*Imagen al azar*
Título: ひーちゃんとはーちゃんの話 / La historia de Hee y Haw (Edición de Invierno del 2013)Autor: 三秋缒 Sugaru Miaki (fafoo)
Idioma original: Japonés
Género: Drama, Recuentos de la vida
Tags: Época actual, Suicidio
Formato: Historia corta
Publicado: 2012 [La versión publicada aquí es la reeditada en el 2013]
* * *
Hee mató a tres personas cuando estaba en secundaria. Su papá, su mamá y su hermano. No era necesario incendiar su casa si solo quería cometer suicidio, pero él lo hizo. Quizás estaba asustado de morir solo. Incluso Hee no estaba seguro de cuál era la verdad.
Irónicamente, Hee fue el único que fue salvado del fuego. Solo tenía unas ligeras quemaduras. Los otros tres habían sido carbonizados. Después de todo, las peores personas sobreviven por más tiempo. Ahora qué he hecho, pensó Hee. Ellos eran buenas personas y yo les prendí fuego. Nadie lo consideró siquiera como el iniciador del incendio. Y por esto, Hee simplemente fue un niño lamentable para los demás.
Hee, habiendo perdido su familia y hogar, fue a vivir a la casa de unos familiares. Ellos, al igual que aquellos que habían sido la familia de Hee, eran buenas personas. Lo trataron como uno de los suyos, también le brindaron un ambiente cómodo sin ser demasiado intrusivos.
En particular, la cuñada de Hee era muy amorosa con él. Algunas veces le acariciaba en silencio por alrededor de veinte minutos. Ella era bastante bonita, pero tenía el mal hábito de que algunas veces se sentía como si quisiera morir. Quizás ella encontró lindo a Hee debido a que era de esta forma.
Pero en cualquier maravilloso lugar que fuese puesto, siempre, Hee no disfrutó vivir. Él odiaba ver personas que se sentían vivas, y tampoco le importaba mucho los muertos, “No soy adecuado para los humanos,” Hee se lamentó. Sin embargo, vivir se volvió un poco más fácil una vez que se dio cuenta, “Si continuo así, simplemente puedo intentar suicidarme de nuevo.” Sorprendentemente.
La casa de sus familiares se encontraba en las afueras del campo, y una vez en la preparatoria, Hee tomó el tren para ir y venir a la escuela en un viaje de dos horas cada día. Los días de verano eran muy brillantes para mantener los ojos abiertos, y los días de invierno con la nieve era imposible de ver; sin expresión alguna, Hee asistía y regresaba de la escuela. Fue una preparatoria lo que lo mantuvo ocupado con la tarea, pero quizás eligió dicha escuela a propósito. Él no quería darse demasiado tiempo para pensar en nada innecesario.
Con el paso de los días ocupados, Hee pronto se convirtió en una persona normal. Hasta el punto en que se preguntó por qué había contemplado el suicidio.
Seguramente, debí de estar loco en la secundaria. Si hubiera estado cuerdo, papá, mamá y mi hermano no habrían tenido que morir. He hecho algo malo.
Él quería expiar su crimen. Pero no había nada que enmendar. Por lo tanto, Hee no consideró auto-reflexionar sobre su conducta. Él no pensó que la ‘expiación’ fuese algo realmente posible.
Todo lo que podía hacer era no volver a hacerlo. Eso era todo.
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Hee el asesino fue a la universidad con una beca y comenzó a vivir solo. Era una famosa universidad en la zona. Sorprendentemente Hee no era tonto.
Felicidades, Hee.
Todo parecía estar yendo sin problemas. Sin embargo, por mucho que se reformara, un criminal es un criminal. No pueden simplemente avanzar así de fácil.
Comenzó alrededor de finales de primavera, Hee sufrió de insomnio. Pero esto no era porque sus vecinos fueran ruidosos, o debido a la nostalgia por su hogar, o cualquier problema relacionado que le impidiera dormir.
La causa era algo más.
Su hermano no le dejaba dormir.
De hecho, Hee había causado un daño a su hermano, así que era razonable. El hermano de Hee había muerto, por ello, en todo caso, él no sería capaz de recuperarse de eso.
Hee intentaba quedarse dormido. Sentía algo y de pronto abría los ojos.
Miraba hacia una abertura entre las cortinas o hacia la alacena o a la pared.
Su hermano lo estaría mirando.
Simplemente en la forma en que se veía cuando murió.
No se sentía muy bien, eso era seguro. Una persona común probablemente se habría desmayado. Para ser honesto, incluso el viejo Hee quedó atónito. Tanto que había gritado la primera vez.
Su hermano no le hacía nada directamente. Él simplemente lo miraba fijamente. Pero gracias a esto, Hee fue asaltado por el insomnio, y desde el verano al otoño, lentamente se debilitó.
Un día, Hee se dio cuenta de que en las clases era el único momento en que podía dormir a salvo.
Más tarde, aprendió que podía dormir a salvo en la biblioteca o en un sofá en recepción.
Por lo tanto, Hee adivinó las reglas.
Cuando dormía en público, su hermano no aparecía.
Desde entonces, Hee iba a lugares como la cafetería o salones de clases en donde las personas se reunían. En una rara ocasión su hermano apareció en la biblioteca, así que se dio cuenta de que era necesario que “alguien más estuviera consciente de mi.” Podría tener una multitud de gente a su alrededor, pero si ninguno era consciente de que Hee estaba ahí, entonces parecía no significar nada.
El inteligente Hee pronto pensó, “Bueno, puedo simplemente hacer que alguien me acompañe y así podré dormir.” Pero el problema era que, Hee no tenía amigos. Quizás las personas era cautas porque podían sentir su crimen, o tal vez simplemente él era malo en congeniar con las personas. Cualquiera que fuese el caso, Hee no tenía amigos.
Con ninguna mejor opción, cuando no tenía más remedio que dormir en la noche, él iba a un lugar cercano de comida rápida. Con frecuencia era despertado por un empleado cuando se dormía ahí, pero eso era preferible a ser despertado por su hermano. Por supuesto, no podía conseguir una decente cantidad de sueño en tal lugar, por lo que Hee siempre estaba somnoliento. Por supuesto que lo estaría.
Había algo más aparte de su somnolencia. Tenía esa sensación como si estuviera despertando lentamente. Comenzó a sentirse inseguro sobre si su cuerpo en realidad estaba ahí.
Quizás Hee tenía muy poco tiempo de vida. Estaba consciente de sí mismo. Su hermano parecía intentar arrastrarlo lentamente consigo.
Esto no era irrazonable, Hee lo aceptó. Él estaba en lo correcto en mantener un rencor.
De hecho, le parecía inusual que su papá y mamá nunca aparecieran o interfirieran con su vida de la misma forma. Los padres necesitan ser de mente abierta, pensó Hee solemnemente.
Ciertamente estaba atado al mundo. Él incluso sintió un poco de apego a su propia vida, después de todo el trabajo que había puesto en ella. Sin embargo, por otra parte, no quería sobrevivir el tiempo suficiente como para construir una tolerancia hacia su hermano. Dicho eso, no tenía un deseo activo de morir.
Hee decidió dejar que las cosas continuaran su curso.
Pronto, sus ojos y oídos fueron empeorando. Nada le sabía bien. No podía pensar en nada inteligente. Siempre sintió una pesada sensación de cansancio y una ligera nausea. Simplemente pensaba en querer dormir. Cada vez que bajaba su guardia y caía dormido en casa, su hermano siempre lo visitaba, agitando ese “algo” dentro de Hee.
Quizás, “cuando llegue el momento”, pensó Hee.
La próxima vez, me aseguraré de prenderme en fuego yo mismo.
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Un día, Hee se sentó al fondo en una cafetería, durmiendo mientras pretendía leer un libro. “Blue in Green” de Miles Davis sonaba en el lúgubre interior de la tienda. Fuera de la ventana la nieve caía con grandes copos, amontonados lo suficiente como para que los transeúntes dejaran pisadas visibles.
Él notó que el teléfono en su bolsillo había estado vibrando por quién sabe cuánto tiempo. Oh, es verdad, mi teléfono tiene una función de vibración, Hee por fin lo recordó. Nadie realmente se había comunicado antes con él.
Cuando abrió el teléfono, se encontró con cinco llamadas perdidas. Para Hee, esto era suficiente para un año. Pero qué ocasión, sintió, miró a través del historial de llamadas y encontró que estas eran de una persona cuyo nombre le resultaba desconocido.
Quería dormir de nuevo, pero ya habían pasado tres horas desde que entro a la tienda, así que supuso que ya era hora de marcharse. Mientras salía, pensó en la persona que lo había llamado. La nieve se amontonó en su cabeza y hombros. Hee metió sus manos en los bolsillos y caminó sobre la nieve por primera vez en un año, dirigiéndose hacia la estación de autobuses.
Mientras esperaba en un cruce de semáforo, Hee finalmente recordó a quien le llamó. Era una chica con quien había formado equipo. Su primera clase los separó en grupos y ellos habían intercambiado información de contacto. Así que quizás era algo importante. Hee sacó su teléfono y rápidamente le marcó. Aunque sabía que se aproximaba su muerte, como de costumbre, estaba preocupado por las cosas sin importancia. ¿Qué de bueno tenían los créditos escolares para una persona que estaba por morir? ¿en serio?
“¿Bueno?”, sonó una voz molesta.
“Estaba durmiendo,” dijo Hee.
“Eso es lo que pensé,” dijo ella. Durante las clases, ella y Hee se sentaban uno al lado del otro. Así que ella sabía que Hee era una persona que dormía mucho.
“Entonces ¿qué quieres?” preguntó Hee.
“Es sobre la tarea del Miércoles. Ya sabes.”
“... No recuerdo.”
“¿Te suena que es la única que tenemos que entregar? ¿Hoy?”
“¿Es algo que tenemos que hacer?”
“¿Jahh?”, dijo ella, claramente irritada.
“¿Esta es una tarea del tipo que tiene-un gran-efecto-en-tus-calificaciones?” dijo Hee, reformulando la pregunta.
“Si no la hacemos, no conseguiremos los créditos. Así que sí, es importante. Súper importante.”
“Entiendo. ¿Debería ir a la escuela?"
“No, no hay tiempo para eso. Ya estoy frente a donde vives.”
“¿Cómo? ¿Sabes dónde vivo?”
“Me lo dijiste cuando te presentaste. ¿Ni siquiera recuerdas eso?”
“No me acuerdo.”
“¡Apresúrate y sal!”
“Me tomará alrededor de treinta minutos.”
Ella elevo su voz. “¿Jahh?” En clase, también, ella con frecuencia hace sus ‘¿Jahh?’. Por lo tanto, Hee mentalmente pensó en la chica como “Haw.”
“¿De verdad te tomará treinta minutos salir?”, le preguntó Haw.
“No, ya estoy afuera. Ahora estoy en una cafetería. Iré allá tan pronto como pueda.”
“¡Hazlo rápido!”
Hee terminó primero la llamada.
Hablar con personas lo agotó.
El autobús llegó justo a tiempo. Con eso, Hee fue capaz de llegar a casa en alrededor de veinte minutos después.
Haw estaba sentada frente a la puerta. Ella temblaba con sus manos dentro del abrigo, su aliento salía blanco, miró a Hee. El cabello de Haw era brillante y sus ojos negros eran como un panda, ella era la clase de chica con la que Hee era fatal.
“Lamento hacerte esperar,” se disculpó Hee.
“No tenemos tiempo para irnos, así que trabajemos aquí. No te quejes, para comenzar es todo tu culpa, ¿no es así?”
“Seguro,” Hee dijo renuente.
Haw entró al departamento de Hee, y exclamó un “¿Jahh?” ante la falta de ciertos elementos esenciales. No era irrazonable. Hee el asesino no consideró este un lugar para vivir. De hecho, podía considerarlo como un lugar peligroso.
Haw, después de pasar alrededor de diez minutos calentándose con la calefacción, por fin comenzó su tarea.
Desafortunadamente, la meta de la tarea era entrevistar a tu compañero sobre cómo creció y resumirlo en un reporte. Apuesto a que el profesor que salió con esto no había esperado que hubiese alguien con un pasado como el mío, sonrió Hee. Suponiendo que lo mejor era posponerlo, Hee fue primero y entrevistó a Haw.
En general, la historia de Haw fue la siguiente. Ella practicó piano a los tres. Estudió inglés a los cuatro. Asistió a la primaria y tomó lecciones al mismo tiempo. Fue activa en el club de ejercicios en la secundaria. De la primaria a la preparatoria, ella fue a escuelas privadas para niñas.
Parecía como si se tratase de una princesa de buena fe.
Hee preguntó indiferente, “¿Ahí... hubo algo que pasara? Porque tu tipo... hum, no pareces para nada irritable, digamos.”
Haw respondió después de una breve pausa, “Encontré buenos libros y buena música. Eso me hizo darme cuenta de que no tengo por qué vivir ese tipo de vida.”
Sin esperar escuchar esas palabras salir de su boca, esto hizo a Hee desmoronarse y casi se cae de la risa. Había un estallido de carcajadas en la mente de Hee, pero Haw solo vio una pequeña sonrisa. Ella hizo una ligera mueca, pensó que él se burlaba de ella.
Sin embargo, al preguntarle sobre esos libros y música, Hee se dio cuenta de que sus intereses coincidían bastante bien. Cuando ella mencionó cierto disco y Hee dijo, “¡También tengo ese!”, Haw respondió, “Lo sé. Está justo ahí, ¿no?”, señalando la repisa de discos. Habiendo esperado sorprenderla, Hee estaba un poco decepcionado.
Mientras era reproducida el disco favorito de Haw, ‘El clave bien temperado. Libro II’ de Glenn Gould, ella comenzó la entrevista sobre la vida de Hee. Afuera, la nieve se convirtió en una ventisca. Hee atravesó la entrevista con casi ninguna mentira, así que Haw estaba un poco falta de palabras ante la tragedia de su vida. El mismo Hee no mostró nada de ello, pero aún así, él había perdido a sus padres y hermano. Por supuesto, él ocultó la parte sobre “Maté a mi familia en un intento de suicidio,” pero eso no hizo que fuese menos una terrible historia.
Haw intentó cambiar de tema. ¿De qué más podemos hablar?, ella tuvo dificultades en pensar.... Cierto, naturalmente para él está el dormir. Hablemos sobre dormir.
“Me dijiste en el teléfono que estabas durmiendo, ¿verdad?”
“Sí, lo estaba.”
“Pero, ¿no estabas en una cafetería?”
“Sí, lo estaba.”
“¿Estabas durmiendo en una cafetería?”
“Sí, eso es.”
Haw quedó cada vez más confundida.
El va a las clases solo para dormir, ¿y también va a la cafetería solo para dormir?
Haw preguntó, “¿Alrededor de cuantas horas consigues dormir al día?”
“¿En total? Aproximadamente seis horas, eso creo.”
“¿Eres nocturno o qué? Algo como, ¿estás despierto toda la noche?”
“Nah. Es un tipo especial de insomnio.”
Haw miró fijamente la cara de Hee.
Definitivamente, era bastante claro que tenía una cara falta de sueño.
Ella le dio un golpecillo en la frente con su dedo, y él dijo “auch” dos segundos más tarde.
Al parecer, también tenía una reacción bastante retrasada.
Esto es serio, asumió Haw.
Haw no estaba segura, pero supuso que Hee debía de estar afectado con un trauma o estrés postraumático o algo que ella ni siquiera podría saber. En cualquier caso, él había perdido a su familia a una edad temprana. Una vez que terminaron sus entrevistas, los dos comenzaron a escribir sus reportes basado en sus notas. Hee tenía ya una buena estructura por lo que terminó esto un paso antes que Haw. Él se había apresurado a escribir un reporte después de una larga sesión de entrevistas, por ello estaba exhausto. Cabeceaba con una terrible somnolencia.
Siendo así, comenzó a hablarle a Haw como si ella fuese una amiga por mucho tiempo.
“¡Apúrate y escribe, Haw!”
“¡Cállate, me estoy apurando aunque no lo parezca!”
“Necesitamos entregarlos juntos, ¿verdad? Si no terminas, tampoco yo.”
“... Espera, ¿quién es Haw?
“Ese es tu apodo,” Hee respondió honestamente y le explicó el origen.
Después, Haw dejó de hacer “¿Jahh?” por mucho tiempo.
Pronto, Hee estaba alcanzando los límites de su sueño, “¿Cuanto más vas a tardar?”
“Unos treinta minutos...,” murmuró Haw.
“Entonces déjame dormir hasta entonces. Despiertamente despiadadamente cuando acabes.”
Las manos de Haw se detuvieron sobre el teclado de la computadora, y vio a Hee tendido en el piso.
“Pensé que tenias insomnio. ¿Puedes dormir ahora?”
“Solo puedo dormir cuando hay alguien más.”
“... ¿Jahh?”
“No tienes que creerme,” se rió Hee.
Haw volvió a su trabajo y rápidamente escuchó el sonido de Hee durmiendo detrás de ella. Qué tipo tan raro, murmuró en su cabeza. Ella termino el reporte antes de lo que había supuesto, así que consideró despertar a Hee y marcharse. Pero se sintió mal sobre despertarlo cuando dormía tan profundamente. Haw se fue en silencio, compró dos tazas de chocolate caliente de la máquina expendedora en el primer piso y regresó al departamento de Hee.
Cuando estaba por abrir la puerta, hubo un sonido en el interior de vidrio rompiéndose. Por un momento pensó en marcharse en ese instante. Pero lo pensó, y se dio cuenta de podría ser malo si Hee se había lastimado y entró al departamento.
“¿Qué fue ese sonido?”, preguntó Haw.
“Había una cucaracha, e intenté matarla,” sonrió Hee. Él había roto la ventana al lanzarle su celular. Sopló un viento frío en el interior.
“Estas tan blanco como un fantasma,” dijo Haw.
“En verdad odio las cucarachas,” respondió Hee.
Mientras recogía el vidrio, Haw pensó... Este sujeto realmente no puede dormir a menos de que haya alguien más. Lo cual debía significar que era más serio que solo ser incapaz de dormir. Es difícil lidiar con personas locas.
“... Si no puedes dormir sin nadie más, ¿por qué no llamas a un amigo?”
“¿No puedes adivinarlo? No tengo amigos.”
Así que... él no tiene familia tampoco.
Haw sintió una enorme lastima por Hee.
Ella quería simplemente sentarse y acariciarle la cara, pero eso solo haría las cosas más extrañas, así que cambió de parecer.
Mientras Hee cubría la ventana rota con cinta adhesiva, él suspiró sobre cómo había sido atrapado actuando extraño. Ella al menos era alguien que compartía su gusto en música, pero después de ese incidente, definitivamente debió pensar de él como si fuese un lunático... Bueno, para ser honesto, en realidad no estaba equivocada.
Después de enviar por correo electrónico sus reportes terminados, Haw tenía cada vez menos razones para quedarse ahí. Una vez que terminó de beber su chocolate, lentamente se levantó del piso, cambió el disco al de Pollini y regresó a un lado de Hee.
“¿Hay algo más?” preguntó Hee.
Haw no respondió, y en cambio le hizo una pregunta.
“Oye, ¿todo eso era verdad?”
“... La parte de la cucaracha fue una mentira,” respondió Hee, “Estoy un poco loco, a decir verdad. Cuando estoy solo e intento dormir, tan pronto como estoy por caer dormido, me despierto y veo el cadáver carbonizado de mi hermano que me mira.”
“...¿Jahh?”
“Es la verdad, Haw. Bastante loco, ¿cierto?”
Hee se rió de nuevo
Algo sobre el momento de la risa pareció hacer que Haw entendiera.
Los dos se quedaron en silencio por un momento.
Gracias a la música, el silencio no fue uno agonizante.
Era una noche silenciosa, como si la nieve ahogara todo el sonido.
Haw empujó a Hee a un lado.
Hee estaba tan débil, colapsó sobre el sofá.
“Duérmete,” le indicó Haw.
Hee asintió y durmió.
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Hee, sorprendentemente tuvo un buen descanso.
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Lo primero que vio Hee al despertar fue a Haw que parecía medio dormida. Ella estaba lista para caer dormida en cualquier segundo, pero al ver que su hermano no había aparecido ninguna vez, Haw debió de haber soportado de alguna manera.
“Buenos días,” dijo Hee.
“¿Hum?” dijo Haw, parpadeando, “... Sí, buenos días.”
Hee vio el reloj y quedó atónito. “¿Estuviste aquí durante siete horas completas?”
“Sí, bueno, la nieve estaba realmente fuerte, y habían libros para leer...,” explicó Haw rápidamente, tomando un libro.
A Hee no le importó señalar que lo estaba sujetando de cabeza.
Hee le agradeció.
“Gracias. Realmente no había dormido bien en mucho tiempo.”
“Es verdad... No es bueno para tu cuerpo no dormir cuando tienen sueño. Lo... lo siento. Buenas noches.”
Y entonces Haw rápidamente se quedó dormida.
Hee jaló una manta sobre Haw, apagó las luces, salió del departamento y se estiró.
Qué buen sueño.
Sus ojos no estaban tan lánguidos, su sentido del tacto estaba mejor y varios otros órganos en mala condición estaban trabajando apropiadamente. Así que al final, sintió apropiadamente el invierno.
Tomó una respiración profunda del aire limpio, sintió incluso que sus pulmones también lo estaban.
Cuando despertó Haw tres horas después, lo primero que vio fue a Hee leyendo junto a la ventana. ¿Por qué estoy aquí?, pensó ella por un momento. Recordó todo en aproximadamente diez segundos y despertó enseguida. Notó la manta sobre ella y tímida pero cuidadosamente la dobló.
“Me quedé dormida,” dijo Haw.
“Lo sé,” dijo Hee. “Buenos días.”
“Buenos días... Me voy a casa.”
“Está bien, adiós.”
Haw se puso su abrigo y se fue, frotándose los ojos.
Hee nunca olvidaría el paisaje mientras viviera.
Aunque, solo era cuestión de tiempo si moriría pronto.
Realmente no quería mucho el morir, pensó Hee. Pero eso no iba a pasar necesariamente.
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Desde entonces, Haw ocasionalmente le ayudaba a salir.
“¡Hee! ¡Oye, Hee!”, lo llamó Haw.
“¿Hum?”, dijo Hee unos cuantos segundos después.
“¿Has estado durmiendo?”
“No realmente.”
“¿Y quieres?”
“Por favor.”
“Oh, está bien,” dijo Hee felizmente.
Cuando estaban juntos, raramente hablaban sobre algo más aparte de dormir.
Independientemente de ello, ambos Hee y Haw realmente disfrutaban de ese tiempo juntos.
Haw iba con frecuencia al departamento de Hee a fumar un cigarro. El cigarro favorito de Haw era Casters. O más bien, ella buscaba algo más que fuese muy amargo para fumar.
“No fumes dentro,” dijo Hee.
“¿Por qué no? ¿No dijiste que ibas a morir pronto?”, respondió Haw.
“¿Saben bien?”, dijo Hee, señalando al cigarro.
“Pfff. ¿Por qué habría de saber bien?”
“No deberías fumar.”
“No puedo evitar que fumar me quede bien.”
“No es así,” Hee dijo con firmeza, “Y tampoco te queda tu cabello teñido.”
“Definitivamente me queda.”
“Y tu maquillaje es bastante pesado.”
“¡Cállate!”
Pero a partir del día siguiente, Haw lentamente comenzó a usar menos maquillaje.
La universidad tenía una sala para lecciones de piano. Cuando Hee estaba somnoliento entre clases, Haw lo llevaba ahí y le dejaba dormir.
Haw tocaba el piano hasta que Hee se quedaba dormido. Ella tocó las Variaciones Goldberg, las cuales tenían su nombre por haber sido interpretadas por Golberg para el insomne Count Kaiserling. Hee podía dormir profundamente mientras estaba acurrucado en la cubierta del piano.
Cuando Hee se quedaba dormido, Haw apagaba las luces para que así él pudiera dormir más fácilmente. Ni un sonido se podía escuchar en la sala de música. Mientras Haw esperaba a que Hee despertara, ella miraba los árboles muertos del exterior, y escribía resumes-para-dummies de lo que podría tener los exámenes, dado que Hee se dormía en todas las clases.
Incluso ella no estaba muy segura de por qué le ayudaba tanto.
Haw visitaba con frecuencia el departamento de Hee, supuestamente para ahorrar los gastos del aceite de la lámpara, y una vez que ella se aseguraba de que él hubiese tenido suficiente cantidad de sueño, entonces se marchaba satisfecha. Hee tampoco entendía por qué Haw iba a tal extremo por él.
De lo que estaba seguro era que sentía algo más que gratitud por ella. Pero para el momento en que se lo dijera, habría sido demasiado tarde.
Por siempre, Hee permanecería en silencio sobre cómo su hermano comenzó a aparecer incluso cuando Haw estaba ahí.
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Fue a mediados de diciembre. De nuevo nevaba terriblemente, así que Haw visitó el departamento de Hee con un abrigo cubierto completamente en blanco. Hee llevó su café caliente y se limpió la cabeza con una toalla de baño.
“Oye,” dijo Haw. “¿Por qué querías suicidarte?”
En este momento, Hee le había informado a Haw sobre su intento de suicidio que causó la muerte de su familia.
“Vivir no era agradable,” respondió Hee. “Quizás realmente no había ninguna razón profunda. Era un tonto en ese entonces. Eso es todo lo que era.”
“Y entonces ¿por qué decidiste morir? ¿No es eso estúpido?”
“Seguro que lo fue. Era un idiota. Quiero decir, vivir puede ser bastante divertido.”
De pronto Hee se sintió mal después de decir esto.
Hee el asesino había matado a tres personas.
Él incineró tres vidas hasta las cenias, las cuales pudieron haber estado llenas de alegría,
Así que si él era muerto por ello, él estaría... bien, él tenía un problema con eso, pero aún así lo aceptó.
Para cuando se acercó la Navidad. Hee le preguntó repentinamente a Haw.
“¿Crees que los crímenes nunca pueden ser perdonados?”
“... Supongo,” pensó Haw.
Ella no podía pensar en algo que decir para consolarlo. Después de todo, Hee era un chico bastante malo, quien cometió el tipo de crimen que nunca perdonarías. Definitivamente él no haría ningún daño ahora, este era el llamado “renacido” Hee. Pero el hecho de sus tres asesinatos no desaparecerían simplemente así.
Haw habló al último, avergonzada.
“Sabes, realmente me gustas.”
“No esquivas la pregunta,” dijo Hee.
“Tú tampoco deberías ser tan evasivo,” replicó Haw.
De pronto Haw le había dicho algo tan importante, pero Hee estaba carente de capacidad mental debido a la falta de sueño, así que no tenía idea de lo que Haw estaba intentando decir.
Haw empujó a Hee en el sofá.
“No importa. Duerme.”
Pero los ojos de Hee permanecieron abiertos.
Finalmente, estaba comenzando a entender el significado de lo que dijo Haw.
Haw se sentó en el sofá, al lado de la cabeza de Hee.
Debido a esto, fue aumentando la dificultad para dormir de Hee.
Haw pensó.
Sería mucho más eficiente dormir juntos.
Entonces no tendríamos que ir todo el tiempo al departamento del otro, y la renta sería más barata. Y me gusta Hee.
Haw acarició la cara de Hee mientras él comenzaba a dormitar.
Ella decidió que cuando despertara Hee, le contaría su idea.
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Unas horas más tarde, Hee despertó.
“Buenos días,” dijo él.
“Buenos días, ¿dormiste bien?”
“... Honestamente, estaba tan estresado como para dormir.”
“Jajaja. Eres tan lamentable,” se rió Haw.
“Quiero decir, me alegro, pero es un tipo de carga.”
“Hum, Así que, ¿lo mismo la próxima vez?”
“Dame un respiro.”
“Bueno, me voy a casa. ¿Te sentirás solo?”
“Sí, yo voy a... Está oscuro, cuídate de camino a casa.”
“Cierto, gracias. Adiós.”
Haw agitó su mano en despedida mientras se iba.
Hee se paró en la puerta agitando su mano por un tiempo, incluso después de que había cerrado.
Una vez que se fue Haw, Hee durmió una vez más.
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Cuando Haw lo visitó al día siguiente, Hee se había ido.
La puerta estaba sin seguro, así que Haw lo esperó ahí.
Pero Hee no regresó.
Ella esperó y esperó, pero no había señales de él.
Haw comenzó a sentirse un poco solitaria.
Alternó entre dormir y despertar alrededor de seis horas.
Tuvo sueños en donde Hee venía y no venía a casa, pero en la realidad, Hee simplemente no apareció.
Buscó alrededor del departamento pero no encontró nada.
Cayó la noche, y trastabilló descalza al exterior.
Nevaba como siempre.
Los copos de nieve encendidos por las luces, brillaban con el color del fuego.
Temblando por el frío, Haw habló.
“... Oye, vayamos a ver una película. Puedes dormir ahí, Hee, está bien.”
Habló para sí misma.
“La que tiene a un asesino que recibe un terrible castigo. Vamos a verla juntos.”
Imaginó a Hee haciéndole una mueca, Haw se rió.
“Por cierto, iba a decir esto antes, pero... Ir y venir así es una verdadera molestia. Creo que bien podemos simplemente vivir juntos.”
Haw se rió imaginando la lenta reacción de Hee ante su propuesta.
Y entonces ella lloró.
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Después de todo, Haw se volvió mucho más modesta. Dejó de fumar, volvió a tener su cabello negro, y usó menos maquillaje.
“Incluso Hee no se daría cuenta de que soy yo,” pensó.
Hasta el día de hoy, Haw se sienta en su habitación poniendo los discos que le pidió prestado de Hee y duerme.
Recordando el peso de la cabeza de Hee en su regazo.
Recordando la sensación de su cabello.
- FIN -
Traducción al español: Siboney69
Traducción al inglés: vgperson @ Tumblr
Notas extra:
- El clave bien temperado o El clavecín bien templado (en alemán: Das wohltemperierte Klavier, literalmente ‘el clave con temperamento bueno’, en contraposición a otros tipos de temperamentos), es el nombre de dos ciclos de preludios y fugas compuestos por Johann Sebastian Bach en todas las tonalidades mayores y menores de la gama cromática.
Como mucha de la música de Bach, ninguno de los dos volúmenes fueron publicados en vida. Y también como mucha de su música, se conoce la fecha en que fueron compilados, pero no las fechas en que fueron compuestos, por lo que existen diversas especulaciones al respecto. Lo que sí sabemos es que el primer volumen (que comprende los preludios y fugas del BWV 846 al BWV 869) fue terminado y compilado por Bach en 1722, aunque su primera impresión no llegará hasta mucho después de muerto Bach, en 1801. El segundo volumen (que comprende del BWV 870 al BWV 893) fue terminado y compilado en 1744, si bien también es probable, por el estilo, que muchos de los preludios y fugas de este segundo volumen estuviesen compuestos antes de compilar el primero.
- Glenn Herbert Gould, más conocido con el nombre de Glenn Gould (Toronto, Canadá, 25 de septiembre de 1932-4 de octubre de 1982), fue un pianista canadiense, especialmente reconocido como intérprete de la obra para teclado de Johann Sebastian Bach, así como de las obras pianísticas de Arnold Schönberg.
- Maurizio Pollini (Milán, Italia, 5 de enero de 1942) es un pianista italiano.
- Variaciones Goldberg, BWV 988 es el nombre de una composición musical para teclado que fue completada por el compositor barroco alemán Johann Sebastian Bach en 1741. Denominada originalmente por el autor Aria con variaciones diversas para clave con dos teclados, (Aria mit verschiedenen Verænderungen vors Clavicimbal mit 2 Manualen), la obra fue compuesta cuando Bach era cantor en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig. Debe su nombre al clavicordista y discípulo de Bach Johann Gottlieb Goldberg, que podría haber sido su primer intérprete.
Según explica el biógrafo de Bach, Johann Nikolaus Forkel, en la biografía de Bach que publicó en 1802, las variaciones fueron encargadas a Bach por el conde Hermann Carl von Keyserlingk (1696-1764) de Dresde, quien había sido instrumental para que Bach consiguiera el nombramiento de "compositor de la corte de Sajonia", para que el clavicordista de su corte, Johann Gottlieb Goldberg (1727-1756), que era un destacado alumno de Bach, lo entretuviese con ellas durante las noches de insomnio del conde. El conde recompensó de forma generosa a Bach con una copa de oro que contenía un centenar de luises de oro, el equivalente a 500 táleros, casi el sueldo de un año como kantor de la Thomaskirche de la misma ciudad de Dresde.
[cr. Wikipedia]
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