domingo, 17 de febrero de 2019

[Historia corta – Queer] “Todo comenzó hace aproximadamente año y medio” de Ryu Murakami

Título: あれはちょうど一年半くらい前のことだった / It All Started Just About a Year and a Half Ago / Todo comenzó hace aproximadamente año y medio
Autor: Ryu Murakami (村上龍)
Historia incluida en la colección (japonés): 走れ!タカハシ (Run, Takahashi!, 1986) 
Historia incluida en la colección (inglés): Tokyo Decadence: 15 Stories  (2016)
Traductor al inglés: Ralph McCarthy
Libro a la venta en: Amazon, .

* * *

Todo comenzó hace aproximadamente año y medio. Yo era un camionero, que por lo general transportaba envíos de ropa. Nuestra oficina se encontraba en Komazawa, pero una noche mientras bebía con el jefe, él dijo que quería mostrarme un lugar un tanto fuera de lo ordinario y me llevó a un bar gay en Roppongi. Los acompañantes tenían nombres de vegetales: Tomate-chan, Repollo-chan, Calabin-chan (de calabaza), Apio-chan, etcétera. Entramos con un grupo de acompañantes de cabaret y Tomate-chan se sentó en nuestra mesa y nos entretuvo con su brillante ingenio. Él se sentó junto a mí.

“¡Hola! Soy Tomate-chan, a tus ordenes.”

Le di una palmada en el hombro. Entonces sentí su brazo.

“Tienes un buen grupo de músculos ahí,” dije.

“¿Músculos? Eww. No digas eso.”

Él actuó avergonzado, pero lo cierto es que había formado una increíble musculatura. Lo sé porque fui boxeador durante la secundaria, y he visto todo tipo de constituciones físicas. Los músculos de Tomate-chan eran delgados y flexibles, perfectos para un boxeador.

“¿Qué edad tienes?”

“¡Cielos! Nunca deberías preguntarle a un homosexual su edad. ¿No sabías eso?”

“Vamos, ¿cuántos años?”

“Dieciocho.”

“¿Alguna vez pensaste en boxear? Conozco a un sujeto que maneja un gimnasio en Itabashi. Puedo presentártelo.”

Tomate-chan se puso serio por un minuto y en voz baja me preguntó la dirección y el número telefónico del gimnasio. Los escribí en la parte trasera de un posavasos y cuando se lo entregué él me miró y dijo:

“¿Sabes?, serías un fantástico homosexual.”

Nunca antes había estado alrededor de homosexuales, y en ese momento realmente no le di gran importancia a lo que dijo.

Un año antes mi esposa se había mudado de nuestro departamento. Si ella hubiese encontrado a alguien más, créanme, los habría matado a ambos, pero ese no pareció haber sido el caso. Todo lo que dijo fue, “¡Tienes todo mal! Qué tonto eres.” Yo no entendí a lo que se refería, por eso una vez fui a su nuevo departamento, de alguna forma me abrí paso al entrar e intenté que me diera una explicación

“Mírate,” dijo, “conduces ese gran camión por casi diez horas al día, llegas a casa gimiendo y gruñendo, ni siquiera intentas hablar conmigo, solo te desplomas sobre esa silla tuya, bebes un litro de cerveza, comes un tazón y medio de arroz, masticas los pepinillos, y entonces te tiras pedos y eructos, y cuando hacemos el amor es solo flup flup flup unas cinco veces y terminó, ¿y te haces llamar hombre? ¿No ves lo ridículo que eres? Tienes todo mal.”

Le pregunté que si intentaba hacer algo sobre los pedos, los eructos y los flup flup flup, pero no había marcha atrás. Y aún sigo sin entender qué es lo que tenía todo mal.

Nuestra hija estaba en tercer año de secundaria. Ella se quedó conmigo después de la separación. No sé a cual de nosotros se parece, a mi o a mi esposa, pero ella es una pequeña cosita sensata.

También impertinente. Ella estaba en la cocina cortando zanahorias en cubos o limpiando algo cuando dijo:

“Creo que puedo entender cómo se siente mamá.”

“¿Qué quieres decir con que entiendes?”

“Bueno, papá, no eres exactamente humilde, ¿verdad?”

“¿Qué tiene que ver con ser humilde?”

“Ahí vas. Eso es lo que quiero decir.”

“¿Qué?”

“¿No has pensado alguna vez que puede haber otras formas de vivir tu vida? Actúas como si conducir camiones fuese el principio y el fin de todo.”

“¿Qué está mal con eso?”

“Bueno, no está muy a la moda.”

“Escucha, déjame decirte algo, un hombre no puede ir por ahí preocupándose sobre si su trabajo es o no—”

“Los chicos que están llenos de sí mismos ni siquiera son popular en secundaria.”

“Mira, trabajo, ¿no es así? Tengo que darle dinero a tu mamá, te alimento, bebo mi cerveza. ¿Qué está mal en eso?”

“Todo está bien conmigo, soy tu hija. Pero tú y mamá comenzaron como extraños, ¿no? ¿Y bien? Tienes que ser más considerado con las personas con las que no tienes relación sanguínea.”

Aún seguía sin entenderlo bien. Incluso mi hija estaba más allá de mi comprensión. Un día tuve el coraje de preguntarle por qué ella se había quedado conmigo. Esto es lo que dijo:

“Fue justo en ese entonces—¿cuándo mamá se fue con su maleta Boston?— vi Kramer vs. Kramer, y me dejó una gran impresión. Sé que soy mucho mayor que el niño en la película, pero aquello me hizo pensar en lo divertido que sería hacer tostadas francesas con mi papá y cosas así.”

Entonces se rió.

Incomprensible. Incomprensible, pero ella cuida bien de mi. Si no fuera por mi hija... Maldición. De tan solo pensarlo me causa horror.

Entonces, hará unos seis meses, mi compañía se fue la quiebra. Mi jefe era un tipo serio y simple que pensaba que lo importante para nosotros era mantenernos al día con los nuevos desarrollos en automatización de oficinas, y eso resultó ser nuestra ruina.

Reuní el seguro de desempleo y solicité trabajos en otras muchas compañías de camiones, pero después de un par de semanas me di cuenta de que mi corazón no estaba muy apegado a ello. ¿Qué conseguí al manejar camiones? Mi esposa se mudó, y mi hija... bueno, ella no me respeta. Conducir un semi-camión era la única habilidad que tenía, pensé.

No le dije a mi hija lo que pasaba, pero ella rápidamente se dio cuenta.

“¿Renunciaste a tu trabajo?” preguntó una noche, mientras esparcía el polvo de curry en la cacerola. Yo estaba viendo un juego de pelota en la televisión.

“No, no renuncié.”

“Oh. ¿La compañía se fue a la quiebra?”

“Bingo.”

Róbale a un hombre su trabajo y le robarás la energía. Es muy cierto.

“Entonces, ¿por qué no simplemente te lo tomas con calma por un tiempo?”

Ella no sonaba para nada preocupada.

“No puedo permitírmelo. Por una parte, tienes que ir al bachillerato el próximo año.”

“Las escuelas públicas son baratas. De cualquier forma, quiero ir a una escuela pública. Y tienes un poco de dinero ahorrado, ¿no es así?”

Ciertamente tengo un poco, pero no quiero tocarlo. Iba a enviarla a la universidad con ese dinero.

“Y estás desempleado y todo, ¿verdad?”

Era extraño. Aquí estaba mi hija saliendo con toda esa insolente basura y yo ni siquiera perdí la paciencia. Antes, me habría levantado dando un salto, habría derribado la mesa y le habría dicho que se callara de una jodida vez, pero ahora, eso no estaba en mí. Solo le dejé servir un poco de curry y dije, “Gracias, cariño.” Ella me dio una enorme sonrisa. Apuesto a que lo que quería decir es, “Debiste de haberle dicho eso a mamá de vez en cuando.”

El juego en la televisión era el de los Gigantes contra las Carpas. Nishimoto estaba lanzando para los Gigantes y tenía una ventaja de tres carreras. Nací en Oji, así que soy un fanático de los Gigantes hasta el vello de mis bolas. A mi esposa le gustaban las Carpas y era una admiradora del lanzador Yamane debido a que él es de Okayama, en donde ella creció. Mi hija también es fanática de las Carpas, por el simple hecho de que muchos de los jugadores son atractivos. De cualquier forma, estaba ahí sentado comiendo mi curry y viendo el juego, con ella a mi lado animando a las Carpas, “¡Bueno ojo, Yoshihiko!” o “¡Kobayakawa, hora de un home-run!”—Me di cuenta de que yo estaba comenzando a esperar que las Carpas hicieran su avance y ganaran. Y eso me asustó muchísimo.

Al principio, pensé que me sentía de esa forma debido a los chicos bonitos de los Gigantes, Egawa y Hara, quienes construyeron aquellas grandes mansiones suyas. Mis amigos y yo solíamos hablar sobre cómo no podíamos soportar ver a aquellos presuntuosos que jugaban beisbol solo para pagar un préstamo hipotecario. Pero esto en realidad no era sobre aquello. No era sobre Egawa o Hara, era algo dentro de mí. Si haría felices a mi esposa e hija ver ganar a las Carpas, entonces eso también me haría feliz—eso es lo que ahora parecía estar en mi cabeza, y me asustó. Me hizo preguntar qué sería de mí a este paso. Comí tres porciones de curry, lo cual hizo feliz a mi hija, y mientras le sonreía también, comencé a sentir como si no supiera quién era yo mismo, y las lágrimas humedecieron mis ojos. Pero entonces recordé un viejo dicho sobre cómo nunca debes llorar con el estómago lleno, y contuve las lágrimas con todas mis fuerzas.

No es que estuviera siguiendo su consejo sobre tomármelo con calma, pero dejé de buscar trabajo. Eso no significa que comenzara a apostar o a ir de juerga ni nada por el estilo. Todo lo que hice fue, cada día ir a Shijuku Oeste, donde están los rascacielos, y caminar por el lugar. Veía las fuentes o entraba a las librerías o paseaba por el parque o perdía el tiempo en cafeterías. No quería que nadie me confundiera con un vagabundo, así que cada mañana me rasuraba, me peinaba, y me ponía camisas limpias que mi hija lavaba y planchaba, así como unos buenos zapatos, lo cual no necesariamente hacía incluso cuando trabajaba. Pero con buenos zapatos solo quiero decir los zapatos de piel comunes, de los que tenía tres pares que se encontraban prácticamente nuevos ya que por lo general usaba sandalias en el trabajo. Iba a la librería en el Edificio NS casi a diario y me quedaba leyendo sobre cosas como fisonomía, donde intentan darte consejos sobre tu vida de acuerdo a tus rasgos faciales. La mayoría de los consejos eran líneas como, “Si perseveras en tus esfuerzos, con seguridad tendrás éxito,” lo cual era una mierda, si me preguntas. Las personas que recurren a cosas como esta probablemente ya han perseverado y no han llegado a ninguna parte.

Con frecuencia veía a una mujer de mi edad en la librería, y un día, me sorprendí al acercarme y hablar con ella. Esto me hizo preguntar nuevamente qué me estaba pasando.

“Nos encontramos con mucha frecuencia por aquí, ¿no es así? ¿Te interesaría una taza de café en algún lugar?”

Casualmente salí con esta línea que, hace tan solo unos meses antes, no podría haber dicho ni en un millón de años. La mujer tenía un tipo de maquillaje pesado. Ella dijo que ese día estaba bastante ocupada, ¿podríamos ir otro día? Y dos días después estábamos juntos en la cafetería del Hotel Washington.

“Te gustan mucho los libros, ¿verdad?” dijo.

Estoy pensando, si alguien me hubiera preguntado eso hace unos meses, habría estallado en carcajadas, pero en lugar de reír simplemente dije, sí, me gustan.

“A mí también, más que nada, casi... hum ¿te importaría si te pregunto en qué trabajas?”

Le dije que estaba desempleado, pero que solía conducir camiones.

“¡No! Definitivamente no lo pareces.”

Conduje semi-camiones durante dieciséis años, si no lo parezco, ¿entonces qué parezco?

“Pensé que podrías ser un escritor o algo relacionado.”

Bueno, te diré, eso me desconcertó.

“Espero que no te moleste, pero imaginé que podrías ser un poeta que solo vive como le va la vida. O un periodista. Algo de ese tipo.”

Eso me desconcertó, pero no podría decir que su suposición lastimara mis sentimientos. De hecho, no pude evitar sonreír. Y no pude esperar a contárselo a mi hija.

“¿Un poeta?” dijo. “¿Que tan genial puedes ser? ¿Por qué no intentas realmente escribir algo?”

“Anda, largo de aquí,” le dije, pero lo cierto es que de camino a casa ya había comprado una copia de ‘Cómo escribir poesía’ en la librería. Resultó que después de todo no podía escribir poemas. Pero tenía otro tipo de talento que aún no conocía.

Dos o tres veces al mes, mi hija se iba a quedar en casa de su mamá. Allí es donde ella estaba el día en que me encontré por casualidad con la mujer de la librería, y mientras tomábamos un café decidimos cenar juntos. Ella me llevó a este tipo de ligar del tipo con velas, vino y ancas de rana en Roppongi. Ellos parecían conocerla ahí. Tuve todos estos platillos que nunca antes había probado, mientras pretendía que eran el tipo de cosas que comía cada día, y me emborraché. Entonces, la mujer me hizo una oferta.

Después resultó que ella no era una mujer. Pero de alguna forma eso no me molestó, lo cual incluso ahora me resulta sumamente extraño. No creo que fuese solo porque estaba ebrio. Quizás tuvo algo que ver con que no había tenido muchas mujeres en mi vida. De cualquier forma, el hecho es que esta elegante dama no tenía ningún tipo de curvatura en su pecho, y en cambio había un equipo entre sus piernas igual al mío, lo que me pareció perfectamente natural, y rodamos y nos enredamos en la cama.

“¿Te gustaría venir algún día a mi club?” la dama-hombre me preguntó cuando salíamos del hotel, “Creo que les encantarías ahí.”

Me pareció recordar a alguien más decir antes algo parecido.

Esto fue hace unos cuatro meses atrás.

Me sentí cada vez más confundido sobre mí mismo. Al principio, cuando la compañía se fue a la bancarrota, sentía una punzada si veía un semi-camión avanzando por la calle, pero eso ya no me sucedía. Seguí andando por Shinjuku Oeste. Me encontré con la “dama” algunas veces más, pero nunca volvimos a acostarnos. Me pregunté si eso era como una regla que tenían o algo así.

Un día compré un libro de poemas de Verlaine y estuve sentado leyéndolo en una banca en el Parque Chuo. Junto a mí, había parejas jóvenes, vagabundos, personas mayores que daban una caminata, madres y bebés, perros y palomas. También había algunos corredores, en el camino que bordea el parque. Un joven en pantalones cortos de sauna me miró mientras corría. Él me miró nuevamente en su segunda vuelta, y en la tercera otra vez. Entonces, finalmente se acercó, aún goteando en sudor, dijo, “¿Me recuerdas?” Era el acompañante del bar gay, Tomate-chan.

“Estaré condenado. No me digas que realmente fuiste a tomar boxeo.”

“Lo hice.”

“¿En el gimnasio que te conté?”

“Comencé con ellos, pero ahora entreno en un lugar diferente.”

“¿Así que no era muy bueno?”

“Itabashi me queda muy lejos. Vivo aquí en Shinjuku.”

“Oh.”

“De alguna forma te ves diferente. Claro, están las luces tenues del club... Además, ha pasado más de un año, ¿verdad?”

“Perdí mi trabajo.”

“Oh, lo lamento.”

“No, no tienes por qué. Solo escucha, Tomate-chan—lo siento— ¿cómo debo llamarte?”

“Tomate-chan está bien. Aún trabajo en el club.”

“Lo que iba a decir es, ¿realmente piensas eso, lo que has dicho? ¿Me veo diferente?”

“Bueno, quiero decir, en realidad no te conozco muy bien.”

“Verás, hace unas semanas yo, uh, me acosté con una dama que estaba muy maquillada, y—”

“¿Ella era un hombre?”

“Uh-huh.”

Él se rió campante, “¿Y? ¿Aún te incomoda?”

“No, no es eso, es... ¿cómo debería ponerlo...?”

“Oh. Así que estás bien con eso. ¿Lo tomaste por el culo?”

“No creo que hubo algo de eso, pero...”

“¿Frotar? ¿succión?”

Asentí, y Tomato-chan dijo, “Santo cielos, qué conversación para tener a mitad del día.” Se sentó en la banca junto a mí, “¿Y?”

“Bueno, eso es todo, pero entonces ella, él, dijo...”

“¿Qué?”

“Que yo podría ser un buen homosexual.”

“No me sorprende. Dije lo mismo, ¿no es así?”

“Sí, pero mira. Siempre he sido un tipo de hombre macho. Quiero decir, te lo dije, ¿verdad?, fui boxeador en la preparatoria. Por cierto, ¿cómo te va? ¿Has tenido algunas peleas, cierto?”

“Seis hasta ahora. Después de caer en peso pluma gané tres veces seguidas. Hasta entonces era a mí a quien le pateaban el trasero.”

“Luchando con las básculas, ¿eh? Debe ser difícil mantener tu peso en estos días, con toda la buena comida alrededor. Quiero decir, Tokio no es exactamente Etiopía, ¿verdad?”

“Es difícil en el club. Solo tomo agua y pretendo estar ebrio.”

“¿Está bien hacer eso?”

“Conozco desde hace años a muchos de los clientes. Por lo general no les molesta.”

“De cualquier forma... ¿qué estaba diciendo?”

“Que siempre habías sido un macho.”

“Cierto. Quiero decir, no era violento ni nada por el estilo, pero de vez en cuando me metía en peleas e incluso pasé un poco de tiempo en la cárcel, y, bueno, era un camionero, ¿no?”

“¿Eso que tiene que ver?”

“¿El qué?”

“Camionero, lo que sea. ¿Y qué?”

“¿Y qué?”

“Sí,” dijo.

Y eso de alguna forma me impactó: sí, ¿y eso qué tiene que ver?

“Pero, entonces, está bien, ¿qué es lo que hay en mí que me haría un buen tipo homosexual?”

“Tu rostro.”

Tengo que admitir que me hizo sonreír cuando dijo eso. Sin pensarlo, miré a mí alrededor para ver si había un espejo en algún lugar. Tomate-chan comenzó a decir cómo es que mi cara tiene forma oval y mis ojos son grandes y mis parpados no están abultados como los de muchas personas y que tengo una bonita nariz, muchas cosas así, y me pregunté cómo es que antes nadie me había dicho esto.

Fuimos a su departamento, y ahí fue donde por primera vez me puse maquillaje.

“Te verás mejor si depilamos tus cejas.”

“No puedo hacerlo, tengo una hija.”

Cuando terminamos, me miré al espejo y me quedé bastante sorprendido. Era realmente bonita.

Me convertí en un acompañante gay en el club de Tomate-chan. Guardé mis accesorios y vestidos en su departamento así como en mi casillero en el club, y le dije a mi hija que era un vigilante en un edificio de oficinas. El club abre a las siete pero no hay mucha concurrencia sino hasta después de las once, así que puedo cenar con ella antes de irme a trabajar. Vuelvo a casa a las tres o cuatro, me lavo con fuerza en la tina de baño para deshacerme del olor a maquillaje y todo lo demás, entonces me voy a la cama. Ella también está feliz con esta rutina—dice que ahora consigue estudiar más. Y yo tengo los sábados y domingos libres, así aún puedo pasar mucho tiempo con ella.

“Definitivamente estás muchos más feliz desde que comenzaste a trabajar de nuevo, papá.”

“¿Eso crees?”

No me sentí ni un poco culpable.

“Pero ser un vigilante nocturno—¿no da miedo?”

“¿Miedo?”

“Ya sabes, ladrones y tipos de esa calaña.”

“Estos días todo es hecho con electrónica. Todo lo que tenemos que hacer es observar las computadoras y las pantallas de vigilancia.”

“Qué futurista. ¿Así que no cargas un arma?”

“Lo sabes muy bien.”

“¿No te aburres?”

“Uno de los chicos con los que trabajo es muy interesante. Es un boxeador profesional.”

“¿Es joven?”

“Tiene dieciocho.”

“Preséntamelo,” dijo.

Así que un domingo la llevé a Shinjuku para que conociera a Tomate-chan. Fuimos juntos al cine y después cenamos en un restaurante chino. Tomate-chan hizo un buen trabajo al cubrir mi historia. Sentí que estaba comenzando a entender lo que es la felicidad. No se trata de consumir diez o veinte bebidas energéticas al día, recorrer la autopista durante horas continuas, entregar tu salario a tu esposa sin siquiera abrir el sobre, e intentar obligar a tu familia a que te respeten. La felicidad se basa en secretos y mentiras.

Una vez que descubrí mi lado gay, sentí que finalmente entendía lo que mi esposa había estado diciendo.

La mayoría de los clientes en el club son adinerados, y perfectos caballeros. Algunas veces incluso recibimos a celebridades. No intento hablar como una mujer, de la forma en que los jóvenes acompañantes lo hacen. Solo me pongo maquillaje y peluca y por lo general un vestido y tacones altos, y hablo con los clientes con mi voz normal. Cuando la riego, me disculpo, y todo es perdonado. Es un pequeño mundo gentil, lleno con personas que entienden que la arrogancia es solo para tontos.

“Ciertamente no pareces de cuarenta.”

“¿No?”

“Incluso tus manos siguen bonitas.”

“La adulación te llevará a todas partes.”

“Cuéntanos de nuevo sobre conducir camiones.”

Hablo sobre la vez en que recorrí toda la longitud de la Autopista Tohoku mientras tenía pisado el acelerador con una piedra, o la vez en que recogí a dos chicas filipinas que hacían autostop, o la vez en que me quedé sin gasolina en la Autopista Meishin durante una tormenta de nueve. Habiendo sido camionero durante dieciséis años, conseguí un montón de historias. Algunas veces las acompañantes de Ginza o incluso modelos y actrices vienen y me dicen cosas como, “Maldición, ¡eres más bonita que yo!”

Cada día depilo tres vellos de mis cejas. Están comenzando a tener una forma bonita.

Llovía la noche en que el hombre entró a nuestro club. Era el entrenador de un equipo de rugby de una universidad no muy famosa, y era como yo solía ser, un Señor Macho. Él comenzó a gritarle a Tomate-chan.

“Qué quiiieerees decir con que no? ¿Mi whisky no es lo suficientemente bueno?”

El gerente salió desde atrás del bar usando un hermoso kimono, como algo que una estrella de kabuki vestiría, y dijo, “Tendrá que disculpar a Tomate-chan, él es boxeador y está intentando perder peso,” pero el entrenador no estaba dispuesto.

“¿Desde cuándo boxean los maricas?”

Él tenía su camisa desabrochada, presumiendo una cadena de oro y el pecho peludo, la expresión en su rostro era desagradable, estúpida y viciosa. Estrelló el vaso de Tomate-chan, y a continuación le lanzó en la cara su propio whisky con agua. Quizás había tenido un día difícil o algo por el estilo, pero eso no era excusa para estar tan lleno de sí mismo, y yo no iba a ignorarlo. Si Tomate-chan hubiera querido, pudo haberlo derribado de un golpe en tan solo diez segundos. Pero Tomate-chan es humilde y respetuoso hacia todos. Este entrenador era simplemente lo opuesto: barbárico, dominante y violento, lo peor de lo peor. No podía perdonar a alguien así, alguien que tenía todo mal, alguien que intentaba convertir nuestro agradable gentil mundo en un campo de batalla.

Crucé la habitación con mis tacones altos y vestido de lunares, y bramé: “¡Largo de aquí, ahora!” De inmediato me arrepentí de rebajarme a su nivel, pero era demasiado tarde. Él dio un brinco con su cadena de oro rebotando contra su pecho, tomó su botella de Chivas Regal, y la rompió sobre mi cabeza. Naturalmente mi cabeza también se rompió.

Me llevaron al hospital en una ambulancia, y fue ahí que mi hija por primera vez me vio como un tipo gay. Ella llegó con mi esposa. Mi esposa lloró. Mi hija se rió.

Estuve ocho días en el hospital. Me hicieron un escaneo cerebral y no encontraron nada especialmente mal. Tenía miedo de que mi hija me abandonara, pero ella volvió a visitarme al quinto día.

“¡Estaba muy sorprendida!” dijo, poniendo por mí un ramo de arvejas en un jarrón de vidrio.

“Lamento habértelo ocultado.”

“Al principio pensé que quizás habías tenido una fiesta de disfraces en la compañía de seguridad.”

“¿Te estás quedando ahora con tu mamá?”

“No, me quedé allá los dos primeros días, pero—bueno, después de todo, tengo que ir a la escuela.”

“Puedes hacer lo que quieres, lo sabes.”

Tan pronto como lo dije, mis ojos se llenaron de lágrimas.

“¿Lo que quiera? ¿Qué significa eso?”

“Mudarte con tu mamá.”

“¿Por qué?”

No pude contenerme y comencé a llorar como un bebé. Ella sacó un pañuelo de Snoopy y secó mis mejillas.

“No me iré con mamá.”

“¿Por qué no?”

“Ella quiere, pero yo no iré.”

“¿Por qué?”

“¿Eres un homosexual, papá?”

Negué con mi cabeza, “Es solo un trabajo.”

“Pero, ¿eres un homosexual?”

“Si fuera un homosexual, ¿cómo pude haberte producido?”

“Después de que mamá se fue, de pronto te diste cuenta de ello. Algo así, ¿no?”

“Mira, te lo digo. No lo soy.”

“Está bien si lo eres. Pero moriría si mis amigos lo saben. Sigamos diciendo a todos que trabajas para una empresa de seguridad, ¿está bien?”

“Claro.”

Ella tenías unos sándwiches que hizo para mí. Los comimos juntos.

“Cuando salga de aquí, ¿quieres ir a ver un juego de béisbol?”

“¿Béisbol profesional?”

“Por supuesto.”

“Está bien.”

“No hemos ido en mucho tiempo, ¿verdad?”

“Invitemos a mamá también.”

“¿Tú crees que irá?”

“Apuesto a que irá si es un juego de las Carpas. Especialmente si Yamane es el lanzador.”

“¿Qué dijo tu mamá? Sobre mí.”

“Dijo que no te entendía en absoluto.”

“Oh, ¿Y tú?”

“¿Yo?”

“¿Tú me entiendes?”

“¿Estás bromeando?”

“Pero, ¿todo está bien contigo?”

“Sí, todo está bien. Eso creo.”

Los sándwiches estaban deliciosos.

El juego fue en el Estadio Jingu, las Golondrinas contra las Carpas. Después de todo, mi esposa no vino. Obana está lanzando para las Golondrinas. Takahashi Yoshihiko se abrió paso, y mi hija lo ovacionó y aplaudió.

“¿No es Yoshihiko de ensueño?” dijo. Él tomó una gran ventaja, y ella gritó, “¡Corre, Takahashi!” Entonces me miró a mí.

“¿Papá?”

“¿Qué?”

"¿Aparecerán más homosexuales en el futuro?"

“¿Cómo habría de saber algo así?”

Takahashi robó segunda base. Mi hija estaba emocionada. Saltó, gritó y aplaudió. Entonces se volvió a sentar y murmuró, como para sí.

“Es decir, si llegan a haber un montón de homosexuales, podría tener problemas en encontrar esposo.”

*

Traducción al español: Siboney69



Sobre el autor: Ryū Murakami (村上龍) es un escritor y director de cine japonés nacido en Sasebo (Nagasaki) el 19 de febrero de 1952. Su nombre verdadero es Murakami Ryunosuke (村上龍之介?). [...] Sus novelas suelen caracterizarse por la crudeza en las descripciones y la violencia de las situaciones narradas. El hecho de haber vivido cerca de una base militar estadounidense en su Sasebo natal le permitió conocer en profundidad la cultura e idiosincrasia norteamericana. Sus obras más conocidas son Azul casi transparente, Sopa de Miso y Piercing. [Fuente: Wikipedia]

Notas extra:
- Kramer vs. Kramer (1979): (también conocida como Kramer contra Kramer) es una película estadounidense de 1979 dirigida por Robert Benton. Fue protagonizada por Dustin Hoffman, Meryl Streep, Jane Alexander y Justin Henry. [...] Ted Kramer es un joven padre y esposo que adora a su familia, pero también su trabajo ya que es allí donde pasa la mayor parte del tiempo. Una tarde, al volver de trabajar, su mujer Joanna se enfrenta con él y le abandona para que cuide del hijo de ambos, de seis años. Ted deberá aprender a ser padre procurando al mismo tiempo no descuidar su carrera profesional. Pero cuando ya se ha adaptado a su nueva vida y comienza a sentirse realizado como padre, Joanna vuelve. Y quiere recuperar a su hijo. [Fuente: Wikipedia]

- Paul Marie Verlaine (1844-1896): conocido como Paul Verlaine, fue un poeta francés, perteneciente al movimiento simbolista. [Más información: Wikipedia]

★ (Gigantes) = Yomiuri Giants (en japonés 読売ジャイアンツ Yomiuri Jaiantsu) es un equipo de béisbol profesional japonés con sede en la ciudad de Tokio. Fue el primer equipo profesional en Japón al fundarse en 1934, juega en la Liga Japonesa de Béisbol Profesional encuadrado en la Liga Central y disputa sus partidos como local en el Tokyo Dome. [Fuente: Wikipedia]

★ (Carpas) = Hiroshima Toyo Carp (en japonés 広島東洋カープ, Hiroshima Tōyō Kāpu) es un equipo profesional de béisbol con sede en la ciudad de Hiroshima, Japón. Fue fundado en 1949 como Hiroshima Carp, juega en la Liga Japonesa de Béisbol Profesional encuadrado en la Liga Central y disputa sus partidos como local en el New Hiroshima Ballpark. [Fuente: Wikipedia]

★ (Golondrinas) = Tokyo Yakult Swallows (en japonés 東京ヤクルトスワローズ, Tōkyō Yakuruto Suwarōzu) es un equipo profesional de béisbol con sede en la ciudad de Tokio, Japón. Fue fundado en 1950 como Kokutetsu Swallows, juega en la Liga Japonesa de Béisbol Profesional encuadrado en la Liga Central y disputa sus partidos como local en el Estadio Meiji Jingu. [Fuente: Wikipedia]

+ Takahashi Yoshihiko (高橋 慶彦, 1957 - ): es un ex-beisbolista profesional japonés de campo corto en la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB). Jugó para las Hiroshima Toyo Carp de 1976 a 1989, para Lotte Orions en 1990 y en Hanshin Tigers de 1991 a 1992. Recibió la distinción de Jugador más Valorado en la Liga Japonesa (MVP) en 1979. “El récord absoluto de la NPB es de 33 y fue establecido en 1979 por Yoshihiko.” [Fuente: Wikipedia]

Comentario personal: Primero y muy importante... las imágenes que usé para ejemplificar a nuestro protagonista son del actor Yuu Shirota con su personificación para el J-drama “Bye Bye Blackbird”. Quizás el mayor problema es la diferencia de edad, pues Yuu aquí tiene 32 años, mientras que el "Papá" de la historia ya tiene 40 (además de tener una apariencia más descuidada)... pero no se me ocurrió algún otro actor/personaje y soy mala encontrando pics. Por ello diré, tendrán que hacer un graaaan esfuerzo de imaginación...
... ¡Oh! Recuerdo que Yuu habla español, ¿no vendrá por aquí, verdad? ¿no se enojará por usar su foto, verdad? ¿no me demandará, verdad? ¿no tendré que huir, verdad? ¡omg! o.o... jajajaja. Exagero, ya lo sé.

En segundo lugar, hablemos de la historia.
En los últimos meses he estado interesada en este autor, Ryu Murakami, leyendo sus libros y viendo las adaptaciones de los mismos. Aunque aún no termino de leer su bibliografía (disponible en español e inglés) lo poco que he tenido ha sido suficiente para ser su fiel lectora.
Y así terminé leyendo esta colección de historias, en la que al llegar a la que les presento en esta entrada, me dije “¡tengo que traducirla! ¡teno que compartirla!”.
Me gustó... me gustó la actitud de la hija hacia su padre y me gustó el cambio del padre, de pasar de un macho-super-macho a alguien más sensible. Me agradó que reflexione sobre su vida y muchas veces reí, o sentí ternura por él.
No he leído muchas historias sobre o con personajes travestís en la literatura japonesa (solo en mangas yaoi), y supongo que eso le añade más aprecio a esta historia.

Cambiando de tema, actualmente estoy trabajando en una historia coreana cuyo personaje femenino lucha con las dificultades de la vida y su atracción hacia otra mujer. Aún no tengo fecha de publicación (probablemente la terminaré dentro de un mes porque necesito darle prioridad a Zhu Yilong....), pero espero estén al pendiente....

Sin más que agregar... Gracias por sus visitas y comentarios.
Hasta pronto. ^^!

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Editado: Pensaba publicar la historia hasta la próxima semana (24 de febrero) pero al final decidí adelantarla ♥.

1 comentario:

  1. Hola Siboney. Me gustan los cambios que hiciste. Permiten leer mejor. Y las historias que publicas son geniales, de una hermosa sensibilidad, lo que dice mucho de ti. Gracias por tu trabajo que me alegra la vida y me ayuda a seguir soñando.

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