lunes, 15 de febrero de 2021

[Seis capítulos de una vida flotante] Capítulo 6 (final)


-1-
De pronto recordé el termino “Wei Wang Ren”. En la época antigua, las mujeres que perdían a sus esposos usaban este término para llamarse a sí mismas; actualmente ya nadie lo usa.

Era un término lleno de sentimientos persistentes, como si contuviera infinidad de historias.

¡Excepto que yo sigo vivo!

-2-
Al comenzar el segundo año escolar, un novato se convierte en veterano; siendo así podía más o menos ignorar las reglas de la universidad. Renté una pequeña habitación fuera del campus, la cual tenía una cama, un escritorio y una computadora; el tiempo que más tiempo tardé en volver fueron tres meses. No quería verle.

Fue entonces que me convertí en un noctámbulo, no tenía dónde ventilar los anhelos y tristezas de mi corazón. Con frecuencia me quedaba despierto hasta el amanecer, escuchando el gotear de la lluvia contra los aleros, preguntándome cómo diablos había logrado meterme en esa situación.

Cuanto más tiempo pasaba sin verle, más le extrañaba; mientras más le extrañaba, menos me atrevía a verle.

-3-
El invierno en Changsa era húmedo y sombrío, si el cielo no estaba lleno de nubes oscuras, entonces llovía.

Después de faltar a clases, regresé al dormitorio como si fuera un ladrón. Me senté solo en el vacío dormitorio, perdido en pensamientos y sin saber qué hacer.

Entonces alguien tocó a la puerta; era él. Debido a este encuentro accidental, nos sobresaltamos.

Reuní mi coraje y caminé detrás de él, le abracé la cintura, enterré mi rostro en su espalda y hablé, «Realmente quiero matarte y llevarme tu cabeza. De esta forma podré llevarte a donde sea que vaya».

Mi esposo se liberó de mis manos y se alejó.

-4-
El siguiente medio año tuve todo tipo de enfermedades: insomnio, resfriados severos, alergias, dolor de estómago, y sin embargo, no estaba dispuesto a ir al hospital.

La frecuencia con que le extrañé fue menor, la mayor parte del tiempo me encontraba enfermo y somnoliento. El resfriado que tuve durante un mes no pareció mejorar, cuando me recuperé un poco comencé a tener alergias y gastritis. Era tan doloroso que no podía dormir. Me despertaba a mitad de la noche y me sentaba neciamente, tomaba una gran cantidad de analgésicos para poder dormir.

El peso de mi cuerpo bajó drásticamente; con una altura de 177 cm, no pesaba más de 60 kilos.

Mi comportamiento casi autoabusivo aterró a mis compañeros de clase, siete de ellos tomaron turnos para cuidarme, veían que tomara medicina y me llevaban al hospital. Estaba apático.

-5-
Una vez cuando desperté, mi esposo se encontraba sentado al borde de la cama, su rostro sombrío; estuvimos en silencio.

—¿Estás intentando morir? —preguntó.

—Estoy muy bien, ¿por qué habría de querer morir? —dije, aún sabía sonreír.

—Bastardo, estás intentando morir —me regañó enfadado—. Estás enfermo y ni siquiera te molestas en ir al hospital, solo tomas cualquier medicina. Podrías morir en tu habitación y nadie se enteraría. Eres tan raro.

En ese momento lo que más temía escuchar era la palabra “raro”, quizás era porque sabía que lo era.

Al escucharle decir eso, me enojé tanto que mi cuerpo se entumeció, mis manos y pies se pusieron fríos. «¿Yo, raro? Si lo soy, es por tu culpa». Tomé lo primero que tuve al alcance de la cama y lo lancé contra el piso.

—Si soy tan raro, ¿por qué no te alejas de mi? ¡piérdete!

Seguía teniendo tanto por decir pero no me atreví a pronunciarlo, él era la persona de la que me había enamorado, no fue su culpa, fui yo quien terminó en esta situación, ¿a quién más podía culpar?

Más adelante mi esposo me dijo que mi expresión en aquel día solo podía ser descrita como: todo lo que espero es convertirme en polvo.

Escuché la puerta abrirse y cerrarse, no abrí los ojos. Solo tenía un pensamiento: de ser posible, quisiera que ya no me gustases más. Poder encontrar a una buena chica y abiertamente tomarle de la mano en público. Pero no se me había dado esta oportunidad, la primera persona de la que me enamoré resultaste ser tú.

Si tan solo pudiera haberlo sabido antes, no habría venido a Changsa para evitar conocerte.

“Si tan solo”, tenia diez mil “si”.

-6-
Me mudé de vuelta al dormitorio y con seriedad seguí mi vida universitaria, también aprendí a tratar a mi esposo como un simple compañero de clases... un compañero al que no conocía; no le hablaba, no me reunía con él. No quería que mi corazón quedara colgado en el aire, me obligué a cortar toda relación con él.

Platicar desde nuestras camas separadas con las luces apagadas era el mayor entretenimiento en el dormitorio, yo solía hablar con mis compañeros y me preguntaba qué estaría haciendo él en ese momento. Algunas veces iba por agua y pasaba frente al dormitorio de mi esposo. Paraba bien la oreja y algunas veces podía escuchar su voz proveniente del interior. No podía escuchar claramente lo que decía, pero me hacía feliz.

También solía pretender sacar inadvertidamente su nombre al conversar con mis compañeros, escuchar su nombre de las bocas de otras personas era una alegría secreta.

-7-
Hace unos días le pregunté a mi esposo por qué había cambiado de opinión y estuvo dispuesto a estar conmigo.

—Fuiste muy despiadado. Realmente terminaste nuestra relación cuando dijiste que lo harías, ni siquiera dudabas cuando nos encontrábamos en la calle —dijo simplemente.

—¿Así que de pronto descubriste que no podías soportar vivir sin mi? Realmente eres un X. Fui tras de tí pero tú huiste tan rápido que ni siquiera podía ver tu sombra. En cambio, cuando me detuve y di la vuelta, comenzaste a ir tras de mi —respondí.

—No soy un X. Solo me di cuenta de que así es simplemente la vida, es mejor encontrar a alguien que se pueda soportar —dijo, pero entonces aclaró—. No fui tras de tí, nos encontramos el uno al otro.

Durante mi tercer año de universidad, mi esposo llegó a mi celebración de cumpleaños y todos bebieron bastante.

Encontré la oportunidad para salir de la habitación, me paré en el exterior recordando la cálida actitud de mi esposo que acababa de mostrar hacia mí.

Mi esposo se acercó a mi lado y puso su mano en mi hombro...

Desde ahí un montón de historias comenzaron de nuevo.

-8-
Solía aferrarme desesperadamente a cada momento a su lado con el fin de darme algunos momentos para recordar en el futuro. En ese entonces no me atrevía a pensar “para siempre”, estaba tan feliz que quería morir en la cúspide de nuestra relación.

La vida no siempre va sin problemas, todos somos comunes, y deberíamos vivir como tal: discutiendo, teniendo guerras frías, consolándonos, cuidando el uno al otro, sin importar lo que suceda, en tanto ambos estemos determinados a trabajar arduamente entonces seguiremos este camino con valor.

Con frecuencia pienso en las palabras de Zhang Ailing, ya que son apropiadas para describirnos.

Él era simplemente un hombre común mientras que yo solo era un hombre egoísta. Quizás, en este mundo, sigue sin haber un lugar que pueda aceptar a personas como nosotros.

Pero debe de haber un lugar que pueda aceptar a dos hombres comúnes.
- Fin -


Traducción en español: Siboney69
Traducción en inglés: liu-ji

Notas extra:
- Wei Wang Ren (未亡人) : "Las viudas eran llamadas wei wang ren, queriendo decir “personas que solamente esperan a la muerte”, un término aún empleado en Japón." [Fuente: Sexualidad en medicina China – Parte 1]

-El libro de Zhang Ailing (Eileen Chang) al que hace mención es “Un amor que destruye ciudades” (Qing cheng zhi lian), la cita es un tanto distinta... “Él solo era un hombre egoísta, y ella una mujer egoísta. En esa época de guerra y de caos, no había lugar para los individualistas, pero sí para una pareja corriente.” [Trad.: Anne-Hélène Suárez y Qu Xianghong]

Y si a alguien le interesa, esta es la traducción en inglés “He was just a selfish man; she was a selfish woman. In this age of chaos and disorder, there is no place for those who stand on their own, but for an ordinary married couple, room can always be found.” [Trad.: Karen S. Kingsbury] (2006).

Nota personal: Después de tres días, terminé la traducción de esta historia. Siento que tengo mucho por decir y a la vez no quiero decir nada más.

Saber de antemano la historia del escritor hace difícil leer este texto, lo entiendo. También se que muchos preferirán no leerla. Duele.
... ...
Sí, no diré más.
Gracias a aquellos que leyeron hasta aquí.
No sé cuando volveré con más traducciones, pero lo haré. Algún día.

Y para aliviar un poco el ambiente, les dejo un video que les podrá interesar.
En este se habla sobre las nuevas adaptaciones por salir en drama (este o el próximo año) de novelas chinas danmei (Con el conocido cambio a 'bromance' o 'hermandad-sospechosamente-cercana-pero-casta-pura-e-intachable(?)-).

Sin más, hasta pronto.
¡Cuídense mucho!

P.D.: Solo diré que seguiré con mis fichas informativas (que se me han acumulado bastante).

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