lunes, 8 de agosto de 2022

[Demonio a la venta] Capítulo 4

177 se sujeta a un costado de la bañera y casi colapsa ahí. Cuando sacas la tercera tapa, ni siquiera se puede arrodillar.

Mientras sacas la última tapa, las garras del demonio se clavan en la pared de cerámica de la bañera, provocando un sonido estridente. Tu esperanza es que no deje rasguños ahí, pero al mismo tiempo sientes que si su única respuesta es rasgar la bañera entonces es bastante preocupante. De entre todo aquello que has limpiado, esto ha reaccionado mejor que el 70% de los perros callejeros, que el 80% que los niños callejeros y que el 90% de los gatos callejeros. 177 no grita de una forma que haga que tus oídos palpiten en dolor, no tira agua por todas partes, y tampoco lucha o muerde indiscriminadamente. Si quiere dejar unos cuantos rasguños en la bañera, que así sea.

Envuelves las tapas de botella en una toalla de papel y la tira a la basura para evitar que rasguñen al recolector de basura. 177, por ahora, no tiene la fuerza para causar un alboroto. Tomas los grilletes y los lavas en el lavamanos. Los lavas hasta que quedan brillantes, también te lavas las manos, enjabonándolas dos veces, y limpias la sangre bajo tus uñas. Después de hacer esto, te limpias las manos en una toalla y le dices a 177 que espere un momento. Un minuto después vuelves al baño, usas guantes de goma y sostienes una botella de agua del tamaño de tu palma. 177 sigue en su lugar, en una esquina hecho una bola, lo cual significa que se ha arrodillado nuevamente, sujetándose a la bañera y ya no más tendido en la superficie. Cuando entras levanta la mirada para verte, sin mostrar expresión alguna.

Estás un poco sorprendido porque la botella de agua en tus manos es del color estándar más común. Cualquier demonio soldado que la vea debe saber lo que pasará a continuación (aunque no necesariamente estará al tanto de los detalles), no sabes por qué esta cosa es tan falto de reacción.

Por supuesto, eso no quiere decir que su comportamiento sea algo malo.

Pones la botella de agua sobre el lavabo y vuelves a colocarle a 177 los grilletes que le habías quitado. En una esquina del baño, despliegas una cama plegable y la fijas contra un pilar de cemento. El demonio ha acaparado poco el baño pero tu residencia no es muy grande, solo el baño está cubierto con baldosas que son fáciles de lavar. Sacas un rollo de láminas de plástico y lo extiendes sobre la cama plegable, cuidadosamente extendiendo dos capaz en total. Miras la cama plegable y al demonio en la bañera, no estás seguro de si esta cama podrá soportar su peso.

Se trata de una cama para acampar, la compraste en el supermercado. En los últimos años, más y más suministros militares están disponibles en los supermercados. El marco de metal en cruz está atado con lona, una persona común puede dormir en ella y un gato puede ser atado ahí. A decir verdad, la compraste para atar gatos. Los esterilizas en el baño, tendidos sobre la cama para acampar. El refugio de animales no está dispuesto a pagar, y tampoco se encuentran en una situación sencilla. Estos días las personas quieren gastar cada vez menos y menos dinero. Algunas personas piensan que gastar dinero simplemente para cuidar de perros y gatos es una locura. Lo cierto es que no sabes por qué los perros y gatos siguen en contención, pero dado que todavía siguen ahí, habrá una razón para su existencia.

Entonas las escrituras, esta vez tienen que ser pronunciadas en voz alta, no estás muy familiarizado con este tipo de mantra. El cuerpo de 177 se desliza resbalando del borde de la bañera; mueve los dedos, intenta sujetarse a algo pero no es capaz de aferrarse a nada. Sus músculos se relajan, como si fuera anestesiado, sus movimientos son minúsculos. Lo arrastras hasta la cama plegable y parpadea, finalmente muestra algo de vigilancia.

«Fue un error recitar primero el mantra. Debí dejar que se acostara primero en la cama», piensas mientras te limpias el sudor. Gastaste 177 monedas de plata. Pesa 177 libras y es muy pesado y difícil de cargar.

Para evitar contratiempos, aseguras a 177. Las manos son esposadas al pilar de cemento y las piernas flexionadas y separadas, atadas cada una a un lado de la cama. La parte inferior del cuerpo está completamente expuesta hacia ti, es como una mujer embarazada esperando a parir. Desenroscas la tapa de la botella de agua y usas una jeringa grande sin la aguja para extraer el liquido del interior, insertas la jeringa en el ano de 177 y presionas el descanso para el pulgar.

Después de medio segundo, 177 lucha.

Los grilletes castañean y las garras arañan la cama, cortando a través de las láminas de plástico. Otro medio segundo más y 177 comienza a gritar, su voz le raspa la garganta, es áspero y pesado, resuena con su pecho como un aullido de un lobo. Tienes una buena velocidad de respuesta y le metes una toalla en la boca para prevenir que se muerda la lengua. Has cometido un error, no eres lo suficientemente hábil en oraciones restrictivas. El agua bendita es forzada a entrar en el cuerpo de 177 con ayuda de una larga jeringa. Al principio es simple, pero después se vuelve un poco difícil. Después de parar por un momento, sangre corre de vuelta y la barrera transparente de pronto es teñida en rojo.

No tienes intenciones de torturarlo, el agua bendita es el mejor desinfectante, puede limpiar toda suciedad. La has usado para limpiar las heridas de muchas personas, y ahora simplemente estás haciendo lo mismo. El agua bendita trata a todos por igual, purifica toda suciedad. Es solo que el demonio en sí mismo es la fuente de la suciedad, y el objeto siendo limpiado es, desafortunadamente, cien veces más sucio que las personas que causaron las heridas e insertaron los objetos extraños en este cuerpo.

177 es un demonio de sangre mixta, sobrevivirá.

Actualmente, incluso con la toalla como obstáculo, sigues escuchando los familiares gritos. El agua bendita está funcionando, reacciona con las células de 177. Has vertido agua bendita estándar en los rostros de otros demonios de sangre mixta. La piel del demonio soldado arde y desprende humo; grita y el agua bendita entra en la boca abierta. Sabes cómo se ve: las células crepitan y se derriten, espuma sanguinolenta es diluida por el agua bendita y se convierte en una espuma rosada, como si fuese algún tipo de desperdicio industrial.

No sacas la jeringa, incluso si un tubo completo de agua bendita ha sido introducido, usas la jeringa para bloquear y permitir que el agua bendita permanezca más adentro, debe de estar ahí antes de expirar.

Los gritos de 177 rápidamente se vuelven afónicos, desde el inicio, la voz la tenía un poco ronca como si antes hubiera sido usada en exceso. Los ojos son rojos, y sus dientes caninos están afilados. Te dirige una mirada asesina y definitivamente te morderá el cuello si tiene la oportunidad, de eso no tienes ninguna duda.

Entonas la segunda oración restrictiva y el cuerpo del demonio cuelga, los músculos siguen tan duros como una piedra pero no te causará ningún problema. Con tu mano libre sacas una lámina de plástico y la extiendes bajo la capa desgarrada. La sangre del demonio escapa por los bordes de la jeringa, es como una herida imparable, incluso si la jeringa es empujada al interior, la sangre no se detiene.

En silencio cuentas hasta el sesenta antes de sacar la jeringa, con ella sale un gran chorro de sangre, es más que el agua bendita que inyectaste. Ves burbujas de un ligero color a sangre así como otras de un color más oscuro, ambas se deslizan a lo largo de la lámina de plástico y caen en las baldosas, fluyendo hacia el drenaje. Esa cosa aún se ve sucia y no sabes si una ronda de limpieza será suficiente.

Cuando vuelves con una segunda botella, 177 comienza a temblar.

Lucha por retroceder, mirando fijamente la jeringa en tu mano, su manzana sube y baja constantemente. Intenta arrastrarse hacia atrás pero está tan bien inmovilizado que apenas y se mueve; este demonio no debería ser capaz de moverse, le has puesto dos oraciones restrictivas. No puedes evitar sospechar que esto no es tu culpa, al menos no es solo la culpa de tu falta de aptitud. Esta oración restrictiva solo funciona en la sangre del demonio, y los progenitores de 177 podrían haber sido dos demonios de sangre mixta. En el ejercito del infierno, donde el pedigrí es importante, ser capaz de sobrevivir hasta ahora puede verse como un tipo de logro.

Lo vuelves a contener.

Insertas la jeringa entre las piernas inquietas, y con el líquido resbaladizo, la larga jeringa rápidamente se desliza al interior. 177 da un hondo respiro y hace un sonido gutural de ser estrangulado. Cuando empujas el pistón, abre la boca.

177 abre mucho la boca, la toalla cae, y solo puedes ver la lengua temblar, pero no produce sonido alguno. Las pupilas del demonio se dilatan, parece solidificado y no se mueve por un largo tiempo. Parece no poder gritar, parece doler tanto que no sabe qué hacer. Tú sabes que cuando el dolor alcanza cierto nivel, puede confundir a las personas (o a los no humanos).

—Ah.

Grita finalmente, y es inesperadamente suave. La voz es ronca y arenosa, sin humedad, pareciese haber sido arrastrado por un suelo de grava después de estar colgando de un caballo; roto en muchas piezas. Tose como si se estuviera ahogando con su propia saliva y su cara está distorsionada por el impacto de la tos. 177 mira fijamente tu mano, observa la jeringa exprimir poco a poco el agua bendita. La cabeza se sacude hacia atrás, y la nuca se presiona contra el pilar que tiene detrás. Sudor se desliza por las cejas y resbala por los parpados; está temblando por completo, toda la cama se sacude.

Esto no es necesariamente causado por el miedo, puede ser simplemente una reacción psicológica incontrolable. La sangre abandona la capa superficial de la piel y los músculos comienzan a contraerse y a temblar en un intento de prevenir la pérdida de sangre y de temperatura. Tocas el tobillo, se siente frío.

177 jadea pesadamente, la respiración se ajusta de pronto, como si sollozara. Miras el rostro y no llora, solo está sudando.

¿Puede un demonio llorar? No lo sabes.

Después de este enjuague, cambias a agua limpia. Quitas el cabezal de la ducha y usas la manguera para eliminar los residuos de agua bendita. Limpias el baño, desechas las láminas de plástico, guardas la cama plegable y los guantes de goma, y sin dificultad trapeas los rastros de humedad. Al terminar, vuelves al baño y encuentras a 177 dormido en la bañera.

Esto no te sorprende. Las criaturas que has recogido siempre están muy enérgicas cuando toman un baño, mientras que al terminar quedan sumamente cansadas. Duerme atontado en el fondo de la bañera, con la espalda contra la pared de la bañera, abrazándose las rodillas, acurrucado como un feto. Con que el demonio duerme con esta postura. No quieres despertarlo, pero tienes que revisar la herida antes de irte a acostar

Suavemente apartas las extremidades, tus movimientos son lo suficientemente ligeros y sin embargo, despierta en el momento en que lo tocas. 177 da un salto y te ataca con fiereza, aunque la cadena de plata sele hunde en los brazos, casi se rompe los huesos. El sonido de los grilletes chasquear se extiende en el aire lo suficiente como para mostrar que este era un golpe fuerte, y que tu decisión de retroceder ha sido la correcta, o de lo contrario, en tu mejilla ahora tendrías un moretón.

Tocas la comisura de tu boca y con tus dedos limpias la sangre.

De pronto hueles pólvora, escuchas explosiones, rugidos y gritos, innumerables imágenes en rojo y negro pasan rápidamente por tu mente. ¿Cuándo fue la última vez que apareció un demonio capaz de hacerte daño? ¿Hace ocho años? ¿Nueve? Sigues entrenando y tus habilidades no han decaído, quizás esto se ha debido a que te has vuelto más relajado mentalmente.

Permites que los animales callejeros te rasguñen y muerdan, permites que los niños callejeros lloren, den puñetazos y patadas, porque sus ataques no son fatales y tú eres el clérigo. Puedes limpiar y curar aquellas pequeñas heridas. Ser rasguñado, mordido y pateado por ellos les ayuda a estabilizar su espíritu, y con ello te evitas más problemas. Este no es el campo de batalla, ellos no quieren matarte, solo están demasiado asustados.

Después de cinco años, el hábito se ha vuelto casi natural, y casi te olvidas de evitarlo.

No obstante, sigues admirando a 177, la velocidad de reacción y ángulo de ataque que posee es indiscutible, incluso en el campo de batalla sería clasificado como un profesional de primer nivel, sin mencionar que sigue encadenado, lleno de lesiones y extremadamente exhausto. Cinco años atrás, dabas prioridad al manejo de tales enemigos incluso si tenías que pagar un precio. Por un momento, tus pensamientos vagan hacia los recuerdos del pasado hasta que finalmente vuelven al presente.

Cuando te encontrabas perdido en tus pensamientos, veías fijamente la sangre en tus dedos. Pero en cuanto levantas la cabeza para mirar hacia 177, el demonio tiembla por tu mirada... rápidamente intenta ocultarlo, pero te das cuenta. 177 te mira de hito en hito, con la barbilla tensa y la cabeza en alto. El pecho sube y baja a una ritmo alto, casi puedes ver el corazón del demonio latir frenéticamente en ese pecho.

—No tengas miedo —dices—. No importa.

177 te mira como si fueras un asesino pervertido.

Más tarde te das cuenta de que posiblemente no debiste decirle eso a un demonio. Es solo que estás acostumbrado a decírselo a todas las criaturas en esta situación.

“No tengas miedo, está bien”, dices, sujetando las manos del soldado moribundo. “No tengas miedo, está bien”, dices, abrazando a una niña cubierta de los pies a la cabeza por moretones y ayudándole a bajar de la azotea. Esta no es ni una promesa ni una plegaria valida. No es más que una simple frase de palabras vacías tan ligeras como una pluma, no sabes cómo pero parece ser de utilidad para la mayoría de la gente. Les permite encontrar tranquilidad en medio del nerviosismo, tal vez se deba a que tu rostro y túnica parecen lo suficientemente convincentes. Como resultado, has comenzado a decir esto a perros salvajes cuyas cabezas han sido aporreadas por niños, a gatos salvajes que han sido roseados con ácido. Siempre dices esto cuando percibes el miedo.

La comida tiene un efecto similar, algunas veces funciona incluso mejor. En casa siempre tienes listo un trozo de carne sin salar y pescado, caramelos, chocolates, leche, ciruelas secas agridulces, comida enlatada para gatos y croquetas para perros, pero desafortunadamente, no tiene comida enlatada para demonio.

Hoy, más y más personas crían pequeños demonios lindos o graciosos, así como súcubos con cero poder de lucha pero con buena apariencia. El alimento para demonio también se encuentra en el supermercado de forma legal. “Tiene el olor fresco de la carne humana, ¡es casi auténtico! Tu lindo demonio es tan manso como un conejo y tan elegante como una dama!” dice la presentación de la comida enlatada.

Esto es lo que ha pasado en los últimos años, los conservadores están muy enfadados y sienten que se trata de una blasfemia impactante. A los hedonistas no les importa, “Solo son restos procesados. Carne de demonio, ratón descompuesto que no se puede comer, y cosas así”. Algunas personas se ríen y dicen, “Sin mencionar que hay tantos cadáveres, incluso si realmente son usados como alimento, ¿y qué? ¡Dios está muerto!”

Nadie sabe si Dios o el Cielo existen, pero los demonios y el Infierno, los humanos y los sacerdotes, todos estos sí existen. Los conservadores se han quejado contigo sobre la revuelta de las latas. Tú asientes, dices palabras ambiguas, y ellos eligen lo que quieren escuchar. Todos se van con satisfacción.

Has pasado mucho tiempo en el baño, y a esta hora todas las tiendas están cerradas, solo puedes esperar hasta mañana para comprarla.

—¿Comes? —preguntas al extender tu mano hacia 177.

El demonio ve la sangre en las yemas de tus dedos y luego te mira a ti, frunce el ceño y permanece inmóvil.

Se confrontan el uno al otro por un tiempo, te mira a los ojos como un granjero que de pronto se encuentra en su rebaño con una oveja morada; pero al menos ya no está tan nervioso como hasta hace un momento. Retraes tu mano y le haces una seña a 177 para que extienda el brazo. Se congela por un momento pero lentamente lo hace.

Mueves la cadena de plata que ha estado abriendo una herida y con un vendaje envuelves la lesión. Apartas las piernas de 177 para revisar, ya no sangra mucho, lo cual es bueno. Te levantas y revisas todos los detalles para asegurarte de que 177 no se lastimará, no provocará daños y no escapará. Después de asegurarte de que no falta nada, asientes y sales del baño.

*

Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: PastTimer [Wattpad]

Comentario personal: Continuamos con el tratamiento a 177.
Y ahora, ¿cómo será la interacción entre ambos?~~

Por cierto, me surgió una duda… si (como se ha mencionado anteriormente) la sangre de demonio es muy “ligera” en 177 y el sacerdote no tiene la intención de torturarlo… ¿por qué no intentar con algún tipo de anestésico para humanos/animales? Al ser categorizado como demonio, ¿no valía la pena intentarlo? ¿O será que la sangre de demonio elimina toda posibilidad?...

Y lo de la “comida enlatada para demonio” o “demonio enlatado” (aún no sé cual es la traducción correcta) me recordó una novela que leí hace tiempo, ¿la conocerán?... Se llama “Cadáver exquisito” de Agustina Bazterrica. Trata de un mundo donde ya no se consumen animales por cuestiones de salud (algo así como un virus que contrajeron los animales), y a falta de carne animal se pasa a carne humana… el matadero es algo descriptivo (pero eso no quita que lo que más me dolió fue una escena de violencia contra un perrito indefenso T_T *lloro al recordar*).

Pasando a otras cosas, les cuento lo siguiente:
1) Hasta el momento me han surgido varias dudas y he consultado el texto original. Creo que el traductor en inglés hizo un buen trabajo editando el texto (recuerden que es mtl), pero si he detectado varias ocasiones donde el significado incluido no fue el correcto. Así que bueno, tengan en cuenta que podrá haber algún que otro error de traducción chino => inglés => (y por ende) español. Ok? (lamento no poder corroborar todo el texto, eso sería too much!)

2) Como me llamó la atención esto de las novelas interactivas, me puse a ver si intentaba leer alguna de las enlistadas en goodreads, ¿y saben qué? Elegí una MM. Se llama “Iudicium” de T.C. Orton. Pasó que no leí la sinopsis, la escogí por ser mm y porque los comentarios decían que está muy buena. Y ahí voy sin saber nada. ¿Qué sucedió?...

Comenzamos con el prólogo donde te presenta tu personaje y el ambiente/situación en la que te encuentras (y desde ahí ya no me gustó). Después la novela se divide en 6 capítulos con varias partes o situaciones dentro de cada capítulo. Tu selección en la trama no es tan libre, a veces hay ramas “condicionadas” como por ejemplo, si elegiste 2b, no puedes elegir 3c, o de 3f pasas directamente a 3g, cosas así… en fin, el caso es que hay 6 finales. En sí el texto (total) no es muy largo, son menos de 200 páginas (en digital).

Pues bien, la trama es… Fayt (el prota) va en un barco (preso) hacia una isla-cárcel, no tengo idea de cuál es su crimen pero al llegar se menciona algo de elfos de luz y elfos oscuros, orcos, y un regidor(??) (el que manda) que es del tipo cruel y engreído (y que seguramente tendrá un papel importante en la historia), también por lo visto hay un guardia empático (que pronostico posible interés amoroso xD). El prota es un elfo mixto que tiene el poder de “sentir las intenciones” de las personas a su alrededor y por su apariencia “femenina” ya se ve el peligro de estar entre los demás reos…

Tenía ilusión de leer una historia interactiva por la experiencia, pero el tema de cárcel + criaturas fantásticas(?) + y algo de la forma en la escritura, me han dejado un poco indiferente. He decidido dejar la historia a un lado para un momento en que vuelva el entusiasmo. Por otra parte, si encuentro otro título mejor, se los comentaré.

Hasta aquí el comentario que nadie pidió.

Por sus visitas, gracias y hasta el siguiente capítulo~

1 comentario:

  1. Me intriga esta situación del clérigo, o sea, cuál es su función cómo sacerdote más allá de hacer beneficencia... Porque no dicen nada de Dios, además de aue quizá no existe. Está raro. Me perturba.

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