista de carreras.

Pared tras pared se apresuran hacia ellos, girando repentinamente a un lado momentos antes de chocar contra sus caras. Rosan las esquinas de cada tipo de arquitectura, abriéndose paso por cada tipo de pasaje estrecho. La alfa presume su técnica de conducción. Es suficiente para hacer que los corazones de la mayoría de las personas se les salte hasta la garganta, y el corazón de 329 también está acelerado. Algo quiere salir disparado de su garganta, una exhalación, un grito, un corazón.

El casco de la motocicleta le protege la cabeza, permitiéndole abrir los ojos contra el viento. El conocido sucio callejón desaparece a sus espaldas; todo alrededor de ellos se parece a las cortinas de un teatro siendo retiradas a alta velocidad, un color y líneas borrosas. Giran, ruedan, luchan por liberarse del piso. El aire estancado se convierte en viento salvaje, frío cuando pasa de golpe, pero le levanta el espíritu con sus alas. Van demasiado rápido, todo queda atrás, como la gravedad, como todo el pesado barullo en su cabeza. Se lanzan de lado y 329 queda suspendido en el aire, como si volara.

Incluso con un destino tan lejano, con su velocidad, el viaje termina pronto. La motocicleta se detiene y 329 vuelve a la tierra. Yasha baja primero dando un salto. Al verle aún aturdido en el asiento trasero, se quita elegantemente los guantes y le ofrece una mano. En el momento en que le toca la piel, ella exclama y solo entonces 329 se da cuenta de que su piel expuesta está tan fría que quedó adormecida.

—Debería de haberle traído una chaqueta —dice Yasha, molesta.

Es ahora cuando 329 se baja del vehículo, con los pies sobre el piso, recobra conciencia del peso de su cuerpo. Su razón regresa del previo viaje temporal de sus pensamientos. Una vez más, tiene hambre. Ahora que ha notado en dónde se encuentran, tiene suficiente sensatez sobre sí mismo. Es un restaurante de clase alta, con dos camareros parados frente a la entrada.

—Los exiliados no tienen permitida la entrada —dice 329.

—¿A quién le importa? —dice Yasha con desdén, jalando de él.

El empleado del restaurante abre la puerta para ellos y se inclina en un ángulo de noventa grados. Quizás realmente no hay alguien a quién le importe, en tanto 329 sea llevado por alguien como Yasha. Las baldosas del piso están tan pulidas como un espejo y sin embargo no se sienten resbaladizas al caminar. El patrón que lo conforma se transforma lentamente.

329 baja la mirada, primero ve los oxfords que usa Yasha y entonces ve sus propios calcetines. Sus dedos se asoman por los hoyos. Probablemente él parece un mono con la correa de una princesa. Si Yasha quiere lucirlo ante los invitados, al menos debería darle un par de zapatos.

A menos que ella lo  trajera para ser consumido.

*

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: Selstarry

Comentario personal: Esta vez tardé un poco más con la traducción. Lo siento.

Como no tengo nada que comentar sobre el capítulo, esta vez les vengo con info random sobre un libro que recién encontré y que parece interesante (al menos para mí) y  por ello pretendo leer en el futuro. (No creo que haya aquí alguien de Puerto Rico, pero por si acaso, saludos -?-).

No estoy segura de cómo fue pero me encontré con estos títulos: “Póstumo el transmigrado o historia de un hombre que resucitó en el cuerpo de su enemigo” (1872) y “Póstumo el envirginiado o la historia de un hombre que se coló en el cuerpo de una mujer” (1882) de Alejandro Tapia y Rivera (1826-1882).

Los títulos dicen mucho y de ahí mi interés.
Actualmente he leído solo dos capítulos del primer libro y de inmediato me recordó al libro de A. Nervo, “El donador de almas” (1899), aunque lo cierto es que tampoco es que se parezcan mucho –jajaja-.

Pero bueno, ¿de qué van las obras?

+Póstumo el transmigrado: “[…] Póstumo es un hombre que muere en la víspera de su boda. El mismo día de su entierro Póstumo ya muerto, presencia las caricias de amor de su amada con su peor enemigo, Sisebuto. Para desconsuelo e ira de Póstumo, Sisebuto y su amada Elisa se casan y Sisebuto, al poco tiempo muere. Es venganza en el cuerpo de su enemigo.

+Póstumo el envirginiado: “Esta novela narra la historia de Póstumo, quien después de haber reencarnado con el cuerpo de su enemigo muere y decide volver a la tierra, pero esta vez dentro del cuerpo de una hermosa mujer: Virginia.

Las novelas se encuentran en línea, disponibles aquí.

Lo siguiente es un resumen REPLETO de spoilers sobre ambos libros (pa' quien le de flojera leerlos y simplemente tenga curiosidad):

Parte 1)
“Un hombre atractivo y joven, un soñador, y un empleado del estado, Póstumo, se enamora de Elisa de Doble Anzuelo, una joven y atractiva mujer. El sueño del joven se hace añicos cuando inesperadamente muere varios días antes de la boda. Después de inicialmente negarse a abandonar su cuerpo, el espíritu de Póstumo es arrestado por la policía de espíritus y es llevado al cielo. Insatisfecho con esto, solicita, y eventualmente, le es permitido el permiso por parte del Señor para volver a la Tierra y así sobrepasa los canales burocráticos normales al solicitar una misión especial para reencarnar. […] Por casualidad, el próximo cuerpo disponible pertenece a Sisebuto, el antiguo rival de Póstumo en la conquista del corazón de Elisa.

El cadáver de Sisebuto está tendido en la mesa del examinador, esperando una autopsia en frente de un grupo de médicos en entrenamiento. El espíritu de Póstumo se apodera del cuerpo y echa al reacio y levemente viviente espíritu de Sisebuto con ayuda del Ángel (guardian). […]

Como espiritista y regular comunicadora con aquellos del reino espiritual, con el tiempo Elisa entiende que Sisebuto ya no es Sisebuto. Ella intenta hacer feliz a su antiguo prometido pero no tiene éxito […]. Elisa encandila a Don Cósmico, un alto funcionario del gobierno al que le fue concedido el deseo de memoria eterna, permitiéndole así recordar todas sus vidas anteriores, y este le otorga un trabajo a Póstumo. Póstumo deja a Elisa y se vuelve un apasionado sobre lograr progresos y justicia en la sociedad, así que decide seguir y quizás involucrarse de forma más directa en el proceso político. El señor Horóscopo, quien es capaz de ver el futuro, le dice a Póstumo que si este se casa con Elisa, tarde o temprano será traicionado. […]

Póstumo vuelve con Elisa y al final esta le convence de casarse con ella. Dos meses de casados y Elisa queda embarazada y Sisebuto, quien quiere volver a la Tierra, ve la oportunidad de vengarse de Póstumo y así se le concede el permiso de volver a reencarnar en el cuerpo del bebé por nacer. El bebé, llamado Postumito, nace con la apariencia idéntica a la de Sisebuto [….]. Tiempo después, Póstumo se entera por parte de su dichoso hijo que Elisa está teniendo un amorío con Perpetuo Paquidermo, a quien se le concedió el deseo de la vida eterna. […] Elisa escapa con don Cósmico, quien había sido su amante en otra vida, algo de lo que ambos se dieron cuenta tras una sesión espiritista.

[…] Póstumo vuelve a casa y cae enfermo cuando lee la nota de Elisa informándole de su partida. El atormentado Póstumo ya no puede soportar la situación e incapacidad de controlar su destino. Salta de la venta del segundo piso […]

De vuelta en el Limbo, Póstumo le pide a su Ángel guardián que jamás le permita volver otra vez a la Tierra. […]”

Parte 2)
“La historia comienza con Póstumo en el Limbo con su Ángel guardián.

Después de solo un corto tiempo en el Limbo, Póstumo ya anhela volver a la Tierra. Pero debido a sus circunstancias irregulares de sus previas encarnaciones y subsecuente muerte por suicidio, Póstumo ha perdido su turno en la fila para la reencarnación y tiene que quedarse en el Limbo por tiempo indefinido. Otro resultado de estas circunstancias es que no se le ha dado el agua del olvido administrada habitualmente a los espíritus antes de la reencarnación. Como resultado, a diferencia de otros espíritus, Póstumo recuerda sus dos vidas anteriores en la Tierra.

Póstumo decide que quiere volver a la Tierra y convence al vacilante Ángel guardián para que le acompañe. Al volver a Madrid, Póstumo posee el cuerpo de la hermosa y joven Virginia, principalmente por curiosidad para ver qué tipo de vida tiene una mujer. Póstumo se apodera del cuerpo de Virginia, enviando al espíritu de esta de vuelta al reino espiritual. Antes de la intrusión de Póstumo, Virginia se encuentra comprometida en matrimonio con el Duque de la Verbena, un viejo noble. Después de oponerse a la idea de un matrimonio que no está basado en el amor, Póstumo (como Virginia), decide continuar con el matrimonio, al darse cuenta de lo difícil que es ser una mujer soltera rechazada por su familia y la sociedad. El matrimonio no resulta bien.

El Duque de la Verbena pronto se vuelve celoso y despechado por las relaciones platónicas de Virginia con mujeres y hombres por igual mientras que lo cierto es que es él quien tiene un amorío. Después de que una noche el Duque intenta matar a Virginia en un brote de celos y furia, Virginia escapa para salvar su vida en compañía de su amiga Matilde. El par se dirige a Paris en donde ella se convierte en una reconocida cantante y artista de los teatros parisinos y salones de espectáculos. Con el tiempo logra un pacto de matrimonio con el excéntrico Lord Bercley, y la pareja viaja a los Estados Unidos, en donde Virginia se asombra al ver a las mujeres ocupando distintas profesiones y luchando por el derecho al voto. Después de escuchar una poderosa oradora a favor de los derechos de la mujer, Virginia está más convencida que nunca de la necesidad de la emancipación y completa ciudadanía de la mujer. Ella vuelve con su compañero a España para continuar con la lucha. Sin embargo, ella debe hacerse pasar por inglesa para no encontrarse con problemas referentes a su aún legalmente intacto matrimonio con el Duque de la Verbena.  Sucede la Revolución de Septiembre de 1868 en Cádiz y Virginia toma ventaja de este suceso para luchar con esperanza de asegurar la participación completa e igualitaria de la mujer en la sociedad. Al final, Virginia muere por una herida que recibe en las barricadas. Al volver al otro lado, el espíritu de Virginia (o más bien, Póstumo) es perpetuo confinamiento en soledad como castigo por sus transgresiones en el orden social y espiritual.”
[Fuente en inglés: Suko, Aaron M. M., "On Becoming Virginia: The Story of a Man Who Crashed a Woman's Body: A Translation of Alejandro Tapia y Rivera's Postumo el envirginiado [1882]" (2009). Masters Theses 1911 - February 2014. 332.]

¿Cómo ven? ¿Les ha interesado la historia?
Y ya que estoy en esto de las recomendaciones..
+El donador de almas: "Rafael Antiga es un médico exitoso, pero no tiene a nadie con quien compartir sus días. Andrés Esteves, un protegido suyo con la sorprendente capacidad de encadenar voluntades, le regala el alma de una muchacha [...]. Desde entonces, el doctor y la joven conviven en el mismo cuerpo y luchan por imponer su voluntad al otro."
La novela la pueden encontrar de forma gratuita aquí y también está la opción de escucharla en audio (¡super recmendable!).

Ya no más libros por hoy.
Esperen mejor el próximo capítulo con 329 y Yasha ♥.
Saludos~

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